Punto 988 El Credo cristiano —profesión de nuestra fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en su acción creadora, salvadora y santificadora— culmina en la proclamación de la resurrección de los muertos al fin de los tiempos, y en la vida eterna.
. Aquí el Catecismo encuadra el Credo en torno a las tres personas divinas apropiando a cada una, un aspecto principal. El Credo está dividido en tres partes, la primera hace referencia al Padre y lo refiere a la acción creadora de Dios, la segunda hace referencia al Hijo y lo refiere a la acción salvadora de Dios y la tercera parte hace referencia la Espíritu Santo y lo refiere a la acción santificadora de Dios.
Punto 989 Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día (cf. Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrección será obra de la Santísima Trinidad:
«Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rm 8, 11; cf. 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2 Co 4, 14; Flp 3, 10-11).
. Afirmamos que lo que ocurrió en Cristo es el modelo de lo que esperamos que ocurra en nosotros, nosotros tenemos noticia del más allá por Jesucristo, y lo que ocurrió en Jesucristo así esperamos que ocurra en nosotros. Cristo nos ha hecho cercano lo que nos resultaba lejano, tenemos plena esperanza que su camino es el nuestro.
. En Juan 6,39-40 “Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo
que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la
voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida
eterna y que yo le resucite el último día”. Es difícil hablar más claro
por parte de Jesús sobre la resurrección. En Romanos 8,11: “Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos
habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará
también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en
vosotros”, y en 1ª Tesalonicenses 4,13: “Hermanos, no queremos que estéis en la ignorancia respecto de los
muertos, para que no os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. Porque
si creemos que Jesús murió y que resucitó, de la misma manera Dios llevará
consigo a quienes murieron en Jesús”, nos habla de no entristecernos
como los que no tienen esperanza, la muerte efectivamente es motivo de tristeza
para los que no tienen esperanza porque supone una desesperación, un decir
“todo esto para luego nada?, toda esta capacidad que tiene el hombre de
ilusionarse, de estar deseando una plenitud que en esta vida no encuentra, al
final nada?”, bueno pues nos dice que no nos entristezcamos, porque de la misma
manera Dios llevará consigo a quienes murieron en Jesús.
. San Pablo en Filipenses 3,10-11 nos dice
que todo lo estima basura con tal de ganar a Cristo, es decir, todo por lo que
nos hemos afanado en la vida, todo por lo que nos hemos roto la cabeza, todo lo
que nos ha supuesto disgustos, etcétera, todo eso se queda aquí. Todo eso es
insignificante comparado con la clave principal del sentido de la vida que es
morir con Cristo para luego resucitar con él.
Punto 990 El término "carne" designa al hombre en
su condición de debilidad y de mortalidad (cf. Gn 6,
3; Sal 56, 5; Is 40, 6). La "resurrección de
la carne" significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del
alma inmortal, sino que también nuestros "cuerpos mortales"
(Rm 8, 11) volverán a tener vida.. Nuestra fe en el más allá de la muerte, cree por una parte en la inmortalidad del alma, en ese alma que se separa del cuerpo en el momento de la muerte, y recibe la retribución inmediata, pues acordaros lo que Jesús le dijo al buen ladrón “hoy estarás conmigo en el paraíso”, no le dijo “en el día final estarás conmigo en el paraíso”, con lo cual estaba hablando Jesús que le daba una retribución inmediata a su alma. Pero también Jesús habla de la resurrección al final de los tiempos cuando El venga en gloria, en la que los cuerpos se unirán a las almas.
. La palabra “carne” se refiere a creatura de Dios, pues Dios salva al hombre entero. El cristianismo desde los primeros siglos se tuvo que enfrentar a las herejías gnósticas, se tuvo que enfrentar a la idea de que hay dos dioses, el dios del bien que crea lo espiritual y el dios del mal que crea lo material. A esos primeros herejes gnósticos les costaba creer que todo lo material fuese bueno y estuviese llamado a la salvación. No aceptaban que Dios creara todo bueno y que lo malo entró por nuestro pecado, por la mala utilización de nuestra libertad, el mal entró por el pecado del hombre, pero el mal no fue creado por Dios. El mal es la falta de bien, es nuestra falta de santidad, pero en sí mismo el mal no es nada. La carne, lo carnal, lo material es bueno, todo es bueno, otra cosa es que nosotros con nuestro pecado lo utilicemos mal. El cristianismo cree en la resurrección de la carne y la condición carnal está llamada también a la salvación. Dios ha venido a salvar al hombre entero, pues cada uno de nosotros no somos únicamente el alma, somos el alma y el cuerpo.
Punto 991 Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe cristiana. "La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella" (Tertuliano, De resurrectione mortuorum 1, 1):
«¿Cómo andan diciendo algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe [...] ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron» (1 Co 15, 12-14. 20).
. Se subraya como es un elemento esencial de la fe cristiana la resurrección de los muertos. La palabra resurrección de la carne se introdujo en el credo precisamente contra las interpretaciones de tipo gnóstico que no creían en la salvación de lo material, sino únicamente de lo espiritual, que pensaban que la material era malo. Para combatir a esto, se hablo de la resurrección de la carne, para no dejar lugar a dudas de que la dimensión corporal del hombre está llamada a la salvación. Como la palabra muertos puede ser más manipulable porque se podría hablar de muertos pero en sentido espiritual nada más, pues se introdujo la palabra carne para que no se pudiese manipular el sentido de la resurrección de los muertos.
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