Punto 894 "Los obispos, como vicarios y legados de Cristo, gobiernan las Iglesias particulares que se les han confiado, no sólo con sus proyectos, con sus consejos y con ejemplos, sino también con su autoridad y potestad sagrada "(LG 27), que deben, no obstante, ejercer para edificar con espíritu de servicio que es el de su Maestro (cf. Lc 22, 26-27).
. A los obispos se les llama vicarios y legados de Cristo entendiendo vicario no como alguien que sustituye a otro pues Cristo es insustituible sino que hace visible a Cristo, el obispo visibiliza a Cristo, lo hace patente a nuestros ojos. El gobierno de cada obispo en cada diócesis particular tiene medios humanos y medios sobrenaturales, los medios humanos son los proyectos pastorales que hace el obispo en función de lo que considera las necesidades principales de la diócesis, el obispo hace los proyectos para incidir en determinados campos que considera como necesidades principales. Los proyectos los hace el obispo aconsejado con otro medio humano que es un equipo del que se rodea a los que se llama consejos de gobierno, sin embargo la autoridad, quien decide y la responsabilidad ante Jesucristo de las decisiones es del obispo. Otro medio humano es el de los ejemplos, el ejemplo de vida con el que un obispo gobierna una diócesis. Los medios sobrenaturales es que el obispo tiene una autoridad y potestad sagrada, es decir, tiene una gracia de estado, su vocación concreta de ser pastor y de deber gobernar un rebaño tiene también una luz especial del Espíritu Santo para ello, y no en virtud de que él sea el más inteligente. Esa gracia de estado no les hace infalibles pero si les da una gracia ante la que tenemos que tener una prontitud para la obediencia y un acto de confianza en esa obediencia filial hacia un obispo.
. Los obispos deben ejercitar esta forma de gobierno con espíritu
de servicio, en Lucas 22,26-27: “El les
dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que
ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores; pero no así
vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que
gobierna como el que sirve. Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa
o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de
vosotros como el que sirve.” Jesús nos dice que gobernar es servir, ser el
primero de la mesa es ser el servidor, por eso Jesús quiso hacer el signo de
lavar los pies a todos, quiso dar a entender que gobernar es servir, y por eso
los obispos gobiernan de esta forma su diócesis, siendo el primer servidor. La
vida de un obispo cualquiera que la conozca un poco de cerca y ve cuál es su
agenda con un horario absolutamente comprimido en el que tiene que atender a
montones de necesidades y uno se da cuenta de su entrega, desprendimiento y
servicio a la comunidad. Un ejemplo lo vemos en el pontificado de Juan Pablo II,
donde vemos como se ha purificado la imagen que el pueblo tenía de lo que es la
jerarquía, y así con este ejemplo hemos entendido mucho mejor que la jerarquía
es puro servicio. Al comienzo de su papado, la gente poco eclesial decía “cómo
vive el Papa viajando por todo el mundo”, luego la gente veía ese ritmo de
entrega y la gente iba callando hasta que al final de su papado la gente decía
absolutamente lo contrario “deberían dejarle descansar, esto es cruel en un
hombre de esa edad debería descansar…”, es decir, la gente pasó de tener un
concepto de que eso de gobernar era viajar y pasarlo bien a tener un concepto
de que era ya demasiado sacrificio. Juan Pablo II hizo un gran servicio a la
iglesia en su entrega sacrificada cuando entendió que se gobierna sirviendo.
Realmente no somos conscientes de la entrega sacrificada que supone el gobierno
de la iglesia, no tenemos ni idea de la desapropiación de uno mismo. Pidamos la
gracia para nuestros pastores, la gracia de la entrega de sus vidas.
Punto 895 "Esta potestad, que desempeñan personalmente en nombre de Cristo, es propia, ordinaria e inmediata. Su ejercicio, sin embargo, está regulado en último término por la suprema autoridad de la Iglesia "(LG 27). Pero no se debe considerar a los obispos como vicarios del Romano Pontífice, cuya autoridad ordinaria e inmediata sobre toda la Iglesia no anula la de ellos, sino que, al contrario, la confirma y tutela. Esta autoridad debe ejercerse en comunión con toda la Iglesia bajo la guía del Romano Pontífice.
. La potestad sacramental que desempeñan en virtud del sacramento del orden recibido en primer grado cuando es el obispo, recibido en segundo grado cuando es el sacerdote, esa potestad se recibe por el propio sacramento. El ejercicio de la potestad, es decir, lo que se llama la jurisdicción viene dada por el Papa porque el Papa elige o confirma la elección de un obispo para una diócesis.
. La potestad que viene por el sacramento de Cristo es propia, es decir, no es en nombre de otra persona, es Jesucristo quien llama a cada obispo. Es ordinaria, es decir, que el obispo no es un delegado del Papa, el obispo está directamente elegido por Cristo, y es inmediata, es decir, sin una persona interpuesta, sin un supervisor al lado del obispo. El obispo gobierna la diócesis de forma inmediata sin tener que estar pidiendo permisos para cada cosa en el momento de gobernar. Esta autoridad la tiene que ejercer en comunión con toda la iglesia bajo la guía del Papa. Los obispos no son funcionarios del Papa, no son representantes del Papa, no son delegados del Papa, porque tienen una potestad directa recibida de Jesucristo. El Papa es como obispo de todo el mundo porque tiene potestad directa, ordinaria e inmediata sobre toda la iglesia, es decir en cada diócesis hay como dos obispos el Papa y el obispo ordinario del lugar. Y una autoridad no anula la otra sino que se ejerce en comunión bajo la guía del Papa.
Punto 896 El Buen Pastor será el modelo y la "forma" de la misión pastoral del obispo. Consciente de sus propias debilidades, el obispo "puede disculpar a los ignorantes y extraviados. No debe negarse nunca a escuchar a sus súbditos, a los que cuida como verdaderos hijos [...] Los fieles, por su parte, deben estar unidos a su obispo como la Iglesia a Cristo y como Jesucristo al Padre" (LG 27):
«Obedeced todos al obispo como Jesucristo a su Padre, y al presbiterio como a los Apóstoles; en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia (San Ignacio de Antioquía, obispo de los primeros siglos, Epistula ad Smyrnaeos 8,1)
. Jesucristo Buen Pastor es el modelo y la forma de la misión pastoral del obispo, el obispo se conforma a Jesucristo, toma su forma y estilo. El obispo en su ejercicio tiene que hacer suyo lo que nos dice san Agustín: en lo esencial unidad, en lo dudoso la libertad y en todo caridad.