martes, 19 de julio de 2016

Catecismo 891-892. La constitución jerárquica de la Iglesia. La misión de enseñar II

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Punto 891 "El Romano Pontífice, cabeza del colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral [...] La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio Ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).

Punto 892 La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.

. Se hace la distinción entre el magisterio ordinario y extraordinario, el primero u ordinario es el que hace referencia a la predicación ordinaria de un obispo y el segundo o extraordinario hace referencia a cuando en pocas ocasiones o en momentos solemnes el Papa habla pretendiendo definir un dogma o los obispos en un concilio definen una materia de fe. El obispo ejerce su magisterio ordinario mediante la predicación, la catequesis, las cartas pastorales y tiene la autoridad y responsabilidad en lo que toca a la enseñanza cristiana en su diócesis. Tiene la responsabilidad de llamar la atención a un sacerdote o a un teólogo que se ha pronunciado de manera contraria a lo que es la enseñanza de la iglesia. Tiene la misión de preocuparse por qué tipo de enseñanza se está dando en las parroquias, por qué tipo de materiales, si son conformes a la doctrina de la fe….tiene por tanto la encomienda de cuidar de la fe de sus feligreses. Este magisterio se le llama auténtico pero no es infalible. Los fieles tienen obligación de adherirse a la doctrina de este magisterio con espíritu de obediencia religiosa. Sin embargo, un cristiano tiene obligación de adherirse a un dogma con la obediencia propia de la fe, como la fe de María cuando se adhiere a la llamada del Señor. En la enseñanza no infalible, pero sí autentica de un obispo tiene que haber una adhesión con espíritu de obediencia religiosa, no es tanto como la obediencia de fe. Cuando el obispo habla de otras cuestiones diferentes a la fe y la moral ya no estamos hablando de magisterio sino del pensamiento particular del obispo al cual no hay porque adherirse.

. El motivo de la obediencia es un motivo religioso, de fe, es caer en cuenta que Cristo sigue presente en la iglesia y que Cristo sigue enseñando y que ha encomendado a sus apóstoles y sus sucesores los obispo la tarea de enseñar. No es un motivo de organización humana como si pudiera pasar en los mandos de un ejército.

. El Papa predica, enseña por medio de encíclicas, motu propios, alocuciones,…. hay distintos niveles a través de los que el Papa enseña, siendo la encíclica el medio más importante. Las encíclicas comenzaron con Gregorio XVI y se han hecho un medio muy frecuente y popular en nuestros días. Se trata de un magisterio auténtico pero no infalible siendo necesario estudiar la intención que el Papa tiene al enseñar una doctrina.

. Otro magisterio ordinario es el de los obispos dispersos por el mundo que puede llegar a ser infalible cuando enseñan todos ellos una misma doctrina unida al Papa. Es decir, que también puede haber magisterio ordinario que sea infalible, aunque el magisterio extraordinario siempre es infalible. Hay asuntos que son infalibles aunque no sean un dogma como por ejemplo la doctrina sobre la resurrección de Jesucristo pues nunca ha hecho falta promulgar ese dogma, pero la iglesia siempre lo ha creído de una forma infalible. Igual que este Catecismo que se enseña por todos los obispos del mundo en sus diócesis en comunión con el Papa, esto quiere decir que aunque no sea un dogma de fe, tiene una doctrina infalible.

. El objeto del magisterio versa sobre la fe y la moral, sobre verdades que están formalmente reveladas en la escritura y en la tradición y sobre conclusiones necesarias de las mismas. Por ejemplo decir que María esté asunta a los cielos en cuerpo y alma se deduce al decir que si María no tuvo pecado, no sería lógico que cargara con la consecuencia del pecado que era la corrupción del cuerpo, es decir, el objeto del magisterio se centra también en las consecuencias  directas aunque no están expresamente en la Biblia.


. No debemos confundir el don de la infalibilidad con las definiciones dogmáticas, es decir, las definiciones dogmáticas son pocas, afortunadamente pocas veces ha hecho falta que la iglesia salga a la palestra para hacer frente a herejías u otras situaciones parecidas, pero la doctrina infalible es mucho más extensa que los pocos dogmas de fe que a lo largo de la historia ha hecho falta promulgar.


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