Prólogo:
Jn 17-3 “PADRE, esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado
Jesucristo”. El sentido de la existencia, es que el hombre no camine a ciegas,
sino que viva de cara a Dios, conozca a su Padre, conozca de donde ha venido,
conozca a donde va. El Catecismo nos invita a conocer a Dios.
1 Tm 2,3-4 "Dios, nuestro Salvador,
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la
verdad”. Dios quiere nuestro bien. Dios
es amor.
Hch 4,2-12 "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres
por el que nosotros debamos salvarnos” sino el nombre de Jesús. Dios ha
mostrado un camino de salvación que se llama Jesucristo. Jesucristo ha sido el
salvador de todos.
Punto 1: Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo,
en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle
partícipe de su vida bienaventurada. Dios por pura bondad ha
creado libremente al hombre, “yo no existo por casualidad”.
Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del
hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus
fuerzas. Dios sale a nuestro encuentro.
Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad
de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos,
envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a
ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de
su vida bienaventurada. El camino principal para
todos es Jesucristo. Dios nos convoca a participar de la vida de la iglesia y
nos habla a través de la vida ordinaria de la iglesia. Nuestra meta es el
cielo.. de qué me sirve ganar el mundo entero?
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