domingo, 28 de septiembre de 2014

Catecismo Puntos 16 - 17 La estructura del Catecismo de la Iglesia Católica II - para los que nunca lo aprendimos

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Punto 16 “La tercera parte del catecismo presenta el fin último del hombre, creado a imagen de Dios: la bienaventuranza, y los caminos para llegar a ella: mediante un obrar recto y libre, con la ayuda de la ley y de la gracia de Dios (primera sección); mediante un obrar que realiza el doble mandamiento de la caridad, desarrollado en los diez mandamientos de Dios (segunda sección). “
. El ideal del cristiano es que se deje habitar por Cristo, por el Espíritu Santo, de manera que su obrar sea una prolongación del obrar de Cristo en el mundo. Los mandamientos permiten plenificar al hombre, hacerle pleno y feliz. Lo que Dios nos manda es nuestra felicidad porque Cristo es la plenitud del hombre. El fin último del hombre es la bienaventuranza, la felicidad.
. Buscar el agrado de Dios y ser obedientes a la voluntad de Dios coincide con tú felicidad. Dios no tiene ningún otro interés con nosotros que buscar nuestra felicidad.
. La gloria de Dios es la felicidad del hombre, y al mismo tiempo el bien del hombre es la gloria de Dios. Tenemos que purificar lo que inevitablemente se entiende por gloria de los hombres que no coincide con la gloria de Dios.
. La dificultad está en los caminos y confiar en los caminos que Dios nos ha trazado para obtener la felicidad. No confundir felicidad con facilidad o placer. Es muy fácil que al ir por el camino fácil, por la puerta ancha, no nos queramos bien, al confundir la felicidad con lo placentero.
. La moral discierne que el obrar sea recto y libre, aunque haya ocasiones que obrar rectamente parezca que te vaya a traer complicaciones. El bien no solo hay que hacerlo, hay que gozarlo y disfrutarlo.

Catecismo Puntos 13 - 15 La estructura del Catecismo de la Iglesia Católica I - para los que nunca lo aprendimos

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Punto 13 “El plan de este catecismo se inspira en la gran tradición de los catecismos, los cuales articulan la catequesis en torno a cuatro "pilares": la profesión de la fe bautismal (el Símbolo), los sacramentos de la fe, la vida de fe (los Mandamientos), la oración del creyente (el Padre Nuestro). “
. La estructura básica del Catecismo no es algo nuevo, es la que han seguido siempre los catecismos.  Ha tenido siempre 4 pilares: credo, sacramentos, mandamientos y oración. Son pilares firmes sobre la roca que es Cristo.
. Son fundamentos básicos que no cambian, que son eternos, cielo y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán.  Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. En el Catecismo tenemos una base firme afianzada en Cristo.
. Esto no significa un inmovilismo, pero no inventamos la fe, la fe nos es dada. El progreso es ir explicitando la verdad, ir explicándola mejor.
. El primer pilar es la profesión de fe, el credo. Los evangelios se tradujeron a la lengua escrita en griego, y antes de llamarse credo, se llamaba símbolo, y símbolo en griego significa resumen o contraseña.  El credo es el resumen de las verdades principales que profesamos los católicos.
. En qué consiste ser cristiano? No es algo moralista, como ser buena persona, o ser solidario y compartir.

Catecismo Puntos 10 - 12 Fin y destinatarios de este Catecismo - para los que nunca lo aprendimos

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Punto 10 “No es extraño, por ello, que, en el dinamismo del Concilio Vaticano II (que el Papa Pablo VI consideraba como el gran catecismo de los tiempos modernos), la catequesis de la Iglesia haya atraído de nuevo la atención. El Directorio general de la catequesis de 1971, las sesiones del Sínodo de los Obispos consagradas a la evangelización (1974) y a la catequesis (1977), las exhortaciones apostólicas correspondientes, Evangelii nuntiandi (1975) y Catechesi tradendae (1979), dan testimonio de ello. La sesión extraordinaria del Sínodo de los Obispos de 1985 pidió "que sea redactado un catecismo o compendio de toda la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral" (Relación final II, B, a, 4). El Santo Padre, Juan Pablo II, hizo suyo este deseo emitido por el Sínodo de los Obispos reconociendo que "responde totalmente a una verdadera necesidad de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares" (Discurso de clausura del Sínodo, asamblea extraordinaria, 7 de diciembre de 1985). El Papa dispuso todo lo necesario para que se realizara la petición de los padres sinodales.”

. Este Catecismo ha nacido del Concilio Vaticano II, para salir al encuentro del mundo. Igual que Cristo vino a nuestro encuentro, la Iglesia ha querido salir a nuestro encuentro entregando este Catecismo. En el Sínodo de los obispos de 1.985, se evaluó como iba el Concilio y se vio la importancia de elaborar un Catecismo para ofrecer a todo el mundo cuál es la fe católica. La fe católica formulada objetivamente para todos.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Catecismo Puntos 8 y 9 Transmitir la fe: la catequesis III para los que nunca lo aprendimos

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Extractos del audio

Punto 8   Los períodos de renovación de la Iglesia son también tiempos en los que a la catequesis le corresponde un mayor empeño. Así, en la gran época de los Padres de la Iglesia, vemos a santos obispos consagrar una parte importante de su ministerio a la catequesis. Es la época de san Cirilo de Jerusalén y de san Juan Crisóstomo, de san Ambrosio y de san Agustín, y de muchos otros Padres cuyas obras catequéticas siguen siendo modelos.

 . Los momentos de renovación de la vida de la Iglesia han estado muy ligados con la catequesis. La renovación de la Iglesia no significa que la Iglesia tenga que cambiar y adaptarse a este mundo y finalmente mundanizarse. No se trata de mundanizar el crisitianismo y secularizarnos internamente. Eso no es renovación. Renovación es encarnarse en el mundo sin secularizarse, es volver a los orígenes, volver al amor primero, ir a lo esencial,… intentar purificar lo que se ha ido adhiriendo a lo largo del camino. Es como sacudir la alfombra para que vuelvan a salir los colores originales.
Renovarse no es pensar cómo piensa este mundo. La auténtica renovación de la Iglesia suele coincidir con un resurgir de la catequesis porque en la catequesis se va lo fundamental, a lo troncal. Ir a los fundamentos de nuestra fe (Credo, Mandamientos, Sacramentos y Oración)

 . En las funciones del obispo, el primer catequista tiene que ser el obispo, tiene que predicar.

Punto 9  “El ministerio de la catequesis saca energías siempre nuevas de los concilios. El Concilio de Trento constituye a este respecto un ejemplo digno de ser destacado: dio a la catequesis una prioridad en sus constituciones y sus decretos; de él nació el Catecismo Romano que lleva también su nombre y que constituye una obra de primer orden como resumen de la doctrina cristiana; este Concilio suscitó en la Iglesia una organización notable de la catequesis; promovió, gracias a santos obispos y teólogos como san Pedro Canisio, san Carlos Borromeo, san Toribio de Mogrovejo, san Roberto Belarmino, la publicación de numerosos catecismos.  

. Estamos en el s.XVI, cuando se aplica el concilio de Trento y nace el Catecismo romano, que ha sido el Catecismo que ha durado tantos siglos hasta este nuevo Catecismo fruto del concilio Vaticano II.


 . El catequista tiene que estar enamorado de lo que dice, aunque no tenga el don de la palabra o tartamudee, estando convencido y enamorado de la palabra, es la fuerza del espíritu de Cristo la que mueve los corazones.