domingo, 7 de junio de 2015

Catecismo 534. Los Misterios de la infancia y de la vida oculta de Jesús. Los Misterios de la vida oculta de Jesús II

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Punto 534 El hallazgo de Jesús en el Templo (cf. Lc 2, 41-52) es el único suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús. Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su filiación divina: "¿No sabíais que me debo a los asuntos de mi Padre?" María y José "no comprendieron" esta palabra, pero la acogieron en la fe, y María "conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón", a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto en el silencio de una vida ordinaria.

.El hallazgo de Jesús en el Templo es el único suceso que rompe el silencio de los evangelios sobre los treinta años de la vida oculta de Jesús en Nazaret. Esas primeras palabras que nos han llegado de lo que dijo Jesús las guardamos como oro en paño, pues son las primeras que conocemos pronunciadas por él. Este episodio solo lo relata el evangelio de Lucas. Y precisamente porque existe una gran discreción en los evangelios canónicos sobre la vida oculta de Jesús, han sido los evangelios apócrifos los que querían decir algo más, sobre todo en el pseudo Tomás en el capítulo 19 dice: “todos estaban pendientes del niño y se admiraban de ver como dejaba sin palabras a los ancianos y maestros del pueblo desentrañando los puntos principales de la ley y las parábolas de los profetas”, y aunque no los consideremos palabra de Dios, los evangelios apócrifos tienen pasajes hermosos.

. En Lucas 2,41-52 “Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.” Es decir, se vivía un tiempo religioso, y la familia de Jesús cumplía con creces lo que la ley mandaba a los judíos. Las mujeres no tenían obligación de ir, y los niños tampoco tenían obligación de ir hasta los trece años, y sin embargo María y el niño con doce años subían a Jerusalén, por tanto vemos como cumplen la ley con creces.
“Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.” La fiesta de Pascua duraba siete días. Podemos imaginar la angustia de María y José de dónde está nuestro hijo?. “Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.” María y José no son conscientes del nivel de intimidad de Jesús con el Padre, ni tampoco son conscientes que está siendo una lección de educar sus corazones, quiere mostrarles que ese niño es ante todo hijo del Padre y les educa y purifica para ese desprendimiento de Jesús. Todo padre o madre tiene un sentido natural de protección y posesión de su hijo, y María estaba siendo educada no en poseer a su hijo sino en entregarlo, no para intentar evitar cualquier sufrimiento y evitar el camino de la cruz, sino para ayudarle a su hijo a llevar el camino de la cruz. “Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?». Ellos no entendieron lo que les decía. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.” María y José tras esta situación callan, acogen una palabra misteriosa que no entienden, y María “rumia” todo esto en su corazón. Y nosotros también necesitamos tiempo para interpretar, acoger y personalizar en nuestras vidas los hechos salvíficos y ver el designio de amor que Dios ha tenido. Es destacable en María y José que aunque no entienden, no se rebelan, no se enfadan ni piden explicaciones, sino que acogen en silencio la palabra de su hijo.

. En el detalle de que encontraron a Jesús al tercer día de buscarlo, hay más de un comentarista y padres de la iglesia de los primeros siglos que ven una referencia al tercer día de la resurrección de Cristo, es decir, está preparando en este episodio la espera de María a la resurrección de su hijo Jesucristo. Hubo un tiempo en que la iglesia estaba reducida a un miembro, a María, que era la única que esperaba la resurrección de su hijo. Son pues una preparación para el momento de sufrimiento, el dolor, el momento de la profecía de Simeón en que una espada atravesará su corazón.

. Otro detalle es el hecho de que a Jesús le encuentren en el templo, donde era frecuente el que los seguidores de la doctrina judía se sentasen alrededor de los rabinos para profundizar en la palabra de Dios. Lo solía hacer en el sentido de la diatriba, con preguntas, respuesta y diálogo, pero sin polemizar sino aclarando los términos. Jesús se sienta en medio de los doctores y le rodean y estaban sorprendidos de su sabiduría. Estar sentado es la postura en la que se solía enseñar.

. Un último detalle es la respuesta de Jesús: “porqué me buscabais?...no sabíais que debía estar en la casa (templo) de mi Padre, en las cosas de mi Padre, entre los amigos de mi Padre?”, Jesús responde de forma educadora, al referirse al templo recuerda que a los 40 días de su nacimiento fue ofrecido en el templo y según la tradición judía fue rescatado con la ofrenda de dos pichones. Es pues una forma de recordar que fue ofrecido a Dios, que pertenece a Dios. Al referirse a las cosas, a los asuntos de mi Padre es una referencia a que Jesús ha venido para servir en la redención del mundo, por tanto el horizonte de Jesús es la humanidad entera. Al referirse entre los amigos de mi Padre, nos indica a estar entre los hombre de Dios. Entre los que buscan la voluntad de Dios están la madre y los hermanos, es decir, la familia de Jesús son todos los que quieren servir fielmente a Yahveh.        

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