Creer
solo en Dios
Punto
150 La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al
mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que
Dios ha revelado. En cuanto adhesión personal a Dios y asentimiento a la verdad
que Él ha revelado, la fe cristiana difiere de la fe en una persona humana. Es
justo y bueno confiarse totalmente a Dios y creer absolutamente lo que Él dice.
Sería vano y errado poner una fe semejante en una criatura (cf.Jr 17,5-6; Sal 40,5;
146,3-4).
. Sé de quién me he fiado. Por una parte la fe es
una adhesión personal a Dios, es una fe que me compromete y comporta mi vida.
Creer no solo es opinar qué, sino seguir a Dios, compromete toda mi
vida. Por ejemplo, el médico famoso que hacía alarde de su increencia,
trabajaba en un hospital de las hijas de la caridad, fue acompañándolas a
Lourdes y en el pulso que mantenía con las religiosas de creer en Dios o de no
creer en Dios, se atrevió a decirle a las religiosas “que se cure este enfermo
y ustedes verán como yo creo”. Lo dijo por un enfermo que estaba especialmente
grave, y resulta que aquel enfermo se curó metiéndole con la camilla en la
piscina de Lourdes. Esta curación está en los anales como una de las más
espectaculares. Pero el médico, testigo directo de aquella curación, no creyó,
lo que hizo esa noche fue emborracharse, siguió sin creer. Tardó muchos años en
convertirse. Cumplir lo que prometió de creer, le iba a suponer que al volver a
sus círculos sociales, su conducta tenía que cambiarla, su compromiso de vida
sería otro, sus colegas le dirían que las monjitas le han ganado el pulso,
etc. etc. Creer no es solo un acto intelectual, sino que en ello te va la vida,
es seguir y conformar tu vida a Dios. La fe no es algo teórico, es algo vital.
. La fe es un asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. Al
seguir a Dios, me fio de las verdades que me ha revelado. Es una actitud vital
de confianza y seguimiento a Dios y creer en las verdades que nos ha revelado. La
fe implica asentir las verdades del credo y el seguimiento vital, que tu vida
se implique. Ni creer con una vida que no tiene nada que no se compromete,
ni tener un compromiso vital que no cree en las verdades como la resurrección.
. La expresión tengo fe solo se puede referir a Dios. Si lo aplicáramos a
una persona cometeríamos una idolatría porque todo el mundo nos puede fallar,
uno mismo de hecho falla a los demás. Sin embargo en Dios no hay error.
Creer en Jesucristo, el Hijo de Dios
Punto
151 Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en Aquel que él
ha enviado, «su Hijo amado», en quien ha puesto toda su complacencia
(Mc 1,11). Dios nos ha dicho que les escuchemos (cf. Mc 9,7). El
Señor mismo dice a sus discípulos: «Creed en Dios, creed también en mí»
(Jn 14,1). Podemos creer en Jesucristo porque es Dios, el Verbo hecho
carne: «A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del
Padre, él lo ha contado» (Jn 1,18). Porque «ha visto al Padre»
(Jn 6,46), él es único en conocerlo y en poderlo revelar
(cf. Mt 11,27).
. Para nosotros los cristianos, creer en Dios y
creer en Jesucristo no son dos cosas, es una misma cosa porque Dios
se ha revelado en Jesucristo, porque conocemos a Dios a través de Dios
encarnado. Jesucristo cuando dice creed en Dios y creed también en mí, solo él
puede decirlo.
Solamente Jesucristo puede ser el revelador del padre
porque le conoce plenamente, porque es Dios mismo. Hay un conocimiento pleno
entre el hijo y el padre.
Creer en el Espíritu Santo
Punto 152 No se puede
creer en Jesucristo sin tener parte en su Espíritu. Es el Espíritu Santo quien
revela a los hombres quién es Jesús. Porque «nadie puede decir: "Jesús es
Señor" sino bajo la acción del Espíritu Santo» (1 Co 12,3). «El
Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios [...] Nadie conoce lo
íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios» (1 Co 2,10-11). Sólo Dios conoce
a Dios enteramente. Nosotros creemos en el Espíritu Santo porque es
Dios.
La Iglesia no cesa de confesar su fe en un solo Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
. No se puede creer en Jesucristo sin tener parte en
su espíritu. Es el Espíritu Santo quien revela a los hombres quién es Jesús.
Solo Dios puede revelar a Dios enteramente. Nadie puede decir Jesús es Señor si
no le está asistiendo el ES para decirlo.
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