Punto 470 Puesto que en la unión misteriosa de la Encarnación "la naturaleza humana ha sido asumida, no absorbida" (GS 22, 2), la Iglesia ha llegado a confesar con el correr de los siglos, la plena realidad del alma humana, con sus operaciones de inteligencia y de voluntad, y del cuerpo humano de Cristo. Pero paralelamente, ha tenido que recordar en cada ocasión que la naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido. Todo lo que es y hace en ella proviene de "uno de la Trinidad". El Hijo de Dios comunica, pues, a su humanidad su propio modo personal de existir en la Trinidad. Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo expresa humanamente las costumbres divinas de la Trinidad (cf. Jn 14, 9-10):
«El Hijo de Dios [...] trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado» (GS 22, 2).
. Cómo Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre?. Dios ha asumido la condición humana pero no la ha absorbido. La divinidad es infinita y la humanidad es limitada, la iglesia confiesa la plena realidad del cuerpo humano de Jesucristo con su psicología humana, su voluntad humana, su inteligencia humana, su sensibilidad humana, es decir, su alma humana.
. La persona divina de Jesucristo, que preexistía antes de asumir la naturaleza humana, todo lo que ese hombre Jesús pensó, obró, hizo,… lo hacía el hijo de Dios, lo hacía la persona divina del hijo de Dios, la segunda persona de la Trinidad. La 2ª persona de la Trinidad, Dios verdadero, tiene también sentimientos humanos, y tiene también experiencias humanas porque Jesucristo no son dos personas, es una persona divina, y pasa a tener experiencia humana, a ser hombre y no tener solo condición divina. La humanidad tiene una forma de existir en la Trinidad. En Cristo hay una única persona divina que tiene experiencia humana, pasa a tener una forma de ser humana, es un modo de existir en la Trinidad. En Jesucristo, al ser plenamente hombre, ésta experiencia de qué es ser hombre no es ajena a Dios porque la ha asumido plenamente.
. En Juan 14,9-10 “.. Le dice Jesús a Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí. “, subraya la plena unión que hay entre Cristo y el Padre, el que ha visto a Cristo ha visto al Padre, porqué?, porque está viendo a una persona divina, el que ve a Jesús no solo ve una humanidad, no, no, está viendo a una persona que es persona divina en su naturaleza humana que es inseparable de la persona que ha asumido, por tanto el que ve a Jesús está viendo al Padre porque las tres personas de la Santísima Trinidad son inseparables.
. El hijo de Dios trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia humana,…. Se hizo uno de nosotros en todo menos en el pecado. El pecado deforma la humanidad.
El alma y el conocimiento humano de Cristo
Punto 471 Apolinar de Laodicea afirmaba que en Cristo el Verbo había sustituido al alma o al espíritu. Contra este error la Iglesia confesó que el Hijo eterno asumió también un alma racional humana (cf. Dámaso I, Carta a los Obispos Orientales: DS, 149).
. Aquí vemos un error histórico que hizo Apolinar de Laodicea que afirmaba que el Verbo había sustituido al alma, es decir, que como en un hombre hay cuerpo y alma, en Jesús el cuerpo era humano y el alma humana no existía, el lugar del alma lo ocupaba Dios. El hombre tiene esa doble dimensión: corporal y espiritual. La iglesia dijo que Jesucristo no solo tiene cuerpo humano también tiene alma humana, porque de lo contrario Jesucristo sería medio hombre, tendría cuerpo humano y no tendría voluntad humana, psicología humana,… se dice que el alma tiene dos facultades superiores: inteligencia y voluntad. Si Jesús no tiene alma humana entonces no tiene voluntad humana, no tiene pensamiento humano, no tiene sensibilidad humana,… la iglesia rechaza la afirmación de Apolinar.
Punto 472 Este alma humana que el Hijo de Dios asumió está dotada de un verdadero conocimiento humano. Como tal, éste no podía ser de por sí ilimitado: se desenvolvía en las condiciones históricas de su existencia en el espacio y en el tiempo. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52) e igualmente adquirir aquello que en la condición humana se adquiere de manera experimental (cf. Mc 6, 38; 8, 27; Jn 11, 34; etc.). Eso correspondía a la realidad de su anonadamiento voluntario en "la condición de esclavo" (Flp 2, 7).
. El que Dios se haya hecho hombre ha supuesto un anonadamiento, es decir, que Dios mismo se ha despojado de lo que es propio de la condición divina, de su infinitud, de su totalidad, de su omnisciencia…. Jesús se somete al aprendizaje humano, aprendió a hablar, a leer y escribir y a otras experiencias humanas de crecimiento paulatino. Se despojó pero no dejó de ser Dios, renunció a la forma divina y asumió la forma humana que le limita en el modo de ser Dios. Dios en su humildad se ha limitado a la forma humana desprendiéndose de su condición divina.
. Jesús no nació sabiendo, tuvo que recurrir a la experiencia de preguntar como cualquiera de nosotros. Estaba sometido a la ley del conocimiento humano.
Punto 473 Pero, al mismo tiempo, este conocimiento verdaderamente humano del Hijo de Dios expresaba la vida divina de su persona (cf. san Gregorio Magno, carta Sicut aqua: DS, 475). "El Hijo de Dios conocía todas las cosas; y esto por sí mismo, que se había revestido de la condición humana; no por su naturaleza, sino en cuanto estaba unida al Verbo [...]. La naturaleza humana, en cuanto estaba unida al Verbo, conocida todas las cosas, incluso las divinas, y manifestaba en sí todo lo que conviene a Dios" (san Máximo el Confesor,Quaestiones et dubia, 66: PG 90, 840). Esto sucede ante todo en lo que se refiere al conocimiento íntimo e inmediato que el Hijo de Dios hecho hombre tiene de su Padre (cf. Mc14, 36; Mt 11, 27; Jn 1, 18; 8, 55; etc.). El Hijo, en su conocimiento humano, mostraba también la penetración divina que tenía de los pensamientos secretos del corazón de los hombres (cf Mc 2, 8; Jn 2, 25; 6, 61; etc.).
. Observamos en los evangelios, que aunque Jesús crecía en estatura, en sabiduría,… aprendía los salmos, pero también es cierto que se manifiesta en los evangelios que Jesús tenía un tipo de unión íntima con el Padre. Tenía un conocimiento del Padre que era superior a lo que meramente como hombre podía haber conocido, por ejemplo ese llamarle “Abbá” a Dios padre partía de un conocimiento íntimo entre la humanidad y la divinidad, que superaba el conocimiento humano, o por ejemplo en Mt 11,27 “Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo”, Jesús habla con un conocimiento connatural del Padre que supera la condición humana.
. Y también esto se nota con mucha claridad en los pasajes del evangelio en los que Jesús llegaba a conocer el pensamiento de los hombres, por ejemplo en Marcos 2,8 “… conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior les dice: porqué pensáis así en vuestros corazones …”, o cuando le dice a la samaritana: “.. dices bien que no tienes marido porque has tenido cinco maridos y el que tienes ahora no es tuyo…” es decir, Jesús conocía el corazón de la samaritana.
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