martes, 5 de abril de 2016

Catecismo 857-860. La Iglesia es apostólica. La misión de los Apóstoles

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IV La Iglesia es apostólica

Punto 857 La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido:
— fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los Apóstoles" (Ef 2, 20; Hch 21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt28, 16-20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.).
— guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles (cf 2 Tm 1, 13-14).
— sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "al que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia" (AG 5):
«Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio (Prefacio de los Apóstoles I: Misal Romano).

. Posiblemente el atributo “apostólico” sea el más importante pues es el fundamento de los atributos anteriores de “una”, “santa” y “católica”. Es ese atributo de la continuidad que tiene la iglesia desde Jesucristo a través de los apóstoles. La iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles en un triple sentido: · en el sentido de que fue y permanece edificada sobre el fundamento de los apóstoles, Efesios 2,20 “Sois como un edificio levantado sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas; y el propio Cristo Jesús es la piedra que corona el edificio” , es decir, los cimientos de esta iglesia fueron y permanecen en los apóstoles que fueron testigos oculares de la resurrección de Cristo y enviados por Cristo a evangelizar. Esos apóstoles fueron testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo, Mateo 28,16-20 “Así pues, los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al ver a Jesús, le adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo: –Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enseñadles a cumplir todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Jesús antes de enviarles, reafirma “me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”, es decir, para que no temáis ni estéis asustados les recuerda que quien les envía está revestido de pleno poder. En Hechos 1,8” …pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra“ Jesús les envía a ser testigos, a testificar lo que han visto y han oído con el poder del Espíritu, no con el poder de la carne, ya vimos como con el poder de la carne no pueden testificar, por ejemplo, el mismo Pedro con el poder de la carne no pudo testificar sino que negó a Cristo, sin embargo con el poder del Espíritu le testificó y fue mártir.

. Un segundo sentido de que la iglesia es apostólica lo vemos en cuanto que guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza, el buen depósito, las palabras oídas a los apóstoles. Hechos 2,42 “acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles” o 2ª Timoteo 1,13-14 “Sigue el modelo de la sana enseñanza que de mí has recibido, y vive en la fe y el amor que tenemos por estar unidos a Cristo Jesús. Con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida de la buena doctrina que Dios te ha confiado”, aquí se insiste en que hay un depósito que debe ser cuidado y transmitido, Jesús fundó una iglesia apostólica con la intención de continuidad, de no abandonarla, de que estará con nosotros siempre hasta el final, y de esta continuidad viene la sucesión apostólica y que el depósito de la fe sea algo que perdure.

. Un tercer sentido lo vemos porque la iglesia sigue siendo enseñada por los apóstoles, el colegio de los obispos sucede a los apóstoles, esto es lo que llamamos la sucesión apostólica. Esto la primitiva comunidad cristiana lo valoraba tremendamente para distinguir la verdadera iglesia de las falsas iglesias. Por ejemplo cuando san Ireneo pugnaba con los herejes que se separaban de la iglesia les cuestionaba la iglesia que estaban fundando los herejes diciéndoles cómo se entronca esa iglesia con los apóstoles de Jesucristo, cuál es la continuidad apostólica de esa iglesia. La primitiva iglesia al rezar el canon, mentaba toda la sucesión apostólica (los nombres) porque era consciente de que esos eran los sucesores de los apóstoles y que su iglesia entroncaba con Cristo a través de esa sucesión apostólica. Entonces, Ireneo discute con las iglesias herejes porque no mantienen la sucesión apostólica y no se entroncan con Cristo. San Ireneo tuvo el cuidado de hacer un árbol genealógico entre cada uno de los obispos hasta llegar a uno de los doce apóstoles. Un obispo es un sucesor de los doce apóstoles, en concreto el obispo de Roma es sucesor de san Pedro.

La misión de los Apóstoles

Punto 858 Jesús es el enviado del Padre. Desde el comienzo de su ministerio, "llamó a los que él quiso [...] y vinieron donde él. Instituyó Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar" (Mc 3, 13-14). Desde entonces, serán sus "enviados" [es lo que significa la palabra griega apostoloi]. En ellos continúa su propia misión: "Como el Padre me envió, también yo os envío" (Jn 20, 21; cf. Jn 13, 20; 17, 18). Por tanto su ministerio es la continuación de la misión de Cristo: "Quien a vosotros recibe, a mí me recibe", dice a los Doce (Mt 10, 40; cf,Lc 10, 16).

. Marcos 3.13-14 “Después subió Jesús a un cerro y llamó a quienes le pareció conveniente. Una vez reunidos, eligió a doce de ellos para que le acompañasen y para enviarlos a anunciar el mensaje. Los llamó apóstoles”, Jesús instituyó doce, entroncando las doce tribus de Israel del Antiguo Testamento con los doce apóstoles, para que estuvieran con Él y luego para enviarlos a predicar, lo cual remarca más que Jesús creó una escuela apostólica. Apóstol significa enviado y en los apóstoles Jesús continúa y prolonga su propia misión. Si Cristo es el enviado del Padre, los apóstoles son los enviados de Jesucristo. Por tanto dice a los doce “quien a vosotros recibe, a mí me recibe”, y quien rechaza a un apóstol está rechazando a Jesucristo. Mateo 10,14 “Y si no os reciben ni quieren escucharos, salid de la casa o del pueblo y sacudíos el polvo de los pies. Os aseguro que en el día del juicio el castigo de ese pueblo será más duro que el de los habitantes de la región de Sodoma y Gomorra”, aquí vemos hasta qué punto se siente Jesús implicado en el envío de los apóstoles. Lucas 10,16 “El que os escucha a vosotros me escucha a mí, y el que os rechaza a vosotros me rechaza a mí; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió” o Mateo 10,40 “El que os recibe a vosotros, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”, todo ello remarca hasta qué punto los apóstoles son prolongación de Jesucristo, hasta el punto de que es Cristo mismo el que está siendo recibido o rechazado.

Punto 859 Jesús los asocia a su misión recibida del Padre: como "el Hijo no puede hacer nada por su cuenta" (Jn 5, 19.30), sino que todo lo recibe del Padre que le ha enviado, así, aquellos a quienes Jesús envía no pueden hacer nada sin Él (cf. Jn 15, 5) de quien reciben el encargo de la misión y el poder para cumplirla. Los Apóstoles de Cristo saben por tanto que están calificados por Dios como "ministros de una nueva alianza" (2 Co 3, 6), "ministros de Dios" (2 Co 6, 4), "embajadores de Cristo" (2 Co 5, 20), "servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios" (1 Co 4, 1).

. Se afirma que los que son enviados por Cristo saben perfectamente que sin Él no pueden hacer nada. Juan 15,5 “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos, el que permanece en mí y Yo en él, ése da fruto, porque sin mí no podéis hacer nada”. Si esta expresión “sin mí no podéis hacer nada” puede ser aplicada a todo cristiano, porque no somos nada sin la gracia de Dios, pues todavía puede ser aplicada de una forma más directa a lo que al ministerio se refiere para los apóstoles. Si cortamos el sarmiento de la vid, si cortamos la sucesión apostólica no somos nada. Los apóstoles son algo en cuanto que se están entroncando con la sucesión apostólica que es Cristo, si se rompe, si se poda la sucesión apostólica entonces es cuando surge una secta, que tal significa secta, secta es separación, segregación, apartado.

Punto 860 En el encargo dado a los Apóstoles hay un aspecto intransmisible: ser los testigos elegidos de la Resurrección del Señor y los fundamentos de la Iglesia. Pero hay también un aspecto permanente de su misión. Cristo les ha prometido permanecer con ellos hasta el fin de los tiempos (cf. Mt 28, 20). "Esta misión divina confiada por Cristo a los Apóstoles tiene que durar hasta el fin del mundo, pues el Evangelio que tienen que transmitir es el principio de toda la vida de la Iglesia. Por eso los Apóstoles se preocuparon de instituir [...] sucesores" (LG 20).

. Los apóstoles tienen una cualidad que les hace irrepetibles, que hace que la figura del apóstol sea admirada en toda la iglesia, que sea punto de referencia. Nos podemos imaginar el entusiasmo que suscitaría en la primitiva comunidad cristiana con la presencia de los apóstoles cuando iban a predicar pues iban a escuchar a un testigo de la resurrección de Jesús, alguien que había compartido una convivencia durante tres años con Jesús, que había aprendido de Jesús, etcétera, es lógico por tanto ese entusiasmo al escucharles. Jesús prometió que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, promete una gracia que perdura a lo largo del tiempo, no es una gracia puntual. Dios siempre permanece fiel aunque nosotros no lo seamos, Dios siempre está con nosotros aunque nosotros no siempre estemos con él. 

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