Punto 774 La palabra griega mysterion ha sido traducida en latín por dos términos: mysterium y sacramentum. En la interpretación posterior, el término sacramentum expresa mejor el signo visible de la realidad oculta de la salvación, indicada por el término mysterium. En este sentido, Cristo es Él mismo el Misterio de la salvación: Non est enim aliud Dei mysterium, nisi Christus ("No hay otro misterio de Dios fuera de Cristo"; san Agustín, Epistula 187, 11, 34). La obra salvífica de su humanidad santa y santificante es el sacramento de la salvación que se manifiesta y actúa en los sacramentos de la Iglesia (que las Iglesias de Oriente llaman también "los santos Misterios"). Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza, en la Iglesia que es su Cuerpo. La Iglesia contiene, por tanto, y comunica la gracia invisible que ella significa. En este sentido analógico ella es llamada "sacramento".
. La palabra sacramento se utilizó de forma novedosa en el Concilio Vaticano II referida a la Iglesia. Hasta entonces la Iglesia no había utilizado en su magisterio la expresión “sacramento”. La palabra sacramento quiere decir “un signo visible de una gracia que es invisible y que también es instrumento”, por una parte significa algo, es un signo, y por otra parte es un instrumento eficaz. Por ejemplo, el agua del bautismo es un sacramento porque es un signo visible que simboliza la nueva vida, la pureza del alma, la limpieza del pecado original, etc, y el agua además de símbolo es un instrumento, Dios a través del agua nos purifica, nos santifica, nos da una vida nueva de hijos de Dios. El agua no es solo un signo pues, es además instrumento. Sacramento es pues signo visible e instrumento eficaz. El ejemplo del agua lo vemos para la Iglesia como sacramento, al ser signo visible de una presencia invisible de Dios entre nosotros y además es instrumento a través del cual Dios nos santifica.
. Una de las grandes afirmaciones del Concilio Vaticano II fue la de la sacramentalidad de la Iglesia, y eso es tener conciencia de la vocación que Dios ha dado a la Iglesia, porque es un signo visible de Dios para salvar al mundo, porque la Iglesia tiene conciencia de que está llamada a ser instrumento de Dios para toda la humanidad. Todos están llamados a pertenecer a la Iglesia porque todos estamos llamados a Dios, la Iglesia no es pues un “club particular” de unos pocos.
. Ha existido siempre la tentación de reducir a la iglesia a una visión interiorista o a una visión institucional. Los que hablan de la iglesia desde fuera tienen más la tentación de reducirla a una mera institución, a una organización humana, quedándose en algo visible negando lo invisible. Mientras que desde los cristianos que formamos la iglesia existe la tentación contraria, de ver en la iglesia únicamente una comunidad de fe negando el aspecto visible, el aspecto institucional de la iglesia, quedándose en una comunión en el amor donde sobra la jerarquía y las instituciones. El mundo secularizado que ve a la iglesia desde fuera no quiere ver a la iglesia como signo de Cristo ni instrumento de Cristo ni nada por el estilo, y sin embargo algunos cristianos que están dentro de la iglesia tienen la tentación contraria de un supuesto espiritualismo que rechaza la institución, solo les importan los valores de Cristo pero no quieren ninguna institución que les dicte ni gobierne, quieren solo una iglesia espiritualista. La iglesia tiene dos dimensiones inseparables, iglesia institucional e iglesia espiritual. No decimos Cristo: Dios u hombre; Iglesia: institución o lugar del espíritu. No decimos “o”, sino que decimos “y”: Cristo Dios y hombre verdadero; Iglesia institución y cuerpo místico de Cristo.
. Jesús puso a Pedro como roca incluso cuando era un pecador, y aunque la iglesia de la tierra haya pecado en los miembros que la formamos, aunque seamos pecadores, es la verdadera iglesia del Señor. No hemos de escandalizarnos por el hecho de que los que formamos parte de esta iglesia seamos pecadores, Jesús ya sabía que Pedro era pecador y no por eso dejó de elegirle como roca sobre la que funda su iglesia.
. Lutero negaba la institución de la iglesia, diciendo que toda mediación humana corrompe la gracia de Dios y la pureza de la palabra de Dios. Por eso decía que le sobra toda mediación humana entre Dios y los hombres, y esta es una gran tentación porque Dios ha querido esa mediación y esa mediación ha sido en primer lugar Cristo y en segundo lugar la iglesia que prolonga la mediación de Cristo. El Señor quiso mediaciones humanas, cuando eligió a los doce apóstoles sabía que iban a ser una mediación a través de la cual los hombres iban a conocer a Cristo por la predicación de esos doce apóstoles. La iglesia entiende su esencia prolongando lo que es el ser de Cristo.
. No hay que escandalizarse de la iglesia, el que se escandaliza de la iglesia se escandaliza de Cristo. El motivo último por el que los fariseos querían apedrear a Jesús no eran tanto sus obras sino su pretensión de ser hijo de Dios, de su divinidad, esto es lo que no aguantaban los fariseos. Esto mismo pasa hoy en día con la iglesia, muchos están muy a favor de las obras de la iglesia, y lo que molesta es que la iglesia sea sacramento visible de Dios entre los hombres, tener conciencia de prolongar a Cristo entre los hombres. Hoy no se soporta que la existencia de Dios se haga histórica, se haga presente, se haga cercana a nosotros, y nos recuerde la voluntad de Dios, la frontera entre el bien y el mal, que rompe la idea cómoda de un Dios.
Punto 775 "La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano "(LG 1): Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia. Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, la Iglesia es también el sacramento de la unidad del género humano. Esta unidad ya está comenzada en ella porque reúne hombres "de toda nación, raza, pueblo y lengua" (Ap 7, 9); al mismo tiempo, la Iglesia es "signo e instrumento" de la plena realización de esta unidad que aún está por venir.
. La Iglesia es signo de la unidad de Dios con la humanidad y signo de la unión entre nosotros. Es pues la iglesia un antídoto del pecado que por definición es dispersión, divorcio del hombre con Dios, divorcio del hombre entre sí y divorcio interior del hombre.
Punto 776 Como sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. Ella es asumida por Cristo "como instrumento de redención universal" (LG 9), "sacramento universal de salvación" (LG 48), por medio del cual Cristo "manifiesta y realiza al mismo tiempo el misterio del amor de Dios al hombre" (GS 45, 1). Ella "es el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad" (Pablo VI, Discurso a los Padres del Sacro Colegio Cardenalicio, 22 junio 1973) que quiere "que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo" (AG 7; cf. LG 17).
. La Iglesia es instrumento eficaz, no solo simboliza la unidad de Dios con los hombres y la unión entre nosotros. Llamó la atención de que Jesucristo no solo dijese palabras hermosas, sino que esas palabras también eran efectivas, por ejemplo “Pero quien es este que hasta el viento y el mar le obedecen”, llamaba la atención el poder de la palabra de Cristo, no solo decía sino que hacía, que su palabra era eficaz. Por ejemplo “le manda a Lázaro salir de la tumba y Lázaro resurge de la tumba”. La palabra de Cristo está llena de poder, y además Cristo le da poder a la iglesia para que también sea eficaz, por ejemplo “lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo”, por lo tanto cuando la iglesia dice aquí “tus pecados son perdonados”, también en el cielo quedan perdonados. Esto es un misterio porque Dios se está de alguna manera supeditando a la palabra de la iglesia, y Dios es obediente y se compromete a la palabra del sacerdote.
. Hay pues una forma nueva de definir a la Iglesia que es muy gráfica, que es decir que la iglesia es sacramento de Dios. Un sacramento es algo que significa (como el agua que simboliza la pureza del alma) y realiza eficazmente. Tomando ese ejemplo de lo que es un sacramento, se le aplica a la iglesia, y la iglesia es un signo visible de la presencia de Cristo entre nosotros que realiza eficazmente las mismas cosas que Cristo realizó porque Cristo le ha puesto ese poder de eficacia.
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