miércoles, 11 de marzo de 2015

Catecismo 268-271. El Todopoderoso

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Punto 268 De todos los atributos divinos, sólo la omnipotencia de Dios es nombrada en el Símbolo: confesarla tiene un gran alcance para nuestra vida. Creemos que esa omnipotencia es universal, porque Dios, que ha creado todo (cf. Gn 1,1; Jn 1,3), rige todo y lo puede todo; es amorosa, porque Dios es nuestro Padre (cf. Mt 6,9); es misteriosa, porque sólo la fe puede descubrirla cuando "se manifiesta en la debilidad" (2 Co 12,9; cf. 1 Co 1,18).
"Todo cuanto le place, lo realiza" (Sal 115, 3)

. Que Dios es padre y es trinidad ya lo vimos en puntos anteriores, ahora vemos que Dios es todopoderoso. Hay muchos atributos para Dios como omnisciente, infinito, misericordioso, pero solo en el credo se cita como todopoderoso, por lo que algo especial tendrá este atributo. Confesar que Dios todo lo puede tiene un gran alcance en nuestra vida. Si uno cree que Dios es todopoderoso, su relación con él es de totalidad, uno se da cuenta que todo está en manos de Dios. Esto no es algo teórico, tiene muchas aplicaciones prácticas, nada se escapa a las manos de Dios, Dios sabe más, para Dios no hay nada imposible.

 . En tu vida, en una situación difícil, uno se pregunta: querrá Dios que esto salga adelante, será tu voluntad que esto salga adelante?... uno le dice al Señor: si esto no es voluntad tuya, ponme una dificultad invencible para que yo discierna y entienda que tu voluntad es que esto no siga adelante para saber si un proyecto será de Dios o no. Así entenderé que no tiene que salir adelante, y si es tu voluntad, dame las fuerzas y capacidad para acometer y superar las dificultades. Entonces la conclusión es que lo que Dios quiere sale adelante y lo que Dios no quiere yo tampoco lo quiero. Si es voluntad suya, tranquilo que Dos te dará los medios para sacarlo adelante. Como Dios lo puede todo, si lo quiere nos dará la capacidad. Si no, lo aceptamos y lo acogemos. Reconocer y confesar la omnipotencia de Dios tiene gran alcance en tu vida y consecuencias muy prácticas. La última palabra la tiene Dios, no yo. A Dios no se le escapa nada de la mano.

Punto 269 Las sagradas Escrituras confiesan con frecuencia el poder universal de Dios. Es llamado "el Poderoso de Jacob" (Gn 49,24; Is 1,24, etc.), "el Señor de los ejércitos", "el Fuerte, el Valeroso" (Sal 24,8-10). Si Dios es Todopoderoso "en el cielo y en la tierra" (Sal 135,6), es porque Él los ha hecho. Por tanto, nada le es imposible (cf. Jr 32,17; Lc 1,37) y dispone de su obra según su voluntad (cf. Jr 27,5); es el Señor del universo, cuyo orden ha establecido, que le permanece enteramente sometido y disponible; es el Señor de la historia: gobierna los corazones y los acontecimientos según su voluntad (cf. Est 4,17c; Pr 21,1; Tb 13,2): "El actuar con inmenso poder siempre está en tu mano. ¿Quién podrá resistir la fuerza de tu brazo?" (Sb 11,21).
"Te compadeces de todos porque lo puedes todo" (Sb 11, 23)

. La omnipotencia de Dios es misteriosa, Jesús en la cruz no utiliza su omnipotencia para bajar de la cruz, sino que calla, permanece en silencio, en un silencio misterioso que puede parecer incompatible con su omnipotencia. Si Dios lo puede todos como se conjuga esto. Porque tiene una forma de llevar adelante su omnipotencia que resulta misteriosa para nosotros, los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, las formas de Dios no son nuestras formas. La omnipotencia de Dios sigue siendo tal, incluso en medio de lo que para nosotros  parece debilidad. Es compatible la omnipotencia de Dios con la cruz? Esto es algo que nos resulta misterioso. El hombre confunde omnipotencia con gloria humana como le pasó a Pedro. Confesar la omnipotencia de Dios en medio de la debilidad es muy importante, no solo en los grandes triunfos humanos sino también en los momentos de debilidad. La gloria de Dios no siempre coincide con los triunfos humanos.

. El Señor todo lo que quiere lo hace, para el nada es imposible,… estas afirmaciones podrían entrar en contradicción con las catástrofes naturales y las desgracias humanas, sin embargo tenemos que hacer un acto de humildad muy grande, donde el hecho de que yo no entienda ciertas cosas no quiere decir que en la providencia de Dios no se hagan compatibles. Dios tiene una providencia amorosa pero también existe el misterio de mal que se ha introducido en el mundo por el pecado del hombre.  El mal nunca ha tenido su origen en Dios, sino en el pecado del hombre, y Dios es capaz de reconducir la historia para que de los males podamos obtener bienes y si no fíjate en tu propia vida.

Punto 270 Dios es el Padre todopoderoso. Su paternidad y su poder se esclarecen mutuamente. Muestra, en efecto, su omnipotencia paternal por la manera como cuida de nuestras necesidades (cf. Mt 6,32); por la adopción filial que nos da ("Yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor todopoderoso": 2 Co 6,18); finalmente, por su misericordia infinita, pues muestra su poder en el más alto grado perdonando libremente los pecados.

Punto 271 La omnipotencia divina no es en modo alguno arbitraria: "En Dios el poder y la esencia, la voluntad y la inteligencia, la sabiduría y la justicia son una sola cosa, de suerte que nada puede haber en el poder divino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su sabia inteligencia" (Santo Tomás de Aquino, S.Th., I, q. 25, a.5, ad 1).


. Si Dios todo lo ve y todo lo sabe, dónde queda la libertad humana? Esta reflexión pretende desde nuestra pequeñez colocarnos donde no nos corresponde, nosotros no tenemos la perspectiva de Dios. Por ejemplo, un helicóptero que está viendo lo que acontece, que sería la mirada de Dios, y ve que hay una curva donde uno está conduciendo y te pones a adelantar donde no debes adelantar confiando que no viene nadie, pero resulta que viene otro coche que tu no ves pero que Dios si lo está viendo. Dios sabe que vas a tener un accidente porque está conduciendo imprudentemente. El hecho de que Dios sepa lo que te va a pasar no quiere decir que tú no estés actuando libremente y actuando mal al adelantar donde no debes, no te quita a ti la responsabilidad. Hay que afirmar las dos cosas, una que tú eres libre, que está adelantando donde no debes y que Dios lo ve desde arriba y ve que te vas a chocar, pero una cosa no quita la otra, el hecho de que Dios sepa no quita que tú seas libre para actuar

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