Punto 618 La Cruz es el único sacrificio de Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1 Tm 2, 5). Pero, porque en su Persona divina encarnada, "se ha unido en cierto modo con todo hombre" (GS 22, 2) Él "ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de Dios sólo conocida [...] se asocien a este misterio pascual" (GS 22, 5). Él llama a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle" (Mt 16, 24) porque Él "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas" (1 P 2, 21). Él quiere, en efecto, asociar a su sacrificio redentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios (cf. Mc 10, 39; Jn 21, 18-19;Col 1, 24). Eso lo realiza en forma excelsa en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (cf. Lc 2, 35):
«Esta es la única verdadera escala del paraíso, fuera de la Cruz no hay otra por donde subir al cielo» (Santa Rosa de Lima, cf. P. Hansen, Vita mirabilis, Lovaina, 1668)
. La forma en la que Cristo ha tenido de afrontar el misterio del sufrimiento es con una respuesta comprometida, con una respuesta existencial. No es lo mismo hablar del sufrimiento que sufrir uno mismo, y Jesús acepta la cruz libremente de forma personal y vital. Jesús, además de dolores físicos, sufre la injusticia de las acusaciones falsas contra él, conoció el sufrimiento del fracaso, sufrió el sentirse abandonado, la ingratitud…. Por lo tanto cuando Jesús nos habla del sufrimiento lo hace con un compromiso personal de toda su vida, su discurso no es teórico. Sin embargo, Jesús pone todo su empeño en aliviar los sufrimientos a su alrededor, Jesús abraza el sufrimiento y a la vez intenta aliviarlo, las dos cosas al mismo tiempo. Esto nos enseña un sufrimiento transformado en acto redentor, Jesús nos enseña que el sufrimiento terreno no tiene carácter de castigo pues él mismo personifica al inocente abrumado por el dolor. La Pasión demuestra que el sufrimiento no es un castigo, dando al sufrimiento un significado de valor de redención. Cristo cambia el sentido del sufrimiento, de un significado de castigo a un significado de salvación.
. En el AT el sufrimiento tenía sentido de castigo, sin embargo vemos cuando le preguntan a Jesús ante un ciego “quién pecó para que este naciese ciego, pecó él o pecó su padre? Y contesta Jesús “ni pecó él ni pecó su padre, sino para que se manifestase la gloria de Dios”, es decir, con Jesús el sufrimiento deja de ser un castigo y pasa a tener el sentido de la manifestación de la gloria de Dios porque redime al hombre, le purifica. No se puede interpretar nunca un sufrimiento de cualquiera persona como un castigo infligido por Dios, sino que desde Cristo, cualquier situación de cruz hay que entenderla como una ocasión de ofrenda de la vida de la persona que sufre y de redención del mundo. Jesús supera el AT dando una interpretación distinta, novedosa al sentido del sufrimiento.
. Cómo somos asociados al sacrificio redentor de Cristo?, el Catecismo hace referencia a tres citas. 1) Marcos 10, 39, donde Jesús les dice a los hijos del Zebedeo que sí van a beber de su cáliz. 2) Juan 21,18-19, aquí Jesús le da a Pedro una vocación de seguimiento de su pasión. 3) Col 1,24 “Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia”, aquí Pablo dice que se alegra de sufrir lo que está sufriendo porque así completa en su carne lo que falta a la pasión de Cristo. Esto no significa que la pasión de Cristo sea incompleta, sino que significa que lo que le falta a la pasión de Cristo es nuestra asociación libre a la pasión de Cristo, no basta decir Cristo a muerto por mí, sino que hemos de dejarnos transformar por Jesús, tener una colaboración libre con la redención de Cristo. En nuestros sufrimientos de la vida estamos co-redimiendo con Cristo, somos corredentores, Jesús nos asocia a su pasión y hace que nuestros sufrimientos estén unidos al sentido redentor, no hay dolor inútil en nuestra vida.
. Cuál es el valor y el sentido del sufrimiento?: es un momento privilegiado para expresar el amor. Las manifestaciones de amor pueden ser muy diversas, pero algunas pueden esconder un interés, sin embargo la prueba más inequívoca de un amor verdadero es la capacidad de sufrir por la persona amada, dice Jesús “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Se dice “cuanto estás dispuesto a sacrificarte y te diré cuanto amas”. En el dolor, al hombre se le agudiza su capacidad de amar.
. El sufrimiento es nuestro camino, Jesús nos enseña que la cruz es el camino del hombre, la cruz es necesaria para el camino de resurrección, es necesario un proceso de purificación interior, de purificación de nuestro pecado. Entre los medios de purificación, la iglesia nos destaca la importancia de las obras de penitencia como la limosna, el ayuno, la oración… y el abrazar la cruz personal es el mejor camino de purificación. Así pues la cruz se convierte en camino para nosotros, es más debemos desconfiar de los caminos o espiritualidades que se plantean sin cruz, de los caminos fáciles. Uno de los sentidos del sufrimiento es que la cruz es camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario