viernes, 9 de octubre de 2015

Catecismo 640. El sepulcro vacío

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Punto 640 "¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado" (Lc 24, 5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres (cf. Lc 24, 3. 22- 23), después de Pedro (cf. Lc24, 12). "El discípulo que Jesús amaba" (Jn 20, 2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir "las vendas en el suelo"(Jn 20, 6) "vio y creyó" (Jn 20, 8). Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío (cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro (cf. Jn 11, 44).

. Hay distintos relatos que narran en los evangelios el hecho del sepulcro vacío, en el evangelio de san Juan se narra: “El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos”. En este texto Pedro y Juan entran en el sepulcro vacío y les impactó además de verlo vacío, encontrar las vendas en el suelo y el sudario aparte. El termino griego original que nos indica como estaban las vendas es el término o verbo “keymana, y este verbo es el mismo que se utiliza en griego cuando por ejemplo alguien ha sufrido una picadura de un insecto y tiene una hinchazón, cuando esa hinchazón va disminuyendo, se va desinflando se utiliza dicho verbo keymana como para decir que se está deshinchando la herida. Este verbo es el que utiliza san Juan para decir como encontró las vendas, las encontró aplanadas, deshinchadas. A san Juan le conmovió, le sacudió en su incredulidad encontrar las vendas alisadas, aplanadas y no encontrarlas quitadas, que hubiese sido lo que hubiera ocurrido si alguien hubiera ido a robar el cadáver. Las encontró como si el cuerpo hubiera salido de ahí sin haber quitado las vendas, como si se hubiera volatilizado, espiritualizado.

. En el evangelio de san Marcos nos narra lo siguiente: “Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas. pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo”. En este texto, se ve la historicidad de los evangelios al ser las mujeres los primeros testigos de la resurrección. Los evangelistas son todos hombres, y remarcan que fueron mujeres las primeras que vieron el sepulcro vacío. Por entonces el papel de la mujer en la sociedad judía era tal que el testimonio de la mujer no era siquiera válido, una mujer no podía testificar porque no era digna de tal cosa. Si alguien hubiera querido inventar que Jesús ha resucitado para que la gente creyese, lo último que haría sería poner como testigo de esa resurrección a un grupo de mujeres porque no le iba a creer nadie. La única razón de que haya sido escrito así es porque realmente ocurrió así. Si se lo hubiesen inventado habrían dicho un grupo de hombres. Este criterio de historicidad de los evangelios es el que se llama el criterio de discontinuidad.

. En Marcos vemos que las mujeres fueron a hora muy temprana a comprar perfumes para embalsamar a Cristo, y podría parecer contradictorio con el hecho de que san Juan 19,33 dice que el cuerpo de Jesús había sido embalsamado antes de ser sepultado. Sin embargo, todo parece indicar que se produjo una sepultura el Viernes Santo deprisa y corriendo porque se echaba el sábado encima, y nadie podía hacer ningún tipo de labor en el comienzo del sábado. Entre la muerte de Jesús y el comienzo del sábado pasan solo tres horas con lo que se presume que hasta que se llega a la sepultura no hubo tiempo de acabar con el embalsamamiento y por eso el domingo de madrugada fueron a terminar esa labor.

.  San Ignacio de Loyola considera que Jesús a quién se apareció primeramente fue a su madre, en un encuentro íntimo de agradecimiento por su fidelidad. 

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