Punto 638 "Os
anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha
cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús (Hch 13, 32-33).
La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo,
creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central,
transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos
del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al
mismo tiempo que la Cruz:
Cristo ha resucitado de los muertos,
con su muerte ha vencido a la muerte.
Y a los muertos ha dado la vida.
con su muerte ha vencido a la muerte.
Y a los muertos ha dado la vida.
(Liturgia bizantina: Tropario
del día de Pascua)
. La primera insistencia de este punto sobre la resurrección de
Jesucristo es la promesa cumplida, es decir, la resurrección es una promesa
cumplida. El hombre tiene un deseo de felicidad que es casi infinito y
luego topa con la realidad precaria de nuestra vida, tenemos deseo de eternidad
pero somos mortales y las ganas de vivir no se nos quitan. El hombre tiene el deseo
de felicidad y de eternidad que no se terminan, independientemente de los años
que tengamos. Por eso la promesa cumplida de que vendría alguien que colmaría
el deseo de plenitud no es solo para el pueblo judío sino para todos nosotros
que llevamos ese deseo dentro. Dios nos hizo para una vida sin fin, y en la
resurrección de Jesucristo se ha cumplido ese deseo.
. La resurrección se nos presenta como la verdad culminante de
nuestra fe en Cristo. Todos los artículos de fe son verdades y forman un todo,
sin embargo hay verdades de fe que son centrales y otras que están al servicio
de las anteriores, y la verdad culminante es la resurrección junto
con la encarnación y la muerte redentora de Cristo. Un ejemplo de una
verdad secundaria es la verdad del purgatorio que está al servicio de la verdad
de la vida eterna. Esta afirmación del Catecismo está tomada de la propia
sagrada escritura cuando Pablo nos dice “si Cristo no ha resucitado vana es
nuestra fe”. Si la resurrección de Cristo no se hubiera producido no hubiéramos
sido redimidos de nuestros pecados, no olvidemos esto, lo que Cristo había
hecho en la cruz no hubiese tenido una eficacia redentora. Cristo muriendo
en la cruz mereció nuestra salvación y resucitando la realizó, nos la dio. No
cabe entender por lo tanto pasión de Cristo sin resurrección, sería como una
entrega dolorosa sin fruto, sería como merecer pero no dar.
. El Catecismo hace también la afirmación de que Cristo con su
muerte venció a la muerte. La muerte fue vencida, la muerte ha sido muerta.
La muerte se introdujo en la creación como consecuencia del pecado original
(punto 418), la muerte domina y entra en la naturaleza humana como consecuencia
del pecado original. En consecuencia Cristo asume las consecuencias del pecado
para redimirnos, asume hasta la muerte hasta poder matar la muerte. La
serpiente, imagen de satanás, venció a Adán y Eva, y es Cristo quien aplasta esa
serpiente. El último enemigo en someterse a Cristo ha sido la muerte, porque es
el enemigo más tenaz que nos está esperando al final.
Punto 639 El misterio de
la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones
históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya san Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios:
"Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que
resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a
los Doce: "(1 Co 15, 3-4). El apóstol habla aquí de la tradición
viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas
de Damasco (cf. Hch 9, 3-18).
. Los milagros que Cristo realizó durante su vida tuvieron un
sentido salvífico de amor y misericordia hacia nosotros y un sentido que
acredita a Jesús delante de los hombres, les da a entender quién es Jesús. La
resurrección no es un milagro más, sino que es el milagro de los milagros. Poco
hubiesen valido el resto de los milagros si Jesucristo no hubiese resucitado.
Acordaros de cuando estaba en la cruz se burlaban de él cuando le decían “y
este que ha salvado a otros, no puede salvarse a sí mismo?”, este reto estaría resonando
entre todos los presentes, parecía que la impotencia de Jesús en la cruz
estaba descreditando los milagros anteriores. Estas dudas estarían pasando por
las mentes de todos. El milagro de la resurrección es la gran señal, es el
templo que se construye en tres días.
. El Catecismo quiere hacer insistencia en que la resurrección se
trata de un hecho histórico y trascendente, una realidad que trasciende la
historia, es un hecho que ocurre en un lugar y en un momento determinado.
La resurrección de Cristo no es como la de Lázaro que vuelve a la vida
humana para años más tarde morir, sino que Cristo resucitó para la vida eterna,
Cristo no vuelve a la vida común. En la resurrección de Lázaro hubo muchos
testigos, se trata de una resurrección a esta vida, sin embargo en la
resurrección de Jesús es a la vida eterna y esto se escapa de nuestros ojos,
la entrada en la vida eterna se escapa a nuestros ojos, es entrar en otra
dimensión distinta. Este hecho es históricamente trascendental. En Jesús vemos por
su gracia, lo que ocurrirá en nosotros en la resurrección final. Por ejemplo,
cuando la Virgen María se aparece en Lourdes o Fátima lo hace por una gracia
especial a unos pastorcillos, mientras que los demás que estaban ahí no la
veían, se aparece en cuerpo y alma a determinadas personas por una gracia
especial. Algo así tenemos que decir del cuerpo resucitado de Jesucristo, es un
cuerpo que está en la vida eterna y que se puede hacer visible para sacudir la
incredulidad de los apóstoles en momentos determinados. Pero ese cuerpo resucitado
es invisible porque está en la vida eterna, no está en el tiempo ni está sujeto
a las leyes espaciotemporales. Jesús por su misericordia permite que los
apóstoles le captasen por los sentidos y nos disipó las dudas de que fuese como
un fantasma. En resumen, la resurrección de Jesucristo trasciende la historia,
es trascendente, y deja huellas visibles en la historia.
. Algunos errores que se han producido sobre la resurrección de
Cristo han sido por ejemplo el decir que su cuerpo fue robado, en Mateo
28,11-15 dice “Mientras ellas se
alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes
todo lo que había sucedido. Estos se reunieron con los ancianos y, de común
acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna:
«Digan así: «Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo,
mientras dormíamos». Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos
encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo».
Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha
difundido entre los judíos hasta el día de hoy”, donde los sumos
sacerdotes a través del soborno pretenden justificar la desaparición del cuerpo
del sepulcro. Otra versión consiste en decir que Cristo no murió del todo
en la cruz y al ser introducido en el sepulcro se reanimó.
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