martes, 3 de noviembre de 2015

Catecismo 668-670. 'Volverá en Gloria'. Cristo reina ya mediante la Iglesia…

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Punto 668 "Cristo murió y volvió a la vida para eso, para ser Señor de muertos y vivos" (Rm 14, 9). La Ascensión de Cristo al Cielo significa su participación, en su humanidad, en el poder y en la autoridad de Dios mismo. Jesucristo es Señor: posee todo poder en los cielos y en la tierra. El está "por encima de todo principado, potestad, virtud, dominación" porque el Padre "bajo sus pies sometió todas las cosas"(Ef 1, 20-22). Cristo es el Señor del cosmos (cf. Ef 4, 10; 1 Co 15, 24. 27-28) y de la historia. En Él, la historia de la humanidad e incluso toda la Creación encuentran su recapitulación (Ef 1, 10), su cumplimiento transcendente.

. Cristo es el Señor, esta palabra Señor, nos parece en nuestros días un término bastante intrascendente, decir Señor es como decir una persona o un hombre. Leer la palabra Señor en el contexto bíblico desde esa intrascendencia es un error. El título Señor en las Sagradas Escrituras tiene otra trascendencia, en el Antiguo Testamento ya se mostraba el título Señor, que significa o se dice Adonai en hebreo y Kyrios en griego, y nosotros hemos traducido por Señor. Si nos remitimos al punto  209 Por respeto a su santidad el pueblo de Israel no pronuncia el Nombre de Dios. En la lectura de la Sagrada Escritura, el Nombre revelado es sustituido por el título divino "Señor" (Adonai, en griego Kyrios). Con este título será aclamada la divinidad de Jesús: "Jesús es Señor".” vemos la trascendencia de este título dónde finalmente decir Señor es como decir Yahveh. Con el Nuevo Testamento se transfiere a Jesucristo el título de Kyrios, de Señor. Esto es lo concluyeron los primeros cristianos fruto de haber convivido con Cristo, de haber visto su señorío cuando multiplicaba los panes, cuando andaba sobre las aguas, cuando calmó la tempestad, y se preguntaban quién es éste que hasta el cielo y el mar le obedecen?, e iban entendiendo éste es Señor, el mismo que dividió las aguas en el mar rojo por donde el pueblo de Israel pasó. Hubo un texto clave para que los primeros cristianos apropiasen este título a Jesucristo y debatiesen con los judíos, es el salmo 110 “Oráculo de Yahveh a mi Señor, siéntate a mi derecha y haré de tus enemigos estrados de tus pies”, cómo interpretar Oráculo de Yahveh o del Señor a mi Señor… por quién estaba dicho ese salmo?, la primera iglesia cristiana utiliza este texto para decir que el verdadero cumplidor de este texto era Jesucristo y no David. En Mateo 22,42-46 se nos dice: “Mientras los fariseos estaban reunidos, Jesús les hizo esta pregunta: «¿Qué piensan acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?». Ellos le respondieron: «De David». Jesús les dijo: «¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama "Señor", cuando dice: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies"? Si David lo llama "Señor", ¿cómo puede ser hijo suyo?». Ninguno fue capaz de responderle una sola palabra, y desde aquel día nadie se atrevió a hacerle más preguntas”. Jesús está haciendo pensar a los judíos que le rodean que ese texto solo puede haber sido dicho en plenitud por Jesucristo, por el mesías, porque en David esa promesa no ha sido cumplida. En otros textos como Lucas 1,43 “¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?,  o en Lucas 2,11 “Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”. Tanto Isabel como los pastores de Belén son capaces de percibir en ese que está naciendo al Señor. La Iglesia naciente proclama en su predicación el señorío de Cristo, en Hechos 2,34 “Porque no es David el que subió a los cielos; al contrario, él mismo afirma: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a todos tus enemigos debajo de tus pies". Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías”,  es decir, vuelven al mismo texto y dicen que David no ha resucitado, está en el Seol, por lo tanto no puede referirse ese texto a David sino a Cristo. Esta proclamación por parte de los apóstoles era escandalosa porque decían “a este que vosotros habéis crucificado….”

Punto 669 Como Señor, Cristo es también la cabeza de la Iglesia que es su Cuerpo (cf. Ef 1, 22). Elevado al cielo y glorificado, habiendo cumplido así su misión, permanece en la tierra en su Iglesia. La Redención es la fuente de la autoridad que Cristo, en virtud del Espíritu Santo, ejerce sobre la Iglesia (cf. Ef 4, 11-13). "La Iglesia, o el reino de Cristo presente ya en misterio"(LG 3), "constituye el germen y el comienzo de este Reino en la tierra" (LG 5).
Punto 670 Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación. Estamos ya en la "última hora" (1 Jn 2, 18; cf. 1 P 4, 7). "El final de la historia ha llegado ya a nosotros y la renovación del mundo está ya decidida de manera irrevocable e incluso de alguna manera real está ya por anticipado en este mundo. La Iglesia, en efecto, ya en la tierra, se caracteriza por una verdadera santidad, aunque todavía imperfecta" (LG 48). El Reino de Cristo manifiesta ya su presencia por los signos milagrosos (cf. Mc 16, 17-18) que acompañan a su anuncio por la Iglesia (cf. Mc 16, 20).

. Es especialmente san Pablo el que a lo largo de sus cartas va concretando en qué se traduce ese señorío de Jesucristo. Entendiendo que Jesús es mi Señor estamos libres de muchos miedos, él dirige los hilos de la historia. Cristo es Señor de la muerte, en 1ª Cor 15 “En seguida vendrá el fin, cuando Cristo entregue el Reino a Dios, el Padre, después de haber aniquilado todo Principado, Dominio y Poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta que ponga a todos los enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será vencido es la muerte”, es pues la muerte el último enemigo sometido por el señorío de Jesucristo en la resurrección.

. El Señor es también Señor de la Iglesia, cabeza de la Iglesia que es su cuerpo. La Iglesia es sierva de un Señor, de Jesucristo.

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