lunes, 9 de noviembre de 2015

Catecismo 673-674. 'Volverá en Gloria'. El glorioso advenimiento de Cristo, esperanza de Israel

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Punto 673 Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este acontecimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1 Ts 5, 2), aunque tal acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2 Ts 2, 3-12).

. El advenimiento final de Cristo es expresado en la Sagrada Escritura por una parte con unos términos que hacen referencia a una venida deseada por parte de los cristianos, tal es así que la Biblia concluye diciendo “sí Yo vengo pronto, amén, ven señor Jesús”, los cristianos pues invocan la venida de Cristo, suspiran por su llegada. La parusía es liberación. En Lucas 21, 27-28 nos dice “Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”, es un contexto de ánimo y de esperanza por la llegada de Cristo el que nos remite este texto. Sintamos la llegada de Cristo como nuestra liberación y que aumente en todos nosotros el amor por su venida.

 . El Catecismo nos recuerda que Dios no nos ha concedido saber el momento de la parusía, “a vosotros no os toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad, sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén”. Por lo tanto, renunciemos a poner fechas al fin de los tiempos pues Jesús ya nos dijo “aquél día no lo sabe nadie, ni los ángeles del cielo ni el hijo sino solo el Padre”.  Hemos de vivir con confianza y abandono en las manos de Dios. La Sagrada Escritura nos insiste en que será en cualquier momento, y es algo a lo que hemos de estar preparados como las diez doncellas que esperaban al esposo con la lámpara encendida, sin miedo, con amor a su venida.

. Ahora la mano de Dios retiene el advenimiento, es decir, está en manos de Dios la llegada de la parusía final, espera que los tiempos se consumen, espera con su paciencia, Dios espera el momento oportuno, es la paciencia de Dios que espera que los tiempos se maduren.

. Ante los supuestos anuncios apocalípticos que podamos recibir o que podamos ser manipulados, leemos en Mateo 24,29 “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre. Todas las razas de la tierra se golpearán el pecho y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto”. Jesús habla de estos signos apocalípticos a lo largo del capítulo 24 del evangelio de san Mateo.

. Los cristianos tenemos que estar orientados al futuro glorioso sin dejar de vivir el momento presente, sin que la atención a la parusía nos haga quitar la atención al momento presente. La espera de la llegada de Jesucristo, el amor al día de su llegada no nos tiene que quitar la concentración en la predicación del evangelio tal y como Jesús nos manifiesta.  

Punto 674 La venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia (cf. Rm 11, 31), se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" (Rm 11, 20) respecto a Jesús. San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21). Y san Pablo le hace eco: "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?" (Rm 11, 5). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).


. En Romanos 11 nos habla de que la parusía final tendrá lugar cuando el pueblo judío haya llegado a reconocer en Cristo al mesías, por ejemplo 11,25 “… el endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que haya entrado la totalidad de los paganos. Y entonces todo Israel será salvado, según lo que dice la Escritura: "De Sión vendrá el Libertador. El apartará la impiedad de Jacob”, es decir, que existe como una profecía de Jesús de que el endurecimiento parcial del pueblo judío durará hasta que el evangelio haya sido predicado a todos los gentiles, después también al final el pueblo judío acepte a Jesucristo antes de la parusía final. En Mateo 23,39 “¡Jerusalén, Jerusalén,…   Les aseguro que ya no me verán más, hasta que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!», Jesús está hablando de su llegada final cuando el pueblo judío sea capaz de reconocer en él al mesías que había esperado. Quizás el pueblo judío piense que la religión judía y la religión cristiana sean dos cosas distintas, pero nosotros no pensamos eso, pensamos que el judaísmo es una preparación de la llegada de Cristo, para nosotros el judaísmo y el cristianismo son como el río y el mar, uno conduce al otro, son como promesa y cumplimiento. Pero una parte importante del pueblo judío sigue esperando la llegada de un mesías y se equivocan, ese mesías ya llegó. Hasta qué punto estamos unidos los judíos y los cristianos que nosotros pensamos que somos una sola religión, el cristianismo es el cumplimiento en el Nuevo Testamento de la promesa del judaísmo en el Antiguo Testamento.      

1 comentario:

  1. Esa es la postura oficial de la iglesia católica que todo Israel será salvó o es solo tu postura?🤔🤔

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