Punto 995 Ser testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hch 1, 22; cf. 4, 33), "haber comido y bebido con él después de su Resurrección de entre los muertos" (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como Él, con Él, por Él.
. En los textos que se
nos ofrecen como Hechos 1,23 se narra como la comunidad cristiana una de las
cosas que hizo fue suplir la ausencia de Judas. Se dieron cuenta que Jesús había
constituido a los doce y con la falta de Judas por su traición, quedaba como
incompleta aquella colegialidad. Los apóstoles entendían que el número 12 no
era algo casual sino que Jesús lo había elegido como una imagen de la antigua
Israel que estaba constituida en 12 tribus. Entendian que algo faltaba, que la traición
de Judas había que suplirla y en Hechos 1,23 cuentan como hicieron para suplirlo:
“Presentaron a dos: a José, llamado
Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. Entonces oraron así: «Tú, Señor,
que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido,
para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó
para irse adonde le correspondía.» Echaron suertes y la suerte cayó sobre
Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles”, los dos candidatos
del grupo que seguía a Jesús eran discípulos que habían convivido con él desde
que comenzó su vida pública hasta su muerte y resurrección. Lo relevante de
este texto es que se pone la condición de ser testigo de la resurrección para
ser apóstol porque la resurrección de Cristo acredita todo lo anterior que Jesús
había dicho, acredita que era cierto y no ensoñaciones o falsedades. Las
palabras de Jesús prometiendo y dando esperanza a los pobres no eran pues únicamente
palabras bonitas sino que eran palabras llenas de verdad y de sentido. La resurrección
llena de verdad a toda su predicación. Lo que Jesús ha hecho además de hermoso
es verdadero y así lo testifica con su resurrección.
. Este texto se complementa con
Hechos 4,33 “Los apóstoles daban
testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús”. Los apóstoles
hablarían de muchas cosas de Jesús, pero especialmente lo primero que
testimoniaban es que a ese al que vosotros crucificasteis, Dios Padre lo ha resucitado,
son testigos por sus sentidos comprobando y palpando el acontecimiento que ha sacudido
sus vidas que es Cristo resucitado.
. Cuando Pablo
predica en el Areópago de Atenas recibió un rechazo fuerte cuando habló de la resurrección
de la carne, Hechos 17,32 “Al oír la
resurrección de los muertos, unos se burlaron y otros dijeron: «Sobre esto ya
te oiremos otra vez.» Así salió Pablo de en medio de ellos. Pero algunos
hombres se adhirieron a él y creyeron, entre ellos Dionisio Areopagita, una
mujer llamada Damaris y algunos otros con ellos”, es decir, tuvo poca
resonancia esa predicación. Pablo estaba predicando un asunto que era contrario
a la cultura de aquél tiempo, pero es que uno tiene que predicar a favor de
corriente y contra corriente, es decir, independientemente de la bondad de las
personas y sus culturas propias. No somos dueños del evangelio para seleccionar
lo que pueda sentar bien o mal a unas determinadas personas, no, predicamos a
Cristo completo. Pablo predica la resurrección aun sabiendo que les vaya a
costar a los griegos aceptarla. En 1ª Corintios 15,12-13 nos dice:”Ahora bien, si se predica que Cristo ha
resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos entre vosotros que
no hay resurrección de los muertos? .Si no hay resurrección de los muertos,
tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación,
vacía también vuestra fe”, es decir, tanto les costaba a los griegos creer
en la resurrección de la carne que Pablo en esta carta a los Corintios nos deja
el testimonio de que había cristianos a los que les costaba creer en la resurrección.
Creían en la resurrección de Cristo, pero como eran cristianos de cultura
griega, les costaba creer en la resurrección propia.
.
Por qué nos cuesta creer tanto en la resurrección?, igual que a los corintios,
nosotros tenemos la experiencia de que nos arrastra nuestra condición carnal,
que tenemos una tendencia a los pecados de la carne, a la pereza, al
materialismo, la gula, … muchas veces vemos los pecados expresados en la
carnalidad del hombre y entonces nos cuesta creer que esa carne que la vemos
tan pecadora esté llamada a la salvación. Tenemos una especie de tentación de
dualismo pensando que el alma es buena y el cuerpo es malo. Pues no, el alma es
buena y el cuerpo también, todo lo creado por Dios es bueno y llamado a la
salvación. Otra cosa es el uso que damos, igual que el dinero es bueno en sí, lo
malo es cuando lo utilizamos mal. Cristo ha venido a salvar al hombre entero,
en cuerpo y alma. Nosotros
resucitaremos como Él, con Él, por Él.
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