domingo, 30 de noviembre de 2014

Catecismo 142-143. La respuesta del hombre a Dios

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 Punto 142  Por su revelación, «Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía». La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.

. Qué significa la revelación: el Dios invisible habla a los hombre como amigo ”… recordamos a Jesús cuando dice: “ a vosotros ya no os llamo siervos, os llamo amigos”, el siervo no sabe lo que piensa su amo, le obedece sin más. Con los amigos se comparte la intimidad, se abre el corazón. Así pues, hay una obediencia de amistad, más allá del servilismo. Dios nos habla como amigo movido exclusivamente por el amor. En El no hay nada de cotilleo, ni de incontinencia verbal como nos puede ocurrir a nosotros en nuestra comunicación. Mora con nosotros, estuvo 30 años en silencio antes de comenzar a predicar, esos 30 años fueron años de escucha. La clave de la revelación está en el tú a tú en nuestra relación con Dios. Si nos ocultamos en las manifestaciones colectivas, en las asambleas, y no hay una comunicación personal con Dios, ni hay un estar a solas, la acogida de la revelación es insuficiente. Hay que ponerse delante de El para acoger su revelación que nos invita a la intimidad y al tú a tú. La revelación es el adelanto del cielo. Cómo pretender el cielo si aquí no nos abrimos a la revelación?.

.  La respuesta adecuada es la fe. Si Dios se revela, yo me adhiero a El, me fio de El, me entrego a El, le respondo dando un voto de confianza, es como un hágase, un amén.

. Los obstáculos que podemos tener al acoger la revelación pueden ser: la desconfianza, al proyectar en Dios nuestra pobre experiencia, si hemos recibido muchas heridas afectivas de nuestros amigos, familiares, vivir en una familia rota,… llega uno a decir que no se fía de nada. Se nos va generando un corazón que le cuesta confiar. El egoísmo y el materialismo lleva a que muchas veces nos usemos unos a otros: “por el interés te quiero Andrés”, y cuando dejas de interesarme, pues paso de ti. Esto son experiencias que hieren el corazón y acaban teniendo influencia en nuestra relación con Dios. Cuando uno no se fía de nadie, le cuesta fiarse de Dios. Otro obstáculo es el subjetivismo tan grande de nuestra cultura, cuando pensamos que la verdad viene de mí y no de fuera. Dios nos habla. La revelación no es descubrirme a mí mismo, sino descubrirle a El.

Punto 143  Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que se revela. La sagrada Escritura llama «obediencia de la fe» a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)

. La fe es como un sometimiento, de la inteligencia y la voluntad a Dios. Solamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona a su verdadero bien, el bien de la persona consiste en abrirse a la verdad y realizar la verdad. Hoy en día se ha endiosado la libertad desligándola de la verdad. De qué se trata?: de decidir yo o de decidir bien?, da la impresión de que aquí da igual elegir bien o mal, el caso es que elijas tú, contraponemos libertad a verdad, de qué me sirve ser yo el que elijo si elijo mal, tengo que ser yo el que elija y elegir bien. En el evangelio de s Juan: “la verdad os hará libres”, no dice al revés, que la libertad nos hace verdaderos, pues puedo utilizar mal mi libertad eligiendo el mal y eso no me hace verdadero, de qué me sirve por tanto utilizar mal mi libertad, como quien dice “no importa lo que hagas con la pistola, si usarla para el tiro al blanco o para pegarte un tiro, lo importante es que utilices tú mismo la pistola. No es cierto decir: no importa lo que elijas, lo que importa es que elijas tú. La libertad es para elegir la verdad, de lo contrario para qué la quiero!

 . El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar libremente la verdad. Por eso someterse a la verdad, no significa ser esclavos, sino ser libres para seguir el santo consejo de Dios. La verdadera libertad es un estado de obediencia, el hombre se libera del materialismo sujetándose al espíritu, se libera de las pasiones obedeciendo a la razón, se libera de las modas atándose a la tradición etc, etc,


. El orgulloso siempre quiere hacer más, mientras que el humilde quiere obedecer más, sabiendo que no va a hacer nada al margen de Dios, sino con la gracia de Dios. La obediencia filial no es una obediencia servil, sino una obediencia por amor.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Catecismo 131-133. La sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

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Punto 131  «Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios, que constituye sustento y vigor para la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual». «Los fieles han de tener fácil acceso a la Sagrada Escritura».

. La palabra de Dios su fuerza y su poder, es esencialmente distinta a la palabra del hombre. Es palabra de autoridad, los hombres comentaban la palabra de Dios, pero Cristo habla con autoridad, incluso le matiza a Moisés, es capaz de decir se os ha dicho, pero ahora os digo. Su autoridad era pues llamativa. Toda la palabra de Dios está llena de poder y autoridad. En Dios decir y hacer es una sola cosa, querer y poder es una sola cosa.  El poder de la palabra de Dios que es eterna, que trasciende el tiempo y el lugar, cielo y tierra pasarán pero mis palabras no pasarán, es una palabra llena de poder.

. Para Dios no hay nada imposible, Dios lo puede todo, Dios te saca adelante, la experiencia del poder de Dios, de cómo nos cuida y nos guía es muy importante.

. Los efectos de la palabra de Dios son nuestro sustento y alimento, que está siempre inspirando nuestra vida, renovarnos y convertirnos. Los fieles han de tener fácil acceso a la palabra, porque el señor nos dice muchas cosas directamente y hacer de ella un libro con continua presencia en nuestra vida. Que sea la luz con la que caminemos y alimento con el que nos fortalezcamos.  

Punto 132  «La sagrada Escritura debe ser como el alma de la sagrada teología. El ministerio de la palabra, que incluye la predicación pastoral, la catequesis, toda la instrucción cristiana y, en puesto privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la Escritura alimento saludable y por ella da frutos de santidad».
. El alma de la teología, de la catequesis, de la homilía es la palabra de Dios. La palabra de Dios ha de estar en el centro. Hagamos cercana la palabra de Dios, que se ilumine nuestra vida, que seamos altavoces de la palabra con humildad para que Cristo tenga todo el protagonismo.

Punto 133  La Iglesia «recomienda de modo especial e insistentemente a todos los fieles [...] la lectura asidua de las divinas Escrituras para que adquieran "la ciencia suprema de Jesucristo» (Flp 3,8), «pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo.

. San Jerónimo tradujo la Biblia al latín (la vulgata) en una cueva cercana a la cueva dónde nació Jesús. Quiso estar muy cerca de donde la palabra se hizo carne.  

Catecismo 130. El canon de las Escrituras. La unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento II

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Punto 130  La tipología significa un dinamismo que se orienta al cumplimiento del plan divino cuando «Dios sea todo en todo» (1 Co 15, 28). Así la vocación de los patriarcas y el éxodo de Egipto, por ejemplo, no pierden su valor propio en el plan de Dios por el hecho de que son al mismo tiempo etapas intermedias.

. El catecismo nos ha hablado, que una de las formas más hermosas que hay en la unidad de ambos testamentos, es la forma de hacer exegesis como hicieron los primeros padres de la iglesia que se llama la tipología, es decir, vemos en el antiguo testamento prefiguraciones, sombras que estaban por llegar en el nuevo testamento. Como ver el árbol de la vida del paraíso como una prefiguración del árbol de la vida de la cruz de Cristo.

. Un ejemplo de la catequesis del bautismo de los primeros cristianos utilizando las imágenes del antiguo testamento, es la figura del paso del mar rojo, es el fin de la esclavitud a los egipcios, el fin de la servidumbre del pecado y la entrada en una nueva existencia, en la libertad de los hijos de Dios, El bautismos es imagen de liberación y purificación. La tipología aquí es que el faraón es satanás, los ejércitos del faraón son las pasiones de nuestra alma y el bautismo es la lucha contra satanás. El bautismo destruye nuestra enemistad con Dios. Se administraba el bautismo especialmente en la noche en la que se recuerda el paso del mar rojo, en la noche en la vigilia pascual. El paso del mar rojo es pues figura de la victoria de Yahveh sobre el mal.

Catecismo 128-129. El canon de las Escrituras. La unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento I

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Punto 128   La Iglesia, ya en los tiempos apostólicos (cf. 1 Cor 10,6.11; Hb 10,1; 1 Pe 3,21), y después constantemente en su tradición, esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias a la tipología. Esta reconoce, en las obras de Dios en la Antigua Alianza, prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo encarnado.


. En teología, la tipología se refiere a la interpretación de algunos personajes y pasajes del Antiguo Testamento como los presagios del Nuevo Testamento. Existe una unidad en la sagrada escritura, y los autores de los libros no eran conocedores de la unidad que Dios iba a hacer. La maravilla de la obra del espíritu es trazar entre todos un hilo conductor que ha hecho del antiguo testamento una preparación para el nuevo testamento, la antesala de la llegada de Jesucristo y la preparación de la llegada del Espíritu Santo. Todo el antiguo testamento es una preparación, un presagio de lo que está por llegar.

. Estas tipologías hay que entenderlas en su adecuada medida, tampoco se trata de forzarlas en exceso ni tampoco se trata de obviarlas completamente. Ni encontrar tipologías en todas partes ni analizar los textos sin fe o únicamente desde un punto meramente racionalista. Por ejemplo, en Hebreos 10,1, los sacrificios que se hacían una y otra vez de carneros y toros que querían como purificarnos, eran una sombra, imagen o prefiguración de la sangre de Cristo que sí que nos purifica para siempre.

Punto 129    Los cristianos, por tanto, leen el Antiguo Testamento a la luz de Cristo muerto y resucitado. Esta lectura tipológica manifiesta el contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar que el Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro Señor mismo reafirmó (cf. Mc 12,29-31). Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá constantemente a él (cf. 1 Co 5,6-8; 10,1-11). Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento está escondido en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo: Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet (San Agustín, Quaestiones in Heptateuchum 2,73; cf. DV 16).


. Leemos el antiguo testamento a la luz de Cristo, y el nuevo testamento ha de ser leído a la luz del antiguo. El nuevo está escondido en el antiguo y éste se manifiesta en el nuevo.

martes, 25 de noviembre de 2014

Catecismo 124-126. El canon de las Escrituras. El Nuevo Testamento I

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Punto 124  «La palabra de Dios, que es fuerza de Dios para la salvación del que cree, se encuentra y despliega su fuerza de modo privilegiado en el Nuevo Testamento». Estos escritos nos ofrecen la verdad definitiva de la Revelación divina. Su objeto central es Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, sus obras, sus enseñanzas, su pasión y su glorificación, así como los comienzos de su Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo.

. La expresión de que la palabra de Dios despliega toda su fuerza en el nuevo testamento es digna de consideración, y aunque no haya más inspiración en un libro que en otro, se pone su fuerza sobre todo en los evangelios. Se pone a la persona de Jesucristo en el centro, los evangelios no están escritos como una narración fría, sino que quieren poner a Jesucristo en el centro. Hay dos formas de confesar el nuevo testamento, el anuncio kerygmático donde la persona de  Jesucristo es la revelación de Dios padre, y también se nos ofrece la verdad definitiva de la revelación divina donde descubrimos que hay una afirmación concreta no solo de una oferta positiva del don de la salvación hacia nosotros, sino que es la oferta de Dios padre, no es una oferta más entre tantísimas que existen. Hoy hay un error que es el pluralismo religioso, donde cada religión tiene un aporte distinto a la verdad de Dios, y dicha verdad sería fruto de dichas compaginaciones y entre todas la conformarían. Pero esto supone no creer en la palabra de Dios revelada, en la revelación de Dios a nosotros, que se entrega por amor a nosotros. Por tanto sí al diálogo entre religiones y colaboración, pero subjetivismo y relativismo en el sentido de que Jesucristo no sea la revelación, sino que sea un anuncio más, pues no, eso no.

Dios se ha revelado, nos ha descubierto un camino que es Jesucristo para seguirle, nosotros no somos inventores sino descubridores del camino de Dios, yo no me invento el camino, descubrimos el camino en Jesucristo  a quien los evangelios nos anuncian. Esta es la diferencia entre creer y no creer en la revelación, entre creer una religión revelada que Dios me ha ofrecido o ser yo, el que pretenda abrir un camino para llegar a Dios, pobre de mí, a donde iría yo si Dios no hubiese abierto ese camino.

Dios se revela en Jesucristo y en los libros del nuevo testamento podemos decir que Dios no tiene secretos hacia nosotros, ha desnudado su corazón mostrándonos el camino en Jesucristo.

Punto 125  Los Evangelios son el corazón de todas las Escrituras «por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador».

. El corazón de todas las escrituras son los cuatro evangelios. La palabra evangelio de origen griego tuvo un significado de recompensa que se solía dar a los mensajeros que traían una buena noticia. La recompensa o propina que se le daba al mensajero que llevaba la buena noticia se le llamó evangelio. Más tarde se identificó con la buena noticia que se comunicaba. . Con la buena noticia de la llegada del reino de Dios. Esta palabra aparece 76 veces en el nuevo testamento. Jesús es el evangelio o la buena noticia de parte de Dios. En el s I a los cuatro evangelios se les llamaba memorias de los apóstoles y a partir del s II comienzan a llamarse evangelios. Evangelio es el mensaje y evangelios son los libros que recogen el mensaje. Para el creyente solo hay un evangelio que es Jesús. Existen otros escritos apócrifos no admitidos por la iglesia, que nos pueden dar información acerca de Jesús, pero que son el fruto de la exaltación, imaginación o desviaciones de otros autores, y que no se consideran ni evangelio ni evangelios al no identificarse en ellos la revelación definitiva del padre en Jesucristo.

Punto 126  En la formación de los evangelios se pueden distinguir tres etapas:
1. La vida y la enseñanza de Jesús. La Iglesia mantiene firmemente que los cuatro evangelios, «cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo».
2. La tradición oral. «Los apóstoles ciertamente después de la ascensión del Señor predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, instruidos y guiados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad».
3. Los evangelios escritos. «Los autores sagrados escribieron los cuatro evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la situación de las Iglesias, conservando por fin la forma de proclamación, de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús».

. En la formación de los evangelios, se pueden distinguir tres etapas: primero, la vida y las enseñanzas de Jesús, lo que hizo y enseño Jesús a los hombres. Creemos firmemente en la historicidad de los evangelios. Luego, tras la ascensión de Jesús, comienza la transmisión oral, la predicación oral, asistidos por la fuerza del Espíritu Santo. Y tercero los evangelios escritos donde  se comienzan a poner poco a poco las tradiciones orales por escrito, está bastante demostrado que lo primero que se escribió fue la pasión y resurrección de Jesucristo que está narrada con mucho más detalle.


. En el s XIX se atacó a la historicidad de los evangelios, diciendo que el material de los evangelios no es histórico, están escritos desde la fe, y se deforma lo que pudo ocurrir históricamente. Algunos teólogos han sabido responder con fuerza a este tipo de ataques, han dado razones de la historicidad con criterios que rebaten estos ataques. Criterios de historicidad ya no solo desde el punto de vista de la fe, sino por el estudio histórico-critico hay muchos elementos que nos ayudan a entender que los evangelios son históricos, el criterio de testimonios múltiples y de muy distintas fuentes que hablan de un mismo hecho. Se nota que los evangelios no se han copiado entre ellos, pero hablan sustancialmente de lo mismo. El criterio de discontinuidad, donde si por ejemplo la resurrección de Jesucristo fuera inventada, lo que no se les hubiese ocurrido en los escritos es poner a los primeros testigos de la resurrección a un grupo de mujeres, las cuales eran despreciadas en la época. Esto no tiene ningún sentido, es absurdo, hubiese sido mucho más fácil, puestos a inventar, haberse puesto los propios apóstoles como lo primeros testigos. Luego también existe el criterio de conformidad, que son cosas que se desprenden unas de las otras. El criterio de explicación necesaria, donde los primeros cristianos que eran judíos, llegasen a cambiar el criterio del día de descanso del sábado al domingo, cambiar esta costumbre del sábado es muy complicado, luego el acontecimiento de lo que ocurrió el domingo debió ser fundamental para que se produzca este cambio. O lo mismo con el episodio de los panes y los peces, cuando los primeros cristianos los utilizan como signos en los entierros, cuando los cambios en las costumbres mortuorias son muy difícilmente cambiables. Hay por tanto argumentos no solo de fe, que desmontan los ataques contra la historicidad de los evangelios.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Catecismo 120-123. El canon de las Escrituras. El Antiguo Testamento

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Punto 120  La Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada «canon» de las Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se cuentan Jr y Lm como uno solo), y 27 para el Nuevo

. La Biblia es una colección de libros unificada. El saber qué libros son o no son palabra de Dios, no nos viene indicado en el propio libro, sino que ha sido la tradición de la iglesia la que ha discernido que textos podemos considerarlos como libros sagrados.

. La tradición no solo es necesaria para saber lo que es palabra de Dios, sino también para saber interpretarla. Al conjunto de los libros se le llaman canon de las sagradas escrituras.

. Haciendo historia, en referencia al antiguo testamento, existió la discusión de que había dos listas, la hebrea o canon de Palestina, coleccionado por Esdras y Nehemías en el s IV a.c., esta biblia hebrea se usaba en Palestina y era el único canon reconocido por los fariseos, en total tenían 38 libros. La otra, la lista griega, contiene más libros que la hebrea, y es la que usaban los judíos, no los que vivían en Palestina. Cuando uno lee el nuevo testamento, los apóstoles citan ambos cánones, utilizaron las dos listas. Durante bastante tiempo se impuso la teoría de que la lista griega había ampliado a la lista hebrea. Lutero se adhiere a la lista hebrea. Sin embargo hoy en día, gracias a los descubrimientos de los rollos del Qum Ran, se confirma la postura tradicional católica que incluye los 7 libros que no utiliza la lista hebrea. Por consiguiente, en todas la biblias protestantes se incluyen estos libros que Lutero no incluía.

. En el nuevo testamento, hay escritos en los que se hace referencia no solo al antiguo sino también a escrituras del propio nuevo testamento. Los padres apostólicos del s II conocen y citan el nuevo testamento como escrituras reveladas, dándoles una autoridad semejante o mayor que al antiguo testamento.

Punto 121  El Antiguo Testamento es una parte de la sagrada Escritura de la que no se puede prescindir. Sus libros son divinamente inspirados y conservan un valor permanente, porque la Antigua Alianza no ha sido revocada.

. El antiguo testamento no ha sido derogado.

Punto 122  En efecto, «el fin principal de la economía del Antiguo Testamento era preparar la venida de Cristo, redentor universal». «Aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros», los libros del Antiguo Testamento dan testimonio de toda la divina pedagogía del amor salvífico de Dios: «Contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca de la vida del hombre, encierran admirables tesoros de oración, y en ellos se esconden el misterio de nuestra salvación».

. Sin embargo, en el antiguo testamento sí incluye elementos imperfectos y pasajeros, como la legislación que había de los alimentos puros e impuros que son superadas por Cristo al decir que no es por la boca los alimentos que hacen al hombre impuro, sino lo que sale de su corazón. Así Cristo declaraba puros a todos los alimentos derogando todos los aspectos que en el antiguo testamento se habla de alimentos puros e impuros.

Punto 123  Los cristianos veneran el Antiguo Testamento como verdadera Palabra de Dios. La Iglesia ha rechazado siempre vigorosamente la idea de prescindir del Antiguo Testamento so pretexto de que el Nuevo lo habría hecho caduco (marcionismo).

. El marcionismo fue una herejía que existió en la iglesia en el s II, que pretendía una iglesia con todos los ritos similares a los de la iglesia católica y que perduró hasta el s V, y según su doctrina el Dios del amor revelado por Jesucristo era muy distinto al Dios de la ley del antiguo testamento.  Marcion dijo que tenemos que quedarnos con el nuevo testamento y  rechazar el antiguo testamento, según él, el cristianismo viene a reemplazar al judaísmo, no a darle cumplimiento. Se queda solo con el evangelio de Lucas y diez cartas de S Pablo, despreciando el resto de los libros porque hacían demasiada alusión al antiguo testamento. Ocurre que al rechazar al antiguo testamento, rechaza al Dios creador al rechazar el Génesis, concluyendo que la materia y el cuerpo son cosas malas creadas por un ángel caído del cielo, que Jesús no tuvo un cuerpo real, su cuerpo real se había quedado en el cielo, que aquí tenía una especie de disfraz… se arma un lío el solo tremendo, pues el antiguo y el nuevo testamento no se pueden separar uno del otro sin acabar en incoherencias. La ley del antiguo testamento era como nuestra niñera que nos estaba preparando para el encuentro con Jesucristo.


. Jesucristo no viene a derogar el antiguo testamento, sino a darle pleno cumplimiento.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Catecismo 115-119. El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura. El sentido de la Escritura

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Punto 115  Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual; este último se subdivide en sentido alegórico, moral y anagógico. La concordancia profunda de los cuatro sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la Escritura en la Iglesia.

. Cuando nos acercamos a la palabra de Dios, tenemos que profundizar en ella distinguiendo distintos aspectos y discernir su significado queriendo descubrir su sentido más profundo.

Punto 116  El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super unum litteralem sensum (Santo Tomás de Aquino., S.Th., 1, q.1, a. 10, ad 1). Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.

. El literal, que quiere decir el texto desde el punto de vista del autor que lo escribió?, qué significaba para el autor que lo escribió?. Supone ir al tiempo del autor. Hay un método histórico crítico que nos ayuda a entender el sentido literal de la escritura, y la iglesia ha asumido este método en los dos últimos siglos, investigando el alcance histórico del texto, y procura discernir qué procesos históricos hubo en la construcción de ese texto. Hay un análisis del texto: estilo literario, morfológico, sintáctico, criterio geográfico,… como si se pudiera tratar de cualquier otro texto que no fuese palabra de Dios.

.  Existe una crítica literaria que verifica la coherencia interna del texto, del género, una crítica de las traducciones, porqué un autor le dio más importancia a un asunto y menos a otro. Por ejemplo, dice Benedicto XVI, desde el punto de vista histórico crítico, uno ve el anuncio que hay en los evangelios de la resurrección de Jesucristo al tercer día, y entonces uno se pregunta, si esto es algo histórico, o como ya Jesucristo hizo esta predicción, es algo espiritual y se lo han inventado los autores de los evangelios como un género literario. El Papa nos indica que los primeros cristianos, que eran judíos, cambiaron la costumbre del descanso semanal, pasando del sábado al domingo. Hacer este cambio les suponía un cambio de costumbre que habían tenido toda su vida de descanso en el sábado, entonces la resurrección supuso un acontecimiento muy fuerte para este cambio. Este análisis crítico es una herramienta más que ayuda para entender el sentido literal del acontecimiento que se está analizando.

Punto 117  El sentido espiritual. Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de que habla pueden ser signos.
1.    El sentido alegórico. Podemos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; así, el paso del mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo (cf. 1 Cor 10, 2).
2.    El sentido moral. Los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos «para nuestra instrucción» (1 Cor 10, 11; cf. Hb 3-4,11).
3.    El sentido anagógico. Podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce (en griego: «anagoge») hacia nuestra Patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste (cf. Ap 21,1- 22,5).

. El sentido espiritual se añade al sentido literal. El sentido alegórico es una comprensión más profunda refiriendo a Cristo. El sentido alegórico es el que se descubre cuando en la letra se descubre el misterio de Cristo. En 1ª cor 10,2 se ve que el mismo Pablo hace la alegoría “… todos atravesaron el mar (se refiere a Israel en el desierto), todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar,…” es decir, la alegoría no es algo que se ha inventado la iglesia. Ya se utiliza en las propias escrituras.

.  El sentido moral nos debe conducir a un obrar justo, fueron escritos para nuestra instrucción. La Biblia tiene aplicaciones morales, como por ejemplo no adorar al materialismo. El sentido anagógico, o que nos conduce a la patria del cielo, es un recordatorio de que nuestra meta no está en este mundo sino que vamos camino de la eternidad. Por ejemplo, como uno entiende su vida para purificarse camino del cielo.

Punto 118  Un dístico medieval resume la significación de los cuatro sentidos:
"Littera gesta docet, quid credas allegoria,
Moralis quid agas, quo tendas anagogia"
(La letra enseña los hechos,
la alegoría lo que has de creer,
el sentido moral lo que has de hacer,
y la anagogía a dónde has de tender).


. Este refrán nos clarifica entre hechos (lo que ocurrió), lo que has de creer (aquello que ocurrió, era una prefiguración de como Dios ha enviado a Jesucristo, Moisés era una alegoría de como Cristo viene a liberarte de la esclavitud) , lo que has de hacer ( debo esforzarme por liberarme de la esclavitud, luchar para librarme de mis pecados, contra los hábitos cómodos que hay en mí),  y a dónde tender ( yo lucho y peregrino hacia la tierra prometida, mi meta es el cielo, y cualquier otra meta es equivocada). Este dístico medieval hoy lo podemos aplicar a cualquier texto de la palabra de Dios.

Punto 119  «A los exegetas toca aplicar estas normas en su trabajo para ir penetrando y exponiendo el sentido de la sagrada Escritura, de modo que mediante un cuidadoso estudio pueda madurar el juicio de la Iglesia. Todo lo dicho sobre la interpretación de la Escritura queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la palabra de Dios».

. A los exégetas (teólogos especialmente dedicados al estudio de la escritura) les toca aplicar estos cuatro sentidos a la escritura. Poniendo siempre la interpretación en el discernimiento de la iglesia.

. La exegesis no puede hacerse al margen de la autoridad de la iglesia porque aquellos textos que los exegetas estudian son palabra de Dios porque la propia autoridad de la iglesia se lo han dicho.


. Cuando se estudia la sagrada escritura de una manera meramente histórico critica nada más, como un texto más del pasado, sin buscar el sentido espiritual de texto, hay una ideología  que presupone que Dios no nos está hablando a través de este texto. Es una ideología que les impide entender que Dios puede actuar y entrar en la historia, que puede hacer acciones salvíficas, que puede hacer milagros, etc., negando la historicidad de los acontecimientos de la salvación, negando la resurrección, etc. , porque se parte de una exegesis equivocada. Para la iglesia es importante que la exegesis sea completa en sus cuatro sentidos.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Catecismo 111-114. El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura II


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 Punto 111  Pero, dado que la sagrada Escritura es inspirada, hay otro principio de la recta interpretación, no menos importante que el precedente, y sin el cual la Escritura sería letra muerta: «La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita».
El Concilio Vaticano II señala tres criterios para una interpretación de la Escritura conforme al Espíritu que la inspiró:

. Los puntos anteriores nos dijeron que el autor principal de la sagrada escritura es el Espíritu Santo, que es quien la ha inspirado a través de los diferentes autores que tenían diferentes estilos, condicionamientos culturales, etc. La escritura es inspirada y garantizada por el Espíritu Santo para que los contenidos expresen la revelación de la palabra de Dios. La inspiración del ES debe intervenir en la lectura y acogida correcta de la palabra de Dios, así pues, hay que invocar al ES para leerla.

. Imaginaros un intelectual que ha estudiado las escrituras profundamente desde un punto de vista técnico, no iluminado por la fe. Puede ser un gran sabio de exégesis interpretando la palabra, pero sin embargo le falta el ES para interpretarla bien. O bien una persona que tiene una buena preparación, tiene fe, tiene apertura a la Iglesia, pero que le falta humildad le falta una vida santa, entonces tampoco tenemos la asistencia necesaria del ES para interpretar la sagrada escritura. Los mejores intérpretes de la sagrada escritura son los santos.

. Qué bueno sería que nos santiguásemos al leer la palabra de Dios e invocar al ES, que ha inspirado estas palabras, para que seamos capaces de escucharlas en la misma clave en la que fueron escritas.

Punto 112  1. Prestar una gran atención «al contenido y a la unidad de toda la Escritura». En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios , del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua (cf. Lc 24,25-27. 44-46).
«Por el corazón (cf. Sal 22,15) de Cristo se comprende la sagrada Escritura, la cual hace conocer el corazón de Cristo. Este corazón estaba cerrado antes de la Pasión porque la Escritura era oscura. Pero la Escritura fue abierta después de la Pasión, porque los que en adelante tienen inteligencia de ella consideran y disciernen de qué manera deben ser interpretadas las profecías» (Santo Tomás de Aquino, Expositio in Psalmos, 21,11).

. Además de pedir el don al ES para interpretar bien la palabra que ese mismo ES inspiró, hay tres criterios para que seamos más dóciles a la acción del espíritu. Interpretar la escritura no como un cúmulo de citas o un vademécum de citas, sino como una unidad. No se trata de escoger citas que más convengan, donde acabamos expresando un espíritu personal, sino descubrir el hilo conductor de la sagrada escritura que el propio ES ha ido trazando. Esto se hace con la liturgia, que nos ayuda a interpretar la escritura. En la predicación de la Iglesia tenemos la interpretación hecha bajo la luz del ES.

. La sagrada escritura tiene que ser interpretada en su unidad, sabiendo que el amor de Cristo crucificado y resucitado es la clave de la interpretación de todo.

Punto 113  2. Leer la Escritura en «la Tradición viva de toda la Iglesia». Según un adagio de los Padres, Sacra Scriptura pincipalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus instrumentis scripta («La sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos»). En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura (...secundum spiritualem sensum quem Spiritus donat Ecclesiae [Orígenes, Homiliae in Leviticum, 5,5]).

. El 2º criterio es leer la escritura en la tradición viva de la Iglesia. La escritura está más en el corazón de la iglesia que en la materialidad de los libros. Puede haber Iglesia sin libro, pero no libro sin Iglesia. Interpretar la Biblia en la tradición viva de la Iglesia

Punto 114  3. Estar atento «a la analogía de la fe» (cf. Rm 12, 6). Por «analogía de la fe» entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación.


. Teniendo en cuenta la concordancia del antiguo y nuevo testamento, en el primero está esbozado, está la promesa, y en el segundo está el cumplimiento. Tenemos que interpretar lo que me acontece en mi vida con lo que la sagrada escritura me expresa, una concordancia entre mi vida y la Biblia.

martes, 18 de noviembre de 2014

Catecismo - 109 a 110 - El Espíritu Santo, intérprete de la Escritura

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Punto 109  En la sagrada Escritura, Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por tanto, para interpretar bien la Escritura, es preciso estar atento a lo que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras.

. La Biblia es el esfuerzo de revelación de Dios para adaptarse a nosotros, el esfuerzo mediante el cual habla en nuestro lenguaje. Para hacerse interlocutor del hombre a entrado en nuestro lenguaje. Dios nos habla al encarnarse, no nos deja solos, Dios se ha situado en el ámbito de nuestra capacidad de comprensión, aunque sea de forma limitada y humilde Dios es comprensible para el hombre. Esto es una gran misericordia.

. Las apariciones de Cristo resucitado antes de ascender a los cielos, son un don de su misericordia, dejándose ver y palpar a los apóstoles. Es un gran esfuerzo de revelación y comunicación. Los apóstoles son columnas de la Iglesia precisamente porque son testigos de la resurrección. Por eso se dice que Dios habla al hombre a la manera de los hombres.

. La Iglesia no debería cambiar la liturgia porque es incomprensible para el hombre de hoy? Pues no, porque perdemos el horizonte, pues la liturgia que celebramos parte del lenguaje de la palabra de Dios, es la biblia hecha oración, eso es la liturgia. Tenemos que hacer el esfuerzo para entrar en el lenguaje de la revelación que primero ha empezado Dios.

. Hay que hacer un esfuerzo para ver lo que significaba lo que el autor humano quería decir en cada pasaje de la sagrada escritura. Por ejemplo en el pasaje de Jesús en la entrada a Jerusalén, cuando Jesús dice “id y encontraréis un borrico atado, si alguien os pregunta, decidle que el maestro lo necesita y luego te lo traerá de vuelta”…es un pasaje algo misterioso, era un borrico que aún no había montado nadie. Nos falta entender el contexto histórico de esta situación, pero el hecho de que Jesús se presente como mesías, como rey, a los reyes se les reconocía el derecho de requisar medios como caballos, comida, … entonces en ese coger ese borrico, es una presentación de la realeza de Jesucristo. Quién escribió este pasaje, estaba totalmente familiarizado con esta acción y lo entendían fácilmente, sin embargo a nosotros nos cuesta entenderlo. Luego hay que hacer un esfuerzo para entender el antiguo testamento para que así los pasajes del nuevo testamento se entiendan. El hecho de un borrico en el que nadie ha montado, o un sepulcro nuevo, visto en el contexto bíblico, se afirma que Jesús no es uno más, sino el elegido de Dios.

. Además de ver lo que ha querido decir el autor, uno mismo tiene que hacer el esfuerzo de ver que interpretación saca cada uno de ese texto. Como por ejemplo, ser borrico y tratar de llevar a Jesucristo a los demás.

Punto 110  Para descubrir la intención de los autores sagrados es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su cultura, los «géneros literarios» usados en aquella época, las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo. «Pues la verdad se presenta y se enuncia de modo diverso en obras de diversa índole histórica, en libros proféticos o poéticos, o en otros géneros literarios» 

. Existen distintos géneros literarios, formas de hablar, formas de expresarse, que es muy importante conocerlo para entender bien la escritura y entender bien lo que el autor quiere decir. Es muy importante la comprensión de los textos en su contexto, a la luz de los demás textos. Los textos más complicados explicarlos desde los más claros.           

. Hay libros que han de ser bien interpretados mediante el estudio de la intención que tuvo el autor al escribirlos. La Iglesia en su predicación, hace el esfuerzo de la comprensión de la palabra de Dios.


. Por ejemplo: el pasaje de Lc14-26, donde se habla de odiarse a sí mismo y odiar a los demás, estamos hablando de un género literario donde se enfatiza la renuncia para seguir a Jesús. 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Catecismo 105-108. Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura

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Punto 105  Dios es el autor de la Sagrada Escritura. «Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo».
«La santa madre Iglesia, según la fe de los Apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia.

. Creemos en la sagrada escritura en el sentido en que Dios es autor de la misma. Así tras las lecturas decimos palabra de Dios. El Espíritu ha inspirado para que la palabra sea escrita y para reconocerla como palabra de Dios.  Cuando decimos que Dios es el autor de la palabra, no es en el sentido en que Dios ha dictado la escritura a los escritores, sino en el sentido de que es capaz de intervenir respetando la libertad del escritor inspirado por el Espíritu Santo.

. El canon, regla o medida bíblica establece que son 73 libros los que son considerados palabra de Dios. En el antiguo testamento se consideran los libros que Jesucristo escuchó y proclamo como palabra de Dios. Para el nuevo testamento, es la tradición de la Iglesia la que define los libros inspirados y los que no como componentes del mismo e inspirados por la palabra de Dios.

Punto 106  Dios ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados. «En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería».

. No nos imaginemos un autor escribiendo la palabra de Dios en el sentido de que entra en trance, y se pone a escribir, no. Son conscientes de lo que escribían. La Iglesia reconoce la huella del Espíritu en los escritos.

Punto 107  Los libros inspirados enseñan la verdad. «Como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra».

. Una garantía que tenemos es que lo libros enseñan la verdad. Las teorías humanas y las filosofías pasan, caducan, cielo y tierra pasaran pero mis palabras no pasaran, la palabra de Dios es la que permanece, es eterna, es capaz de hablar a un hombre del s I y uno de hoy.

. La palabra verdad está unida al amor. Es mejor morir por la verdad que sacrificar la verdad. Estamos hechos para la verdad y Dios nos ha dado un instrumento para conocerla que es la escritura. Se nos revelan muchas cosas importantes en la sagrada escritura.

. Quien te ama te dice la verdad, los enemigos te adulan. Estemos abiertos y amemos la verdad.

 Punto 108  Sin embargo, la fe cristiana no es una «religión del Libro». El cristianismo es la religión de la «Palabra» de Dios, «no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo» (San Bernardo de Claraval, Homilia super missus est, 4,11: PL 183, 86B). Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que Cristo, Palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el espíritu a la inteligencia de las mismas (cf. Lc 24, 45).

. La fe cristiana no es la religión del libro como puede ser el Islam con el Corán, los cristianos somos el pueblo del acontecimiento que ha sido puesto luego por escrito o también transmitido por la tradición de la Iglesia, que hay dos fuentes de revelación. La presencia de Dios entre nosotros supera la presencia del libro.

. La Biblia son afirmaciones de acontecimientos. Existe el riesgo de decir: que más dan los hechos históricos como el sepulcro vacío, o este u otro milagro, o que Cristo resucitase, que lo importante son los valores que se transmiten. Así reducimos la palabra de Dios al valor ético o moral que pueda transmitir, pero lo importante de la palabra de Dios es el acontecimiento verdadero que tiene lugar. Frente a la tendencia de difuminar lo histórico, afirmemos que somos el pueblo del acontecimiento, y la verdad no se inventa sino que acontece, y nuestra tarea es descubrirla y proclamarla.


. El Espíritu Santo no solo actuó para ponerlo por escrito, sino a nosotros para acogerlo y a la Iglesia para predicarlo. El predicador dice: ven a mí Espíritu Santo para que yo sea instrumento tuyo a la hora de predicar esta palabra, que tu espíritu me mueva a mí predicarla como movió al autor para escribirla, y el que escucha la palabra dice ven Espíritu Santo, ayúdame a escuchar esta palabra para acogerla con la misma humildad que María acogió la palabra de Dios en su seno.