domingo, 30 de noviembre de 2014

Catecismo 142-143. La respuesta del hombre a Dios

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 Punto 142  Por su revelación, «Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía». La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.

. Qué significa la revelación: el Dios invisible habla a los hombre como amigo ”… recordamos a Jesús cuando dice: “ a vosotros ya no os llamo siervos, os llamo amigos”, el siervo no sabe lo que piensa su amo, le obedece sin más. Con los amigos se comparte la intimidad, se abre el corazón. Así pues, hay una obediencia de amistad, más allá del servilismo. Dios nos habla como amigo movido exclusivamente por el amor. En El no hay nada de cotilleo, ni de incontinencia verbal como nos puede ocurrir a nosotros en nuestra comunicación. Mora con nosotros, estuvo 30 años en silencio antes de comenzar a predicar, esos 30 años fueron años de escucha. La clave de la revelación está en el tú a tú en nuestra relación con Dios. Si nos ocultamos en las manifestaciones colectivas, en las asambleas, y no hay una comunicación personal con Dios, ni hay un estar a solas, la acogida de la revelación es insuficiente. Hay que ponerse delante de El para acoger su revelación que nos invita a la intimidad y al tú a tú. La revelación es el adelanto del cielo. Cómo pretender el cielo si aquí no nos abrimos a la revelación?.

.  La respuesta adecuada es la fe. Si Dios se revela, yo me adhiero a El, me fio de El, me entrego a El, le respondo dando un voto de confianza, es como un hágase, un amén.

. Los obstáculos que podemos tener al acoger la revelación pueden ser: la desconfianza, al proyectar en Dios nuestra pobre experiencia, si hemos recibido muchas heridas afectivas de nuestros amigos, familiares, vivir en una familia rota,… llega uno a decir que no se fía de nada. Se nos va generando un corazón que le cuesta confiar. El egoísmo y el materialismo lleva a que muchas veces nos usemos unos a otros: “por el interés te quiero Andrés”, y cuando dejas de interesarme, pues paso de ti. Esto son experiencias que hieren el corazón y acaban teniendo influencia en nuestra relación con Dios. Cuando uno no se fía de nadie, le cuesta fiarse de Dios. Otro obstáculo es el subjetivismo tan grande de nuestra cultura, cuando pensamos que la verdad viene de mí y no de fuera. Dios nos habla. La revelación no es descubrirme a mí mismo, sino descubrirle a El.

Punto 143  Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento a Dios que se revela. La sagrada Escritura llama «obediencia de la fe» a esta respuesta del hombre a Dios que revela (cf. Rm 1,5; 16,26)

. La fe es como un sometimiento, de la inteligencia y la voluntad a Dios. Solamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona a su verdadero bien, el bien de la persona consiste en abrirse a la verdad y realizar la verdad. Hoy en día se ha endiosado la libertad desligándola de la verdad. De qué se trata?: de decidir yo o de decidir bien?, da la impresión de que aquí da igual elegir bien o mal, el caso es que elijas tú, contraponemos libertad a verdad, de qué me sirve ser yo el que elijo si elijo mal, tengo que ser yo el que elija y elegir bien. En el evangelio de s Juan: “la verdad os hará libres”, no dice al revés, que la libertad nos hace verdaderos, pues puedo utilizar mal mi libertad eligiendo el mal y eso no me hace verdadero, de qué me sirve por tanto utilizar mal mi libertad, como quien dice “no importa lo que hagas con la pistola, si usarla para el tiro al blanco o para pegarte un tiro, lo importante es que utilices tú mismo la pistola. No es cierto decir: no importa lo que elijas, lo que importa es que elijas tú. La libertad es para elegir la verdad, de lo contrario para qué la quiero!

 . El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar libremente la verdad. Por eso someterse a la verdad, no significa ser esclavos, sino ser libres para seguir el santo consejo de Dios. La verdadera libertad es un estado de obediencia, el hombre se libera del materialismo sujetándose al espíritu, se libera de las pasiones obedeciendo a la razón, se libera de las modas atándose a la tradición etc, etc,


. El orgulloso siempre quiere hacer más, mientras que el humilde quiere obedecer más, sabiendo que no va a hacer nada al margen de Dios, sino con la gracia de Dios. La obediencia filial no es una obediencia servil, sino una obediencia por amor.

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