jueves, 28 de enero de 2016

Catecismo 763-766. Origen, fundación y misión de la Iglesia. La Iglesia, instituida por Cristo Jesús

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Punto 763 Corresponde al Hijo realizar el plan de Salvación de su Padre, en la plenitud de los tiempos; ese es el motivo de su "misión" (cf. LG 3; AG 3). "El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras" (LG 5). Para cumplir la voluntad del Padre, Cristo inauguró el Reino de los cielos en la tierra. La Iglesia es el Reino de Cristo "presente ya en misterio" (LG 3).

. El Catecismo concreta en este punto que Jesús vino a nosotros para llevar adelante un plan de salvación de su Padre, ese plan que fue la misión que el Padre le había dado al Hijo, fue  predicar la llegada del reino de Dios, Cristo inauguró el reino de Dios en la tierra. El reino de Dios es más amplio que las fronteras visibles de la iglesia, aunque se realiza plenamente dentro de la iglesia, se extiende más allá de la estructura visible de la iglesia. La iglesia no es solo la estructura jerárquica que vemos, la iglesia es el cuerpo místico de Cristo y en este sentido espiritual o místico, la iglesia sí coincide con el reino de Dios. Cristo predicó el reino de los cielos y al mismo tiempo estaba predicando la iglesia porque como cuerpo místico de Cristo no son dos cosas distintas.

. Cuando los santos Padres de la iglesia dicen que fuera de la iglesia no hay salvación, entienden que la iglesia es más que sus fronteras visibles, la iglesia es el cuerpo místico de Cristo y alcanza a muchas personas de buena voluntad que forman parte de ese cuerpo místico de Cristo, porque es el reino de Dios, el reino de Cristo que actúa más allá de las fronteras visibles de la iglesia porque coincide con el cuerpo místico de Cristo. Esta expresión de “fuera de la iglesia no hay salvación” que tanto escandaliza, no quiere decir por tanto que el que no esté bautizado en la iglesia católica se condenará.

Punto 764 "Este Reino se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo" (LG 5). Acoger la palabra de Jesús es acoger "el Reino" (ibíd.). El germen y el comienzo del Reino son el "pequeño rebaño" (Lc 12, 32) de los que Jesús ha venido a convocar en torno suyo y de los que él mismo es el pastor (cf. Mt 10, 16; 26, 31; Jn 10, 1-21). Constituyen la verdadera familia de Jesús (cf. Mt 12, 49). A los que reunió así en torno suyo, les enseñó no sólo una nueva "manera de obrar", sino también una oración propia (cf.Mt 5-6).

. En Lucas 12,32 nos dice “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino“, Dios Padre ha querido dar el reino a ese pequeño rebaño que estaba convocando Jesucristo, identificando el reino de Dios con ese pequeño rebaño o grupo de apóstoles que se estaban reuniendo en torno a Jesús. El germen de ese reino esta en ese pequeño rebaño del que el mismo Jesús es Pastor. Ese germen constituye la verdadera familia de Jesús (Mateo 12,49 “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y señalando a sus discípulos, añadió: Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”). La verdadera familia de Jesús estaba en ese pequeño rebaño que era el reino de Dios en germen allí presente. Jesús toma como tarea suya convocar ese pequeño rebaño. Jesús quiere formarnos en familia, en comunión. Por eso en nuestros días la mentalidad de tener una relación directa con Dios sin querer vivir en la comunión de la iglesia, sin querer una hermandad con los demás supone un drama y un sufrimiento para Jesús.

Punto 765 El Señor Jesús dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la plena consumación del Reino. Ante todo está la elección de los Doce con Pedro como su Cabeza (cf. Mc 3, 14-15); puesto que representan a las doce tribus de Israel (cf. Mt 19, 28; Lc 22, 30), ellos son los cimientos de la nueva Jerusalén (cf. Ap 21, 12-14). Los Doce (cf. Mc 6, 7) y los otros discípulos (cf. Lc 10,1-2) participan en la misión de Cristo, en su poder, y también en su suerte (cf. Mt 10, 25; Jn 15, 20). Con todos estos actos, Cristo prepara y edifica su Iglesia.

. Jesús no fundó la iglesia en un momento determinado, de hecho no hay una fecha de celebración de instauración o fundación de la iglesia, sino que Jesús fundó la iglesia como fruto de toda su vida, por ejemplo cuando Jesús instituye la eucaristía y dice “haced esto en memoria mía”, lo hace con la intención y la voluntad de que haya quien lo continúe, de que existiese una iglesia que continúe su obra entre otras cosas celebrando la eucaristía, o cuando dice “id por todo el mundo predicando el evangelio”, “id y bautizad” o “id y perdonar los pecados”, etc, la iglesia es la continuidad de la vida de Jesucristo. La voluntad de Cristo de fundar la iglesia es evidente, pero no es un momento puntual sino toda su vida y de todos sus actos se desprende esa intención.

.  Jesús va dotando de una estructura visible a la iglesia que vemos en la elección de los doce con Pedro a su cabeza Marcos 3,14-15 “Después subió Jesús a un cerro y llamó a quienes le pareció conveniente. Una vez reunidos, eligió a doce de ellos para que le acompañasen y para enviarlos a anunciar el mensaje. Los llamó apóstoles y les dio autoridad para expulsar a los demonios”. Jesús eligió doce apóstoles, y esto no es casual pues quiso entroncarlo con la imagen del pueblo de Dios de Israel que tenía doce tribus. El hecho que elija a Pedro como cabeza nos quiere decir que Jesús cuando no estuviera alguien tenía que hacer de cabeza. En Mateo 19,28 “Jesús les respondió:–Os aseguro que cuando llegue el tiempo de la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, vosotros, que me habéis seguido, os sentaréis también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”. Jesús habla de los apóstoles diciendo que se van a sentar en los doce tronos, es decir, vemos la conciencia de Jesús de haber fundado en ese pequeño rebaño el reino de Dios, la iglesia. Lucas 22,30 “y comeréis y beberéis a mi mesa en mi reino, y os sentaréis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”. Lucas 10,1-2 “Después de esto escogió también el Señor a otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir. Les dijo: “Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedidle al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla.” Con todos estos actos Cristo prepara y edifica su Iglesia porque Cristo da a luz a la Iglesia, es fruto de sus palabras, de sus obras, de su presencia, de su vida entera.

Punto 766 Pero la Iglesia ha nacido principalmente del don total de Cristo por nuestra salvación, anticipado en la institución de la Eucaristía y realizado en la cruz. "El agua y la sangre que brotan del costado abierto de Jesús crucificado son signo de este comienzo y crecimiento" (LG 3). "Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia" (SC 5). Del mismo modo que Eva fue formada del costado de Adán adormecido, así la Iglesia nació del corazón traspasado de Cristo muerto en la cruz (cf. San Ambrosio, Expositio evangelii secundum Lucam, 2, 85-89).


. El Catecismo en este punto nos ofrece la imagen mística de la Iglesia nacida del costado de Cristo nacida por la lanza. En el momento en que alguien va a fallecer parece que está dejando su testamento manifestando sus últimas voluntades, y algo así realiza Jesucristo en el momento de su muerte en la cruz. Cristo quiere también dejar en su testamento a su madre como el legado más precioso para nosotros “ahí tienes a tu madre, ahí tienes a tu hijo”. Jesús entrega su espíritu. Jesús nos da a María, la Iglesia y el Espíritu como testamento.

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