domingo, 27 de marzo de 2016

Catecismo 849-852. La Iglesia es católica. La misión, exigencia de la catolicidad de la Iglesia I

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Punto 849 El mandato misionero. «La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser "sacramento universal de salvación", por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres» (AG 1): "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 19-20)

. Se nos habla del mandato misionero de la iglesia, es decir, la voluntad de Dios está expresada en este pasaje para que la iglesia sea sacramento, sea instrumento universal de salvación. Es un mandato el que la iglesia sea misionera, de que no se conforme con sentirse a gusto allí donde ya esté establecida. Es un mandato bueno que nos preserva de cerrarnos en nosotros mismos, así no vamos a preocuparnos de conservar lo que tenemos sino de trasmitirlo y de esta manera nos fortalecemos en la fe. Al misionar ponemos en práctica el mandamiento del amor al prójimo porque cuando alguien ama al prójimo desea para él lo mejor, y qué otra cosa podemos desear mejor lo mejor para nuestro prójimo que desearle a Cristo, ese tesoro que tengo te lo doy. La expresión de misionar es la expresión más clara de amor al prójimo, no darle lo que te pide sino darle lo que el prójimo necesita que no siempre tiene porqué coincidir. En el mandamiento misionero somos conscientes de que dando se recibe. Hay por lo tanto muchos argumentos para entender porque el mandamiento misionero de Jesús es bueno, no solo porque es su voluntad cuando él dijo “id y haced discípulos”, hacer su voluntad es bueno para nosotros.

Punto 850 El origen y la finalidad de la misión. El mandato misionero del Señor tiene su fuente última en el amor eterno de la Santísima Trinidad: "La Iglesia peregrinante es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre" (AG 2). El fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor (cf  RM 23).

. El origen y la finalidad de ese envío misionero lo encontramos en el misterio de la Santísima Trinidad, el origen está en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo. El Padre envió a su Hijo, y cuando Cristo ascendió a los cielos entonces fue enviado el Espíritu Santo “conviene que yo me vaya para que sea enviado el paráclito”. Igual que el Padre envía al Hijo, el Hijo nos envía a nosotros, tenemos nuestro origen en la ST, nuestra misión es una prolongación de la misión del Padre al Hijo, y de la misión del Hijo y del Padre al Espíritu Santo. También la finalidad es la Santísima Trinidad dando gloria a Dios.

Punto 851 El motivo de la misión. Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo la obligación y la fuerza de su impulso misionero: "porque el amor de Cristo nos apremia..." (2 Co 5, 14; cf AA 6; RM 11). En efecto, "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1 Tm 2, 4). Dios quiere la salvación de todos por el conocimiento de la verdad. La salvación se encuentra en la verdad. Los que obedecen a la moción del Espíritu de verdad están ya en el camino de la salvación; pero la Iglesia a quien esta verdad ha sido confiada, debe ir al encuentro de los que la buscan para ofrecérsela. Porque cree en el designio universal de salvación, la Iglesia debe ser misionera.

. Nos apremia el amor de Cristo, sentimos el amor de Cristo como algo que nos urge dar a conocer, incluso más allá de lo que nos parece razonable. El motivo de la misión es el amor, quien ama siente el impulso de comunicar a Cristo a sus hermanos. Dios quiere la salvación de todos por el conocimiento de la verdad, Dios no quiere que nos salvemos por la ignorancia, como que la ignorancia sea un camino estable de salvación, Dios quiere  que el hombre se salve y llegue al conocimiento pleno de la verdad. La iglesia, enseñando la verdad, debe salir al encuentro de los que están buscando, hay gente que sin saberlo está buscando a la iglesia, hay gente que anhela ser plenamente feliz, sueña con valores superiores al materialismo de este mundo, y la iglesia al predicar a Cristo sale al encuentro con la verdad de quien busca la plenitud.

Punto 852 Los caminos de la misión. "El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial" (RM 21). Él es quien conduce la Iglesia por los caminos de la misión. Ella continúa y desarrolla en el curso de la historia la misión del propio Cristo, que fue enviado a evangelizar a los pobres; "impulsada por el Espíritu Santo, debe avanzar por el mismo camino por el que avanzó Cristo: esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su resurrección" (AG 5). Es así como la "sangre de los mártires es semilla de cristianos" (Tertuliano,Apologeticum, 50, 13).

. Los caminos de la misión no son caminos inalcanzables, no hay que ir lejos o a un lugar llamativo a misionar, pues cada uno de nosotros tenemos a nuestro alcance esa función misionera de la iglesia. El Espíritu Santo es el que mueve las distintas vocaciones misioneras, tenemos que ser dóciles para ver cada uno como nos dejamos mover para misionar, y seguro que el Espíritu Santo tiene para repartir para todos, a unos de una forma y a otros de otra. Tengamos cuidado de hablar de las misiones como con una especie de admiración como si los misioneros fueran extra terrestres, no, son hombres movidos por el Espíritu. Él nos prometió que no nos iba a dejar huérfanos, Él nos prometió que iba a continuar en la iglesia la obra comenzada por Cristo, por tanto no pongamos trabas, obstáculos ni resistencias a la obra que quiere realizar el ES en cada uno de nosotros.


. La iglesia en esta misión debe avanzar por el mismo camino por el que avanzó Cristo, es decir, un estilo de misionar semejante al estilo de cómo vivió Jesús, como la pobreza, obediencia, servicio e inmolación. Dicho de otra forma, el camino es la cruz. Tenemos que desconfiar cuando se nos plantean caminos sin cruz, es decir, cuando las cosas teóricamente van muy bien, cuando somos aceptados por el mundo, cuando el mundo habla bien de nosotros. Tenemos que mirar eso con desconfianza pues el camino del triunfo no es el camino de Jesús. El camino de Jesús es de incomprensiones, persecuciones y si a Jesús le ocurrió eso, lo lógico es que eso mismo le pase al misionero, así que tenemos que ver todas las persecuciones que ha padecido la iglesia como purificaciones en las que nos configuramos con la cruz de Cristo, cuando uno acepta la persecución con humildad, con dignidad, sin coger malas formas, no dejando de orar por su enemigo, entendiendo como hermano aquel que le ha ofendido, dando ese testimonio de amor en medio de la persecución, uno se purifica en la persecución. Sin embargo si en medio de las persecuciones perdemos la paz, nos rebelamos y nos ponemos a la misma altura de quien nos está persiguiendo, podemos en lugar de abrazar el camino de la cruz, hacer otra cosa. Por lo tanto la persecución es una buena señal. El camino de la misión tiene que ser un camino de cruz, si con el maestro ha ocurrido, no va a ocurrir acaso lo mismo con los discípulos?, si los discípulos mantienen el espíritu de su maestro, lógicamente ocurrirá lo mismo.     

martes, 22 de marzo de 2016

Catecismo 845-848. La Iglesia es católica. Fuera de la Iglesia no hay salvación

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Punto 845 El Padre quiso convocar a toda la humanidad en la Iglesia de su Hijo para reunir de nuevo a todos sus hijos que el pecado había dispersado y extraviado. La Iglesia es el lugar donde la humanidad debe volver a encontrar su unidad y su salvación. Ella es el "mundo reconciliado" (San Agustín, Sermo 96, 7-9). Es, además, este barco que con su velamen que es la cruz de Cristo, empujado por el Espíritu Santo, navega bien en este mundo"; san Ambrosio, De virginitate 18, 119); según otra imagen estimada por los Padres de la Iglesia, está prefigurada por el Arca de Noé que es la única que salva del diluvio (cf 1 P 3, 20-21).

. Se recuerda que el plan primero de Dios era convocar a toda la humanidad en una unidad, no era esa dispersión a la que el pecado nos ha llevado, era reunir a todos sus hijos en una sola familia. El Señor quiere que la iglesia sea el lugar de convocación donde la humanidad vuelva a encontrar su unidad perdida, es la iglesia pues instrumento de unidad, del que Dios se sirve para volver a dar la unidad al género humano. San Ambrosio ve a la iglesia como una barca que tiene como mástil la cruz y navega empujada por el Espíritu Santo.

Punto 846 ¿Cómo entender esta afirmación tantas veces repetida por los Padres de la Iglesia? Formulada de modo positivo significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por la Iglesia que es su Cuerpo: El santo Sínodo [...] «basado en la sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación. Cristo, en efecto, es el único Mediador y camino de salvación que se nos hace presente en su Cuerpo, en la Iglesia. Él, al inculcar con palabras, bien explícitas, la necesidad de la fe y del bautismo, confirmó al mismo tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que entran los hombres por el Bautismo como por una puerta. Por eso, no podrían salvarse los que sabiendo que Dios fundó, por medio de Jesucristo, la Iglesia católica como necesaria para la salvación, sin embargo, no hubiesen querido entrar o perseverar en ella» (LG 14).

. Cómo entender la expresión “fuera de la iglesia no hay salvación”? que tanta polémica puede suscitar, pueden salvarse aquéllos que no forman parte de la iglesia?. Toda salvación viene de Cristo (cabeza) por la iglesia que es su cuerpo. Lo primero que decimos es que la salvación viene por Cristo, él es el único mediador entre Dios y el hombre, Cristo es ese puente de comunión que Dios Padre ha querido establecer con este mundo. La explicación que da el Catecismo a la expresión que “fuera de la iglesia no hay salvación” quiere decir que la adhesión a la iglesia no se puede entender como una opción voluntaria en el sentido de que uno podría salvarse según su gusto, según su opción ideológica, según su subjetivismo podría elegir este medio de salvación u otro que se le ocurra, es decir, la iglesia no es un medio más de salvación, sino el medio establecido por Dios para la salvación, es el medio objetivo que Dios eligió. Lo que exime de esa adhesión a la iglesia es la ignorancia no culpable que muchas personas puedan tener, en la medida que uno no tenga consciencia de que en la iglesia se revela plenamente el don de Dios Padre en Cristo, que la iglesia es depositaria de ese don uno queda eximido. Pero no se trata de una opción, no se trata que cada uno haga una opción según su gusto, ideología, etc. no, porque es el único camino que el Padre eligió. No es pues cuestión de gustos o de opciones sino que es el camino objetivo que el Padre estableció. Por eso no podrían salvarse los que sabiendo que Dios fundó por medio de Jesucristo la iglesia como necesaria para la salvación, sin embargo no han querido entrar o perseverar en ella, es decir, no es posible la salvación cuando hay un rechazo consciente del medio de salvación dado por Dios, en este sentido sigue siendo válida la expresión fuera de la iglesia no hay salvación.

Punto 847 Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia: «Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna (LG 16; cf DS 3866-3872).

. Con una conciencia honesta y sincera, donde no quepan apetencias o conveniencias subjetivas, el Catecismo nos dice que el hombre será juzgado de lo que haya conocido sinceramente en su corazón y en su conciencia como verdad, y si sin culpa suya no han conocido el evangelio de Cristo pero buscan sinceramente hacer la voluntad de Dios conocida a través de su conciencia podrán conseguir la salvación eterna. Puede haber personas que estén obedeciendo a Dios sin ser conscientes de ello, igual nadie les ha hablado de quién es Dios y cómo es Dios, sin embargo en la medida en que son fieles a la voz de su conciencia están siendo fieles a la voz de Dios. Hay una presencia ignorada de Dios dentro de la conciencia para muchas personas, pero no ignorada para nosotros que hemos conocido la revelación.

Punto 848 «Aunque Dios, por caminos conocidos sólo por Él, puede llevar a la fe, "sin la que es imposible agradarle" (Hb 11, 6), a los hombres que ignoran el Evangelio sin culpa propia, corresponde, sin embargo, a la Iglesia la necesidad y, al mismo tiempo, el derecho sagrado de evangelizar» (AG 7).

. Uno se pregunta “si también se pueden salvar aquellos que no conocen a Cristo y Dios les juzgará en su conciencia, pues entonces para que molestarse en ir a evangelizar, para que molestar las conciencias de otras personas,…” . Aquí podemos hacernos también la pregunta de entonces porque Dios envió a su hijo, porqué se reveló al hombre. Dios ha querido revelarse por amor a nosotros, viendo que el mundo iba en camino de perdición, envió a su hijo para la salvación del mundo, el Padre quiso revelarse a nosotros por amor y conociendo en nosotros el misterio de la lucha entre el misterio de la gracia y del pecado, vio que era necesario para nosotros la revelación objetiva para que nosotros fuésemos preservados del error y del auto engaño. Es muy fácil ser presa del auto engaño. Dios quiso no solo darnos la gracia de atraernos a él sino que ante nuestra limitación quiso revelarse objetivamente en Jesucristo. Dios ha querido que Jesucristo sea conocido por todas las naciones y que comprendamos que es lo que quiere Dios de nosotros pues sabiéndolo es mucho más fácil de cumplir. Cristo con su venida nos libera de los engaños de nuestra conciencia, de la apetencia llevada a nuestra conciencia.

. Aunque una persona que no conoce a Cristo ni conoce el evangelio, si en el interior de su conciencia se esté adhiriendo sinceramente a lo que conoce como verdad, se está orientando hacia Cristo y hacia la iglesia en esa obediencia a su conciencia, aunque él no lo sepa esa obediencia le está orientando a Cristo. Ahora bien, la actividad misionera de la iglesia es necesaria para librar de la oscuridad y de la carestía espiritual a quién no conoce a Cristo. Conocer a Cristo nos da más responsabilidad y más facilidad en la salvación, nos preserva de muchas oscuridades y eleva la dignidad del hombre en esta vida.


. Jesucristo y la iglesia son el camino objetivo de la salvación, e incluso los que no le conocen, en la medida en que son fieles a su conciencia, están mirando a Cristo y a la iglesia. Cristo además conociendo su mensaje, nos libera de muchas esclavitudes y nos hace más felices. 

lunes, 21 de marzo de 2016

Catecismo 842-844. La Iglesia es católica. La Iglesia y los no cristianos. La Iglesia y las religiones no cristianas

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Punto 842 El vínculo de la Iglesia con las religiones no cristianas es, en primer lugar, el del origen y el del fin comunes del género humano: «Todos los pueblos forman una única comunidad y tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la entera faz de la tierra; tienen también un único fin último, Dios, cuya providencia, testimonio de bondad y designios de salvación se extienden a todos hasta que los elegidos se unan en la Ciudad Santa (NA 1).

. El vínculo de la iglesia con las religiones no cristianas es, en primer lugar el del origen y del fin comunes del género humano, somos conscientes de que toda la humanidad procede de Dios creador, todos los pueblos formamos una comunidad, tenemos un mismo origen, todos hemos partido de Dios y todos tenemos en Dios nuestro fin. La humanidad tiene un punto de partida común en Dios y vamos a Dios, aunque por el medio nos hemos dispersado entre nosotros fundamentalmente por el pecado. Todas las religiones responden a unas preguntas básicas que el hombre tiene en su interior, no hay ninguna cultura o raza que haya sido atea, todas ellas han tenido una religiosidad que buscan el sentido de la vida, de donde procedemos, a donde vamos, cual es el sentido del dolor, cual es el camino de la felicidad, de qué manera hemos de vivir para obtener la salvación, etc. La religión no es un fenómeno particular de un determinado pueblo sino que no ha habido pueblo sin religión. El hombre naturalmente busca a Dios y por eso existe la religiosidad natural.

. A veces se ha acusado a la religión de que tiene un factor educacional y que desde fuera a un niño se le han imbuido determinadas enseñanzas, pero lo cierto es que el hombre desde siempre se hace las mismas preguntas porque tiene de forma connatural una religiosidad interior y busca la respuesta a determinadas preguntas. Esto nos recuerda como Pablo habló a los atenienses apoyándose en la estatua que tenían dedicada al Dios desconocido para anunciar a Jesucristo. Toda la humanidad busca a ese Dios desconocido aunque no sepa ponerle nombre, aunque incluso se equivoque describiéndole de forma errónea, pero sin embargo en toda esa religiosidad natural que existe en la humanidad se está buscando a ese único Dios del cual procedemos y al cual volvemos.

. Porqué hay tantas religiones? Es una riqueza o una desgracia? Afirmamos en sentido positivo que responden a una religiosidad natural, a una búsqueda de Dios por parte del hombre. En este sentido es una riqueza. Ahora bien en otro sentido es una desgracia porque es una manifestación del fraccionamiento que el pecado produce en nosotros, el pecado nos divide, en este sentido es una desgracia. Ante esta multitud de religiones, hay que posicionarse de forma equilibrada. Hay dos formas desequilibradas, una es la forma intolerante o fundamentalista que dice que lo único válido es mi religión y el resto de religiones son del diablo y son camino de condenación. Otra forma desequilibrada es la postura contraria, que es mucho más frecuencia hoy en día, es la postura de la indiferencia o del relativismo en que se dice que todas las religiones son iguales y da igual una que otra, siendo lo importante los valores interiores y la espiritualidad antes que la religión, da igual ser budista, cristiano o musulmán pues lo importante son los valores interiores. Esta postura es igualmente rechazable porque no es verdad ser budista o cristiano o cualquier cosa. Las religiones tienen contenidos objetivamente distintos y no pueden ser iguales muchos conceptos que son contradictorios como la resurrección o la reencarnación. Son pues dos posturas extremas de las que tenemos que huir, y entre esos dos extremos tenemos que aprender a mirar a las demás  religiones con un equilibrio.

. Ante esta multitud de religiones pedimos que se respete la libertad religiosa como un derecho de todo hombre. El hombre tiene derecho a seguir lo que en su conciencia cree como verdadero y tiene derecho a ordenar su vida y su práctica religiosa conforme a esas creencias suyas.

Punto 843 La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda, "entre sombras e imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una preparación al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida" (LG 16; cf NA 2; EN 53).
Punto 844 Pero, en su comportamiento religioso, los hombres muestran también límites y errores que desfiguran en ellos la imagen de Dios: «Con demasiada frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso, sirviendo a las criaturas en vez de al Creador. Otras veces, viviendo y muriendo sin Dios en este mundo, están expuestos a la desesperación más radical» (LG 16).

. El resto de religiones aunque sean sombras, buscan a ese Dios desconocido y detrás de esa búsqueda hay como una preparación al evangelio. En la medida en la que uno es fiel a la religión que ha conocido se está preparando para el evangelio, la propia fidelidad en la escucha de su conciencia le ayudará para reconocer a Cristo. Hay destellos de la luz de Cristo en otras religiones, por ejemplo, en el budismo o hinduismo donde se subraya mucho la superación del materialismo, donde se subraya que la salvación no viene del puro materialismo y que el hombre tiene que elevarse sobre la materia, es una preparación para el evangelio pues aquél que es esclavo de la carne, del materialismo, etc está más lejano a conocer la doctrina de Jesucristo. Por ejemplo un fiel musulmán que conoce a un Dios único, creador, que vendrá a juzgar a vivos y muertos,… tiene una preparación para el evangelio porque ese monoteísmo que profesa le ha purificado de un politeísmo que es mucho más nefasto. Es decir, que Dios puede llegar a servirse de elementos de otras religiones que son destellos que nos pueden preparar al evangelio porque nos preservan de errores mucho mayores. Sin embargo el Catecismo nos advierte que son religiones que no han sido reveladas, y que el mismo hombre las ha deformado con sus propias imágenes.

. Nosotros creemos que Dios se reveló en Jesucristo y que la revelación de Cristo es el camino que Dios Padre estableció para dar la plenitud de los medios de salvación, y creemos que las demás religiones son religiones no sobrenaturales, no reveladas, sino religiones naturales, que son expresión de esa búsqueda que el hombre tiene de Dios. Y aunque tengan destellos de verdad, están mezcladas con montones de errores consecuencia de nuestros propios conceptos. Por lo tanto nosotros creemos que las demás religiones no son vías de salvación pero tienen aspectos positivos y nos preparan para el evangelio. Dicho de otra forma, un hombre que es fiel a su conciencia puede salvarse profesando cualquier religión, pero no se salva por esa religión, se salva por Cristo, sólo Cristo salva. Aunque un hombre puede salvarse profesando otra religión, y aunque él no lo sepa, se está salvando por Cristo. La única revelación es Cristo y tenemos que rechazar la explicación de que las distintas religiones son como distintas revelaciones que Dios ha tenido.

Catecismo 841. La Iglesia es católica. La Iglesia y los no cristianos. Las relaciones de la Iglesia con los musulmanes

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Punto 841 Las relaciones de la Iglesia con los musulmanes. "El designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que profesan tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo" (LG 16; cf. NA 3).

. Para comprender el Islam, recordemos que estamos hablando de finales del siglo VI cuando Mahoma, que nació en La Meca y fue un hombre que vivió en un entorno pobre, no conoció el verdadero cristianismo. Es importante decir que Mahoma vivió en un momento de fracturas y herejías cristianas, en ese momento se estaba formando el dogma de un Dios verdadero y tres personas distintas, se estaba formando la fe en Jesucristo como persona divina con naturaleza divina y naturaleza humana. En este momento era frecuente que surgiesen herejías por un lado y por otro, bien porque tendiesen a no afirmar la naturaleza divina o bien porque no afirmasen las tres personas divinas, y era frecuente pues, la proliferación de herejías. En este contexto de herejías donde había muchas fracciones por la dificultad de como formular nuestra fe en un único Dios y tres personas distintas, motivo por el cual Mahoma no conoce un cristianismo equilibrado y tiene contactos con herejías de distintos tipos. En este contexto, Mahoma se constituye como el fundador de una nueva religión.

. Aspectos que nos unen con la religión musulmana son: el monoteísmo, las tres grandes religiones monoteístas son el cristianismo, el judaísmo y la musulmana, el islam proclama un único Dios personal y trascendente y no admite que Dios tenga un hijo, que Jesús sea el hijo de Dios y no admite la pluralidad de personas en el seno de Dios, piensa que atenta contra el monoteísmo. El islam cree en un Dios personal y trascendente, con todos los atributos que se le aplican a ese Dios: omnipotente, creador, omnisciente, que nos ofrece la vida eterna, que nos juzgará conforme a nuestras obras. Esta fe común en el monoteísmo de un Dios creador, trascendente,… es una confluencia que nos debe ayudar a tener una colaboración mutua en muchos aspectos.

. El aspecto básico que nos distingue del islamismo es la encarnación, el islam cree que Jesucristo fue un profeta pero no confiesa en él al hijo de Dios hecho hombre. Es muy difícil que el islam reconozca la encarnación pues es bastante contrario a la cercanía de Dios. Para el islam Dios es el trascendente absoluto y en el cristianismo se conjuga la trascendencia con la inmanencia, es decir, con la cercanía de Dios pues Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros. Para el islam, si Dios está tan cerca, hace que Dios deje de ser trascendente, cómo es posible que todo un Dios omnipotente esté tan cercano a nosotros?, esta es la divergencia básica del islam con el cristianismo.

. En el cristianismo creemos que Dios conociendo el futuro, no anula nuestra libertad, y este es un misterio muy grande pero que tenemos que afirmarlo así, el que todo esté en manos de Dios no quita que Dios haya puesto las cosas en nuestras manos y de que el hombre sea libre, una cosa no quita la otra. El que todo esté en manos de Dios no quita también que Dios haya puesto las cosas en nuestras manos         y dependan de nuestra libertad. Esto en el islam no queda así remarcado, pues al manifestar que todo está predeterminado y que todo está en manos de Alá lo que se hace es anular la libertad del hombre y anular la necesaria colaboración del hombre en los planes salvíficos de Dios.

. Otro aspecto que remarca la falta de cercanía de la religión musulmana lo vemos cuando Jesucristo nos dice “ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su Señor, a vosotros os llamo amigos porque todo lo que aprendí de mi Padre os lo he dado a conocer”, este aspecto de amistad íntima con Dios es nuevo y Mahoma no descubrió esta intimidad porque le parecía una intimidad que le hacía un Dios que dejaba de ser trascendente. Mahoma remarca que el hombre debe ser siervo o esclavo de Alá y no puede tener ese tipo de confianzas e intimidades con Dios. En la encarnación de Jesucristo nos damos cuenta que es Dios quién busca al hombre, el pastor busca a la oveja perdida, la abraza y la toma con él. Si Dios va en busca del hombre es porque lo ama, y este aspecto es desconocido para el islam pues le lleva a perder la trascendencia de Dios.

. Otro detalle de divergencia es la misma concepción de la vida eterna, nosotros creemos que la gloria que Dios nos ofrece en el cielo tiene como esencia la contemplación de Dios, es hacer de Dios nuestro gozo, sin embargo en el islam se piensa que el gozo eterno del paraíso consistirá en un jardín donde fluyen arroyos con esposas y vírgenes purificadas, …. donde la felicidad la recibes por las cosas creadas por Dios y no por Dios mismo. El cristianismo no tiene una concepción carnal de la vida eterna, la felicidad eterna en el cielo no nos la darán las cosas creadas por Dios sino Dios mismo. Hasta tal punto se remarca en el islam la trascendencia de Dios que parece demasiada intimidad llegar a pensar que el hombre se va a saciar de la presencia de Dios y entonces se entiende la felicidad eterna como saciarnos de las cosas de Dios. En el mundo cristiano creemos que le veremos tal cual es y seremos una sola cosa con Dios y nuestra felicidad consistirá en gozar de su presencia. Romanos 14,17 dice “porque el reino de Dios no consiste en comer y beber sino en justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo”; en Mateo 22,30 “en la resurrección ni se casan ni se dan en matrimonio sino que son como ángeles de Dios en el cielo”, Dios al ser no solo trascendente sino también cercano, no nos saciará con sus dones sino que su presencia será para nosotros el motivo de felicidad.


. El islam remarca tanto la trascendencia de Dios que no permite que sea representado, si uno va a una mezquita verá arquitectura pero no hay imaginería, en este sentido para el islam es una herejía que se represente, se pinte o se esculpa a Mahoma. Los cristianos debemos respetar este principio.

domingo, 20 de marzo de 2016

Catecismo 839-840. La Iglesia es católica. La Iglesia y los no cristianos. La Iglesia y el Judaísmo

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Punto 839 "[...] Los que todavía no han recibido el Evangelio también están ordenados al Pueblo de Dios de diversas maneras" (LG 16):
La relación de la Iglesia con el pueblo judío. La Iglesia, Pueblo de Dios en la Nueva Alianza, al escrutar su propio misterio, descubre su vinculación con el pueblo judío (cf. NA4) "a quien Dios ha hablado primero" (Misal Romano, Viernes Santo: Oración universal VI). A diferencia de otras religiones no cristianas la fe judía ya es una respuesta a la revelación de Dios en la Antigua Alianza. Pertenece al pueblo judío "la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas y los patriarcas; de todo lo cual [...] procede Cristo según la carne" (cf Rm 9, 4-5), "porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables" (Rm 11, 29).

. Distinguimos entre el ecumenismo y el dialogo inter religioso, el primero es la relación entre la iglesia católica con las demás iglesias cristianas que también reconocen a Jesucristo como el mesías, como el hijo de Dios hecho hombre, se da por tanto entre las iglesia cristianas que  tiene a Cristo como centro. El dialogo inter religioso es el dialogo entre la iglesia católica y otras religiones que no reconocen a Jesucristo, sin embargo dentro de este dialogo, el catecismo destaca de manera especial al judaísmo, y lo pone como la primera de las religiones no cristianas. Nuestra relación con el judaísmo es muy particular.

. En el viernes Santo, la oración sexta que se hace es por el pueblo judío, “oremos también por el pueblo judío, el primero a quien Dios habló… para que el Señor acreciente en ellos el amor de su nombre y a la fidelidad a la alianza que selló con sus padres…”, para que un judío llegue a ser cristiano lo que se le pide es que profundice en sus raíces, para que se dé cuenta que el río está llamado a desembocar. En Romanos 9,4-5, Pablo ferviente judío que ya ha conocido a Jesús, siente un gran dolor por sus hermanos que no conocen a Jesucristo. Pablo nos dice que del pueblo judío procede Jesús, y no es que hayan fallado las promesas pues la escritura no ha dejado de cumplirse, porque de hecho dice que no todos los descendientes de Israel son Israel, aquí estamos nosotros que no somos judíos según la raza y sin embargo sí somos judíos espiritualmente porque hemos llegado a reconocer a Jesús como el esperado del pueblo de Israel. San Pablo suspira por que todo el pueblo de Israel llegue a reconocer a Jesús. En Romanos 11,29, san Pablo nos indica que el endurecimiento parcial de Israel durará hasta la llegada en gloria de Jesús, hasta que la totalidad de los gentiles haya descubierto a Jesús y entonces finalmente el pueblo judío reconocerá a Jesús.  

Punto 840 Por otra parte, cuando se considera el futuro, el Pueblo de Dios de la Antigua Alianza y el nuevo Pueblo de Dios tienden hacia fines análogos: la espera de la venida (o el retorno) del Mesías; pues para unos, es la espera de la vuelta del Mesías, muerto y resucitado, reconocido como Señor e Hijo de Dios; para los otros, es la venida del Mesías cuyos rasgos permanecen velados hasta el fin de los tiempos, espera que está acompañada del drama de la ignorancia o del rechazo de Cristo Jesús.

. Distinguimos claramente el judaísmo del resto de religiones porque a diferencia de otras religiones no cristianas, el judaísmo es una respuesta verdadera a la revelación de Dios en el Antiguo Testamento. Los primeros seguidores de Jesús que eran judíos no cambiaron de religión, fueron poco a poco abandonando la sinagoga y pasaron a reunirse los domingos para celebrar la eucaristía, no dejaron de ser judíos para ser cristianos, no cambiaron de religión porque era la religión judía la que desembocaba en el cristianismo, uno no tenía que dejar de ser judío para ser cristiano, es como un río que desemboca en el mar. El rio aquí evoca el Antiguo Testamento y lo raro es cuando el río es río toda su vida y no llega al mar, sino que se está retroalimentando continuamente. Ese río que no termina en el mar es imagen del judaísmo que no acepta en Jesucristo el cumplimiento de las expectativas y las profecías de la llegada del Mesías, sería un río que está dando vueltas continuamente en su recorrido que no desemboca en el mar. El cristianismo es la desembocadura del judaísmo y por eso los apóstoles no cambiaron de religión sino que vieron en Jesús el cumplimiento de las expectativas que estaban anunciadas. Vemos en los evangelios y entendemos porque se repiten tanto las expresiones “según las escrituras” y “esto sucedió para que se cumplieran las escrituras” , “estaba escrito”, es un remarcar que en Jesús se produce el cumplimiento de todo aquello que estaba profetizado. El judaísmo desemboca en el cristianismo pero que no lo reconoce como cumplidor de las promesas.

. El cumplimiento ya está realizado pero permanece oculto para muchos hijos de Israel que no han descubierto en Jesús al profeta que esperaban. Tanto Israel como nosotros esperamos la llegada de un salvador, lo que ocurre es que nosotros esperamos la segunda venida en gloria y ellos siguen esperando la llegada de un salvador que no vieron en Jesús. Cuando Jesús llegue en gloria, entonces muchos miembros del pueblo de Israel verán que aquél que ya había estado entre ellos no lo habían reconocido.


. Entender el misterio de la religión judía como el río que no desemboca es parecido al ver el muro de las lamentaciones donde el pueblo judío se cimbrea orando delante del muro. Se le llama muro de las lamentaciones porque los judíos se lamentan por la destrucción del templo de Jerusalén y cuya reconstrucción se hace muy difícil porque encima del muro, en la explanada se encuentran dos mezquitas musulmanas. Parece un conflicto irresoluble porque resulta que la misma roca que está en el centro de la cúpula dorada de la mezquita es la roca donde los judíos veneran que Abraham fue a sacrificar a su hijo Isaac es la misma roca en la que los musulmanes dicen que ascendió Mahoma a los cielos y se ha convertido en una lucha irreconciliable entre judíos y musulmanes en hacerse con el control de ese lugar. Esta estampa es clave para entender lo que es la novedad del cristianismo. En el pasaje de Jesús con la samaritana en el pozo de Sícar (Juan 4,19-24), comprendemos cuando Jesús le dice “ llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre…. La salvación viene de los judíos, llega la hora en que los adoradores verdaderos lo harán en espíritu y en verdad,… “, Jesús le dice a la samaritana que ya no hay lugares concretos donde adorar al Padre, y así comprendemos como no hay que luchar por piedras pues el lugar para adorar a Jesús no es un sitio concreto. Jesús nos pide que busquemos a Dios en espíritu y en verdad, que no caigamos en la tentación de luchar por las piedras. Desde el cristianismo a uno le dan ganas de ayudar y consolar a los judíos, que son nuestros hermanos mayores, diciéndoles que no lloren, que no se lamenten porque ese templo ha sido reedificado en Cristo resucitado cuando nos dijo “destruid este templo y en tres días yo lo reconstruiré”, Jesús es el templo reedificado.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Catecismo 836-838. La Iglesia es católica. Quién pertenece a la Iglesia católica

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Punto 836 "Todos los hombres, por tanto, están invitados a esta unidad católica del Pueblo de Dios [...] A esta unidad pertenecen de diversas maneras o a ella están destinados los católicos, los demás cristianos e incluso todos los hombres en general llamados a la salvación por la gracia de Dios" (LG 13).

. Jesús nos dice “id por todo el mundo bautizando y haciendo discípulos míos”, por tanto Jesús tiene la voluntad de que todo el mundo pertenezca a la gran familia que es la iglesia. Forma parte del espíritu de Jesús, el espíritu de convocación, de reunir a todos bajo sus alas. En Mateo 12,29 Jesús dice una famosa frase “el que no está conmigo está contra mí”, es decir, no valen las medias tintas, uno no puede ser seguidor de Jesucristo sino renuncia al espíritu del mal. Jesús también nos dice “el que no está contra nosotros está a favor nuestro”, que es un espíritu de unión, un espíritu de valoración de lo positivo, porqué hacer un enemigo de aquél que en el fondo está sembrando unos valores en comunión con lo que nosotros predicamos, este es el espíritu de Jesús, espíritu de unión, de comunión, de valorar lo positivo.

Punto 837 «Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos, mediante los lazos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión. No se salva, en cambio, el que no permanece en el amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, pero está en el seno de la Iglesia con el "cuerpo", pero no con el "corazón"» (LG 14).

. Aquí se dice que para estar plenamente incorporados a la iglesia, hay que aceptar íntegramente su constitución, su mensaje, su unión dentro de una estructura visible en torno al santo padre. No basta un espíritu de unión y de comunión sino que también no podemos renunciar a parte de nuestro depósito de fe, quiénes somos nosotros para negociar o mercadear con nuestro depósito de fe?. La iglesia no es dueña del depósito de fe como para negociar con él, es depositaria y lo transmite. La fe es íntegra, en la fe no se pueden hacer rebajas. En nuestra cultura tenemos una alergia a la hora de hablar de la integridad porque estamos intoxicados por una religiosidad de consumo donde uno se acerca al misterio de Dios y la iglesia apreciando cosas positivas que le atraen, pero va tomando unas y dejando otras en la medida en la que le resultan más o menos atrayentes. Se va creando así una religiosidad de consumo en el que uno no se adhiere a la integridad de la fe. Caemos en el peligro de hacernos una religiosidad a nuestra imagen y semejanza. Frente a esta religiosidad de consumo tenemos que recordar la importancia de la integridad en nuestra comunión en la iglesia. Tenemos que hacer una lectura del evangelio meditando en aquello que nos cuesta más por nuestra sensibilidad adherirnos a ello, y no solo en los pasajes en los que nos identificamos más o nos resultan más atrayentes.

. Estar en la iglesia de cuerpo presente pero de espíritu ausente, donde no hay amor, no significa salvarse por pertenecer físicamente a la iglesia. Como el hijo mayor de la parábola del hijo pródigo, que estaba presente en la casa de su padre pero estaba realmente ausente en el corazón del padre.

Punto 838 "La Iglesia se siente unida por muchas razones con todos los que se honran con el nombre de cristianos a causa del bautismo, aunque no profesan la fe en su integridad o no conserven la unidad de la comunión bajo el sucesor de Pedro" (LG 15). "Los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica" (UR 3). Con las Iglesias ortodoxas, esta comunión es tan profunda "que le falta muy poco para que alcance la plenitud que haría posible una celebración común de la Eucaristía del Señor" (Pablo VI, Homilía del 14 de diciembre de 1975en la Capilla Sixtina; cf UR 13-18).

. Tenemos una cierta comunión aunque sea imperfecta con aquellos que han sido bautizados, refiriéndose a los cristianos, bien sean protestantes, anglicanos, de todos aquellos que nacieron de la ruptura en torno a Lutero. Una cierta comunión porque por el bautismo estamos todos injertados en Cristo pero no plena. Aunque valoramos mucho esa cierta comunión en Cristo.

. Sin embargo el grado de unidad con las iglesias ortodoxas es mucho más profundo. Con la iglesia ortodoxa nos separan no tanto los contenidos dogmáticos de fe cuanto una comunión con esa autoridad de la sede de Pedro. Así como en las iglesias protestantes hay una buena disposición y buena actitud pero que nos separan más los contenidos de fe, en la iglesia ortodoxa no nos separan los contenidos esenciales de fe pero lo que más nos dificulta la unión son ciertas actitudes de poca acogida y apertura ecuménica. En la medida en que fuésemos más santos, sería más fácil esta unión.

. Los puntos en los que nos falta la comunión con los cristianos ortodoxos no son tanto una separación por temas dogmáticos cuanto más bien en la comunión en la forma de regir la iglesia que es en la que Pedro tiene ese primado dado por Cristo, ahora bien, con las iglesias ortodoxas también han existido otros matices como por ejemplo en que decimos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo y los ortodoxos dicen que procede del Padre a través del Hijo. Ambas formulaciones no son contrapuestas, se pueden conjugar. Otro matiz es el hecho de que las iglesias ortodoxas al separarse en el segundo milenio, pues todos los concilios universales que la iglesia católica ha convocado en el segundo milenio, al no estar los obispos o patriarcas ortodoxos convocados porque ya estaban separados quiere decir que todos los dogmas proclamados en el segundo milenio no han estado presentes. Por ejemplo, si la iglesia ha definido la inmaculada concepción de la Virgen o la asunción de María a los cielos, pues la iglesia ortodoxa no ha estado presente en estas proclamaciones, aunque ello no quiere decir que no crean en estas verdades de fe. Por lo tanto lo principal que nos puede separar de la iglesia ortodoxa es como interpretar la forma en la que el sucesor de Pedro, el Papa, tiene de regir la iglesia.


. Lo que nos separa de las iglesias protestantes son aspectos más sustanciales porque Lutero formuló un principio que tiene muchas consecuencias para muchos aspectos dogmáticos, el cree en la sola escritura  rechazando con ello la tradición de la iglesia como una fuente de revelación, nosotros creemos en una doble fuente para recibir la revelación de Dios, la sagrada escritura y la tradición de la iglesia porque el Espíritu Santo ha hablado en la tradición de la iglesia, recordemos como Jesucristo promete que enviará el Espíritu Santo y él iluminara todo lo que Jesús nos ha dicho. Existe un gran riesgo de subjetivismo al leer la escritura si lo hacemos de una manera autónoma donde cada uno puede interpretar las cosas a su medida.   

domingo, 13 de marzo de 2016

Catecismo 830-835. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica. La Iglesia es católica

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Qué quiere decir "católica"

Punto 830 La palabra "católica" significa "universal" en el sentido de "según la totalidad" o "según la integridad". La Iglesia es católica en un doble sentido:
Es católica porque Cristo está presente en ella. "Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Smyrnaeos 8, 2). En ella subsiste la plenitud del Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza (cf Ef 1, 22-23), lo que implica que ella recibe de Él "la plenitud de los medios de salvación" (AG 6) que Él ha querido: confesión de fe recta y completa, vida sacramental íntegra y ministerio ordenado en la sucesión apostólica. La Iglesia, en este sentido fundamental, era católica el día de Pentecostés (cf AG 4) y lo será siempre hasta el día de la Parusía.

. La palabra católica no significa universal en el sentido de que esta expandida por todos los continentes sino según la totalidad o integridad. La palabra católica viene de “catolon” que significa en general. El término católica significa universal, pero no universal en el sentido geográfico, sino universal según la totalidad, según la integridad, donde se guardan íntegramente los medios de salvación (fe, sacramentos,…) que Jesús dio a los apóstoles. Católica quiere decir que en la iglesia subsisten los dones que Jesucristo dio a los apóstoles.  Cristo está presente en la iglesia, Efesios 1,22-23 “bajo sus pies sometió todas las cosas, y le constituyó cabeza suprema de la iglesia que es su cuerpo, la plenitud del que lo llena todo en todo”, hay por tanto una presencia de plenitud de Cristo en su iglesia porque fue constituido por el Padre cabeza suprema de la iglesia. El primer sentido de la palabra católico es un sentido de plenitud, la plenitud de la presencia de Cristo entre nosotros se encuentra en esa presencia en la iglesia católica “el que lo llena todo en todo”. Esa plenitud de presencia se da porque hay una plenitud de los medios de salvación, el Señor dejó en manos de su iglesia unos medios de salvación que se conservan plenamente en la iglesia católica que son la confesión de fe recta y completa, la vida sacramental integra y el ministerio ordenado en la sucesión apostólica.     

Punto 831 Es católica porque ha sido enviada por Cristo en misión a la totalidad del género humano (cf Mt 28, 19):
«Todos los hombres están invitados al Pueblo de Dios. Por eso este pueblo, uno y único, ha de extenderse por todo el mundo a través de todos los siglos, para que así se cumpla el designio de Dios, que en el principio creó una única naturaleza humana y decidió reunir a sus hijos dispersos [...] Este carácter de universalidad, que distingue al pueblo de Dios, es un don del mismo Señor. Gracias a este carácter, la Iglesia Católica tiende siempre y eficazmente a reunir a la humanidad entera con todos sus valores bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espíritu» (LG 13).

. Mateo 28,19 “id por todo el mundo predicando el evangelio, id por todo el mundo bautizando…”, la 
iglesia es católica en el sentido de envío a todo el género humano, no hay ninguna oveja dispersa, ninguna alma alejada que quede fuera de ese llamamiento de Jesús de “id y anunciad” y no descanséis mientras que haya alguien que no conozca el don de Dios en Jesucristo. La iglesia tiene la gran tarea de reunir en Cristo a todos los hombres, de ahí nace su catolicidad.

Cada una de las Iglesias particulares es "católica"

Punto 832 "Esta Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas comunidades locales de fieles, unidas a sus pastores. Estas, en el Nuevo Testamento, reciben el nombre de Iglesias [...] En ellas se reúnen los fieles por el anuncio del Evangelio de Cristo y se celebra el misterio de la Cena del Señor [...] En estas comunidades, aunque muchas veces sean pequeñas y pobres o vivan dispersas, está presente Cristo, quien con su poder constituye a la Iglesia una, santa, católica y apostólica" (LG 26).

. También en una iglesia pequeña está presente la iglesia católica entera.

Punto 833 Se entiende por Iglesia particular, que es la diócesis (o la eparquía), una comunidad de fieles cristianos en comunión en la fe y en los sacramentos con su obispo ordenado en la sucesión apostólica (cf CD 11; CIC can. 368-369; CCEO, cán. 117, § 1. 178. 311, § 1. 312). Estas Iglesias particulares están "formadas a imagen de la Iglesia Universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia católica, una y única" (LG 23).


. Tenemos que darnos cuenta de que en las iglesias particulares, en una diócesis, se está realizando la iglesia universal. No es que en una diócesis particular haya como un trozo del cuerpo místico de Cristo, no, no es así. La iglesia es el cuerpo místico de Cristo y las diócesis no forman partes del cuerpo místico de Cristo sino que cada una de ellas es el cuerpo entero de Cristo. Pasa como con el pan eucarístico donde Cristo está presente en cada una de las hostias o pedazos eucarísticos. No entendamos que una diócesis es como una delegación o como una sucursal, una diócesis no es una delegación de Roma ni un trozo de la iglesia, sino que es la iglesia entera, la iglesia universal y católica encarnada en ese lugar.

sábado, 12 de marzo de 2016

Descripción de Catecismo 823-829. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica. La Iglesia es santa

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Punto 823 «La fe confiesa que la Iglesia [...] no puede dejar de ser santa. En efecto, Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espíritu se proclama "el solo santo", amó a su Iglesia como a su esposa. Él se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios» (LG 39). La Iglesia es, pues, "el Pueblo santo de Dios" (LG 12), y sus miembros son llamados "santos" (cf Hch 9, 13; 1 Co 6, 1; 16, 1).

. Nuestra fe católica afirma que la iglesia es santa, es el calificativo que hoy en día más reacciones contrarias pueda producir, sin embargo ya desde la iglesia primitiva se utilizó ese calificativo y pasó a formar parte de los primeros credos desde el principio. La iglesia es santa porque Cristo la santificó. Cómo puede afirmar la iglesia que es santa cuando todos conocemos los defectos de los miembros que formamos la iglesia, cuando los mismos Papas han pedido repetidas veces públicamente perdón por pecados concretos de la iglesia en nombre de todos los miembros de la iglesia. Entendemos que la iglesia trasciende a sus miembros, la iglesia es un misterio que supera a la suma de los miembros que la componen, va más allá. En Efesios 5,25-26 “Maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabra para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santificada y perfecta”.

. Al hablar de la santidad de la iglesia, aludimos a la vocación cristiana a la santidad, santidad que pertenece sólo a Dios pues se dice en la escritura “y no llaméis santo en la tierra a nadie sino únicamente a Dios que está en los cielos”, y sin embargo al mismo tiempo también se dice que todos estamos llamados a participar de esa santidad, por ejemplo Jesús nos dice “sed santos como vuestro Padre celestial es santo”, esto parece contradictorio con lo anterior, pero hay que entender que se trata de una participación de la misma santidad de Dios. Este es un buen ejemplo para aprender a leer la escritura, pues si no la leemos en su conjunto, de forma que si solamente leemos un versículo y pretendemos absolutizarlo y oponerlo a otras afirmaciones de la Sagrada Escritura podemos extraer conclusiones indebidas. Todas las afirmaciones de la Sagrada Escritura hay que integrarlas y conjugarlas. La santidad es participación de la santidad de Dios, nosotros por nosotros mismos somos por nuestra propia esencia pecadores, sin embargo unidos a Jesús, participando de su misma filiación divina somos santos, por lo tanto no veamos contraposiciones donde no las hay.

. Las interpretaciones protestantes son muy diferentes pues tienen un sentido exclusivo, se atienen a que si la Sagrada Escritura dice que solo hay un mediador pues entonces se rechazan todas las demás mediaciones, si se dice que solo hay un santo pues entonces se rechaza la posibilidad de santificar, es decir, la reforma protestante entendió estas afirmaciones de una manera unilateral. Sin embargo en la lectura católica se entendió de una manera integrada: solamente hay un mediador y los demás participamos de la mediación de Cristo, solamente hay un santo y los demás participamos de la santidad de Jesucristo. Hay que integrar tanto el versículo que dice “solo hay un santo y no llaméis santo a nadie en la tierra” como el versículo que dice “sed santo como vuestro Padre celestial es santo”. En la Sagrada Escritura se habla del templo santo, de la tierra santa, de la asamblea santa, igual que se habla de que solo hay un santo y no llaméis santo en la tierra a nadie, y esto es porque Dios santifica a la iglesia con su presencia y está consagrada a su servicio. La iglesia es santa porque santificada por Cristo produce así mismo santidad.

. Cristo eligió a Pedro sabiendo que le iba a negar, Jesús no se avergüenza de esa elección y de ser capaz de hacer alianza con un hombre pecador. Aun siendo nosotros pecadores, no se deja de producir santos y dar frutos de santidad. Se han dado tantos santos en la historia de la iglesia que uno de los mayores motivos de credibilidad que tiene la iglesia son sus santos, los miembros de la iglesia han cometido muchos pecados a lo largo de la historia, pero lo que nosotros destacamos de la iglesia como modelo de imitación son sus frutos de santidad. Hablamos de san Agustín, san Benito, san Francisco de Asís, etcétera, sin saber ni importar el obispo o el Papa que vivía en su tiempo. La iglesia lo que ha hecho memoria ha sido ese fruto de santidad, lo que prevalece son los frutos de santidad y lo demás se olvida.

Punto 824 La Iglesia, unida a Cristo, está santificada por Él; por Él y en Él, ella también ha sido hecha santificadora. Todas las obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir "la santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de Dios" (SC 10). En la Iglesia es en donde está depositada "la plenitud total de los medios de salvación" (UR 3). Es en ella donde "conseguimos la santidad por la gracia de Dios" (LG 48).

. Hablar de que la iglesia es santa es tanto como incidir en que Cristo está presente en ella, porque ese es el gran argumento para afirmar que la iglesia es santa. Si Cristo está presente en ella entonces es santa, si Cristo no estuviese presente en ella, cómo va a ser santa? La imagen de la iglesia como cuerpo de Cristo es una imagen fundamental para poder expresar y demostrar la santidad de la iglesia, la iglesia es especialmente santa como sacramento de Cristo, como cuerpo místico de Cristo.

. Tenemos textos en la Sagrada Escritura para hablar de la presencia de Cristo en su iglesia, por ejemplo  Mateo 28,20 “Y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”, Cristo nos promete que no va a dejarnos huérfanos. Hay una sola presencia de Cristo que se manifiesta de distintos modos, el modo más perfecto es la presencia sustancial en la eucaristía, en el momento de la institución de la eucaristía, Cristo está prometiendo que estará siempre presente con su iglesia, cuando pide “haced esto en memoria mía”, está asegurando y garantizando que siempre va a estar con la iglesia, que su presencia va a ser continua. Jesús está presente en todo el apostolado de la iglesia, en la predicación,…   
Punto 825 "La Iglesia, en efecto, ya en la tierra se caracteriza por una verdadera santidad, aunque todavía imperfecta" (LG 48). En sus miembros, la santidad perfecta está todavía por alcanzar: "Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad, cuyo modelo es el mismo Padre" (LG 11).

. Por una parte como sacramento de Cristo la iglesia es santa de hecho y por otra parte, como comunidad de los bautizados, la iglesia es santa en vocación, va de camino a la santidad. Estos dos aspectos hay que compaginarlos. La iglesia ha mantenido puro el mensaje de Cristo, sin haber hecho rebajas como se dice, y ese milagro de permanencia al mensaje de Cristo se entiende desde el milagro de la santidad de la iglesia. Por otro lado, la santidad es un tesoro que cada individuo puede perder, puede aumentar o disminuir, pero no podemos pensar nunca que la iglesia pertenece al mundo de los perfectos, la iglesia es una comunidad compleja con el trigo y la cizaña mezcladas, hay santos y pecadores. Jesús nos responde diciendo “no cortes el árbol, a ver si el año que viene da fruto”, donde se ve la misericordia con los pecadores. A la iglesia no le toca decir quien tiene o quien no tiene que pertenecer a la iglesia. La iglesia está continuamente rezando todos los días por la conversión de los pecadores. La iglesia tiene el milagro en su seno de compaginar la santidad plena y también esa presencia de hijos pecadores, y aun siendo santidad y pecado dos principios antagónicos, la iglesia lleva en su seno esas dos realidades con una continua llamada a la conversión, a la purificación y a la santidad.    

Punto 826 La caridad es el alma de la santidad a la que todos están llamados: "dirige todos los medios de santificación, los informa y los lleva a su fin" (LG 42):
«Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto por diferentes miembros, el más necesario, el más noble de todos no le faltaba, comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que este corazón estaba ardiendo de amor. Comprendí que el Amor solo hacía obrar a los miembros de la Iglesia, que si el Amor llegara a apagarse, los Apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los Mártires rehusarían verter su sangre... Comprendí que el Amor encerraba todas las vocaciones, que el Amor era todo, que abarcaba todos los tiempos y todos los lugares... en una palabra, que es eterno» (Santa Teresa del Niño Jesús, Manuscrit B, 3v: Manuscrits autobiographiques).

Punto 827 «Mientras que Cristo, "santo, inocente, sin mancha", no conoció el pecado, sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación" (LG 8; cf UR 3; 6). Todos los miembros de la Iglesia, incluso sus ministros, deben reconocerse pecadores (cf 1 Jn 1, 8-10). En todos, la cizaña del pecado todavía se encuentra mezclada con la buena semilla del Evangelio hasta el fin de los tiempos (cf Mt 13, 24-30). La Iglesia, pues, congrega a pecadores alcanzados ya por la salvación de Cristo, pero aún en vías de santificación:
La Iglesia «es, pues, santa aunque abarque en su seno pecadores; porque ella no goza de otra vida que de la vida de la gracia; sus miembros, ciertamente, si se alimentan de esta vida, se santifican; si se apartan de ella, contraen pecados y manchas del alma, que impiden que la santidad de ella se difunda radiante. Por lo que se aflige y hace penitencia por aquellos pecados, teniendo poder de librar de ellos a sus hijos por la sangre de Cristo y el don del Espíritu Santo» (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 19).

. Todos los miembros de la iglesia, incluso sus ministros deben reconocerse pecadores, 1ª Juan 1,8-10 “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. Si decimos que no hemos cometido pecado, dejamos a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra”, hemos de ser plenamente conscientes que dentro de nuestra iglesia está la cizaña al mismo tiempo que está el trigo y dentro de nuestro corazón también hay trigo y hay cizaña y que los dos crecen al mismo tiempo. Podemos decir que somos pecadores y podemos decir que somos santos, ambas cosas podemos decir.

. La iglesia rechazó la tentación que existió en los primeros siglos cuando hubo una tendencia herética llamada donatismo que pensaba que la iglesia era solamente la iglesia de los puros, y por tanto no formaban parte de la iglesia aquellos que no estuviesen predestinados a la salvación, es decir, era como una élite de los santos excluyendo a los pecadores. Sin embargo, la iglesia no lo entiende así. Sí decimos que la iglesia es santa, pero no en cuanto a que esté formada por una elite de santos, sino que encierra en su seno pecadores, pecadores llamados a la conversión. Es una iglesia madre que posee los medios para su arrepentimiento y su salvación. Es como una madre natural que se rebelaría si le dicen que solo son hijos suyos solamente los hijos que son perfectos y los pecadores no son hijos suyos, esa madre se rebelaría en esa situación, y lo mismo pasa en la iglesia que encierra en su seno a muchos pecadores. Esto está en consonancia con la costumbre de Jesús de entrar en casa de pecadores (Zaqueo, la mujer pecadora que le limpió los pies,…) para escándalo de muchos fariseos. Ese mismo escándalo es el que se produce ahora cuando muchas personas piensan que es incompatible decir que la iglesia es santa albergando en su  seno pecadores. Sin embargo, igual que Jesús entró en casa de pecadores sin perder un ápice de su santidad, Jesús no dejó de ser santo, así también los pecadores entran en el seno de la iglesia sin perder ella ni un ápice de su santidad.

Punto 828 Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar solemnemente que esos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del Espíritu de santidad, que está en ella, y sostiene la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores (cf LG 40; 48-51). "Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia" (CL 16, 3). En efecto, "la santidad de la Iglesia es el secreto manantial y la medida infalible de su laboriosidad apostólica y de su ímpetu misionero" (CL 17, 3).

Punto 829 "La Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la perfección, sin mancha ni arruga. En cambio, los creyentes se esfuerzan todavía en vencer el pecado para crecer en la santidad. Por eso dirigen sus ojos a María" (LG 65): en ella, la Iglesia es ya enteramente santa.


. En la Virgen María vemos el modelo de lo que es la iglesia concluida.