miércoles, 16 de marzo de 2016

Catecismo 836-838. La Iglesia es católica. Quién pertenece a la Iglesia católica

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Punto 836 "Todos los hombres, por tanto, están invitados a esta unidad católica del Pueblo de Dios [...] A esta unidad pertenecen de diversas maneras o a ella están destinados los católicos, los demás cristianos e incluso todos los hombres en general llamados a la salvación por la gracia de Dios" (LG 13).

. Jesús nos dice “id por todo el mundo bautizando y haciendo discípulos míos”, por tanto Jesús tiene la voluntad de que todo el mundo pertenezca a la gran familia que es la iglesia. Forma parte del espíritu de Jesús, el espíritu de convocación, de reunir a todos bajo sus alas. En Mateo 12,29 Jesús dice una famosa frase “el que no está conmigo está contra mí”, es decir, no valen las medias tintas, uno no puede ser seguidor de Jesucristo sino renuncia al espíritu del mal. Jesús también nos dice “el que no está contra nosotros está a favor nuestro”, que es un espíritu de unión, un espíritu de valoración de lo positivo, porqué hacer un enemigo de aquél que en el fondo está sembrando unos valores en comunión con lo que nosotros predicamos, este es el espíritu de Jesús, espíritu de unión, de comunión, de valorar lo positivo.

Punto 837 «Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos, mediante los lazos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión. No se salva, en cambio, el que no permanece en el amor, aunque esté incorporado a la Iglesia, pero está en el seno de la Iglesia con el "cuerpo", pero no con el "corazón"» (LG 14).

. Aquí se dice que para estar plenamente incorporados a la iglesia, hay que aceptar íntegramente su constitución, su mensaje, su unión dentro de una estructura visible en torno al santo padre. No basta un espíritu de unión y de comunión sino que también no podemos renunciar a parte de nuestro depósito de fe, quiénes somos nosotros para negociar o mercadear con nuestro depósito de fe?. La iglesia no es dueña del depósito de fe como para negociar con él, es depositaria y lo transmite. La fe es íntegra, en la fe no se pueden hacer rebajas. En nuestra cultura tenemos una alergia a la hora de hablar de la integridad porque estamos intoxicados por una religiosidad de consumo donde uno se acerca al misterio de Dios y la iglesia apreciando cosas positivas que le atraen, pero va tomando unas y dejando otras en la medida en la que le resultan más o menos atrayentes. Se va creando así una religiosidad de consumo en el que uno no se adhiere a la integridad de la fe. Caemos en el peligro de hacernos una religiosidad a nuestra imagen y semejanza. Frente a esta religiosidad de consumo tenemos que recordar la importancia de la integridad en nuestra comunión en la iglesia. Tenemos que hacer una lectura del evangelio meditando en aquello que nos cuesta más por nuestra sensibilidad adherirnos a ello, y no solo en los pasajes en los que nos identificamos más o nos resultan más atrayentes.

. Estar en la iglesia de cuerpo presente pero de espíritu ausente, donde no hay amor, no significa salvarse por pertenecer físicamente a la iglesia. Como el hijo mayor de la parábola del hijo pródigo, que estaba presente en la casa de su padre pero estaba realmente ausente en el corazón del padre.

Punto 838 "La Iglesia se siente unida por muchas razones con todos los que se honran con el nombre de cristianos a causa del bautismo, aunque no profesan la fe en su integridad o no conserven la unidad de la comunión bajo el sucesor de Pedro" (LG 15). "Los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica" (UR 3). Con las Iglesias ortodoxas, esta comunión es tan profunda "que le falta muy poco para que alcance la plenitud que haría posible una celebración común de la Eucaristía del Señor" (Pablo VI, Homilía del 14 de diciembre de 1975en la Capilla Sixtina; cf UR 13-18).

. Tenemos una cierta comunión aunque sea imperfecta con aquellos que han sido bautizados, refiriéndose a los cristianos, bien sean protestantes, anglicanos, de todos aquellos que nacieron de la ruptura en torno a Lutero. Una cierta comunión porque por el bautismo estamos todos injertados en Cristo pero no plena. Aunque valoramos mucho esa cierta comunión en Cristo.

. Sin embargo el grado de unidad con las iglesias ortodoxas es mucho más profundo. Con la iglesia ortodoxa nos separan no tanto los contenidos dogmáticos de fe cuanto una comunión con esa autoridad de la sede de Pedro. Así como en las iglesias protestantes hay una buena disposición y buena actitud pero que nos separan más los contenidos de fe, en la iglesia ortodoxa no nos separan los contenidos esenciales de fe pero lo que más nos dificulta la unión son ciertas actitudes de poca acogida y apertura ecuménica. En la medida en que fuésemos más santos, sería más fácil esta unión.

. Los puntos en los que nos falta la comunión con los cristianos ortodoxos no son tanto una separación por temas dogmáticos cuanto más bien en la comunión en la forma de regir la iglesia que es en la que Pedro tiene ese primado dado por Cristo, ahora bien, con las iglesias ortodoxas también han existido otros matices como por ejemplo en que decimos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo y los ortodoxos dicen que procede del Padre a través del Hijo. Ambas formulaciones no son contrapuestas, se pueden conjugar. Otro matiz es el hecho de que las iglesias ortodoxas al separarse en el segundo milenio, pues todos los concilios universales que la iglesia católica ha convocado en el segundo milenio, al no estar los obispos o patriarcas ortodoxos convocados porque ya estaban separados quiere decir que todos los dogmas proclamados en el segundo milenio no han estado presentes. Por ejemplo, si la iglesia ha definido la inmaculada concepción de la Virgen o la asunción de María a los cielos, pues la iglesia ortodoxa no ha estado presente en estas proclamaciones, aunque ello no quiere decir que no crean en estas verdades de fe. Por lo tanto lo principal que nos puede separar de la iglesia ortodoxa es como interpretar la forma en la que el sucesor de Pedro, el Papa, tiene de regir la iglesia.


. Lo que nos separa de las iglesias protestantes son aspectos más sustanciales porque Lutero formuló un principio que tiene muchas consecuencias para muchos aspectos dogmáticos, el cree en la sola escritura  rechazando con ello la tradición de la iglesia como una fuente de revelación, nosotros creemos en una doble fuente para recibir la revelación de Dios, la sagrada escritura y la tradición de la iglesia porque el Espíritu Santo ha hablado en la tradición de la iglesia, recordemos como Jesucristo promete que enviará el Espíritu Santo y él iluminara todo lo que Jesús nos ha dicho. Existe un gran riesgo de subjetivismo al leer la escritura si lo hacemos de una manera autónoma donde cada uno puede interpretar las cosas a su medida.   

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