viernes, 4 de marzo de 2016

Catecismo 811-816. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica. La Iglesia es una

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Punto 811 "Esta es la única Iglesia de Cristo, de la que confesamos en el Credo que es una, santa, católica y apostólica" (LG 8). Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí (cf. DS 2888), indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la Iglesia el ser una, santa, católica y apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades.

. La iglesia es una, santa, católica y apostólica. A estos cuatro atributos de la iglesia se les ha solido llamar con el  nombre de notas o signos de veracidad de la iglesia. La iglesia fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro y de sus apóstoles, particularmente cuando Jesús estableció en la eucaristía la nueva alianza del nuevo pueblo de Dios y cuando le infunde el Espíritu como garantía de esa nueva alianza. Se plantea el dilema de que hoy en día existan varias iglesias como la anglicana, la luterana, la ortodoxa…. entonces hay el dilema de decir “dónde se encuentra la verdadera iglesia que Cristo fundó?”. Qué criterios de veracidad tenemos para discernir la verdadera iglesia?. Esto no es un dilema actual sino que ocurre desde el principio. Ya en el s.II, san Irineo de Lyon puso la sucesión apostólica como garantía de verdad, dijo que en la iglesia católica hay una sucesión apostólica, es decir, uno se puede retrotraer desde el obispo de su diócesis hasta uno de los doce apóstoles, nos hablaba de la sucesión católica como un criterio de discernimiento.

. San Agustín nos recuerda que el Señor después de la resurrección dio el encargo a Pedro de apacentar las ovejas hasta el episcopado actual. San Agustín se refiere especialmente como san Irineo a la apostolicidad, al hecho de que la iglesia venga por la sucesión de los apóstoles. Vemos como la división se dio desde el principio, no pensemos que hasta que surgió el cisma de la iglesia ortodoxa o hasta que surgió Lutero no había habido problemas y divisiones en la iglesia. Ya san Irineo tuvo que hacer frente a la herejía gnóstica desde un principio por desgracia. Se preguntaban ya desde el principio, por los criterios de veracidad para encontrar la iglesia a la que Cristo había prometido que “el poder del infierno no podría contra ella”, que por otra parte esa promesa de Cristo tiene que haberse cumplido porque la palabra de Cristo es eficaz. Con ocasión de la reforma protestante hubo una reflexión más profunda para discernir cual era la verdadera iglesia fundada por Cristo y se habló de signos, atributos: que la iglesia es una, santa, católica y apostólica. Estas propiedades nos permiten reconocer a la verdadera iglesia de Cristo. Es importante decir que estas cuatro propiedades no hay que utilizarlas despreciando a las demás iglesias pues hay también elementos sueltos de verdad en las otras iglesias.

Punto 812 Sólo la fe puede reconocer que la Iglesia posee estas propiedades por su origen divino. Pero sus manifestaciones históricas son signos que hablan también con claridad a la razón humana. Recuerda el Concilio Vaticano I: "La Iglesia por sí misma es un grande y perpetuo motivo de credibilidad y un testimonio irrefutable de su misión divina a causa de su admirable propagación, de su eximia santidad, de su inagotable fecundidad en toda clase de bienes, de su unidad universal y de su invicta estabilidad" (DS 3013).

. Es necesario pues que la iglesia muestre ante el mundo esos atributos que le legitiman como la iglesia fundada por Jesucristo. El  atributo principal de los cuatro es la apostolicidad y los otros tres se sustentan sobre él.

Punto 813 La Iglesia es una debido a su origen: "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas" (UR2). La Iglesia es una debido a su Fundador: "Pues el mismo Hijo encarnado [...] por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios [...] restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo" (GS 78, 3). La Iglesia es una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia" (UR 2). Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una:
«¡Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo, un solo Logos del universo y también un solo Espíritu Santo, idéntico en todas partes; hay también una sola virgen hecha madre, y me gusta llamarla Iglesia» (Clemente de Alejandría, Paedagogus 1, 6, 42).

. La iglesia es una, es una debido a su fundador. Lo que se afirma aquí es que la iglesia es una en primer lugar debido a su origen, a su origen en Cristo. Cristo jamás quiso fundar más de una iglesia, tuvo un auténtico deseo de petición de unidad para nosotros. En Juan 10,16 Jesús nos dice “también tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Ellas me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”. Después de la última cena Cristo pidió al Padre por la unidad de la iglesia, Juan 17,21-23Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno y así el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas como me amas a mí”. Jesús insiste en que ese ser uno será un signo delante de los demás para que los demás crean. La iglesia es instrumento, es sacramento de unidad entre Dios y los hombres.

Punto 814 Desde el principio, esta Iglesia una se presenta, no obstante, con una gran diversidad que procede a la vez de la variedad de los dones de Dios y de la multiplicidad de las personas que los reciben. En la unidad del Pueblo de Dios se reúnen los diferentes pueblos y culturas. Entre los miembros de la Iglesia existe una diversidad de dones, cargos, condiciones y modos de vida; "dentro de la comunión eclesial, existen legítimamente las Iglesias particulares con sus propias tradiciones" (LG 13). La gran riqueza de esta diversidad no se opone a la unidad de la Iglesia. No obstante, el pecado y el peso de sus consecuencias amenazan sin cesar el don de la unidad. También el apóstol debe exhortar a "guardar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz" (Ef 4, 3).

. Aquí se contrasta el principio de la unidad y de la diversidad, el Espíritu Santo no solo realiza la unidad sino también su legítima diversidad concediendo variedad de carismas y de dones. La palabra de Cristo es la que nos une, las iglesias particulares están todas unidas en la misma fe, en la misma palabra que nos une, en una común unión con Jesucristo. Uno no crece a solas, sino en comunión. Un ejemplo muy claro es el de san Pablo cuando tuvo su encuentro con Cristo camino de Damasco, Pablo fue a los apóstoles, a las columnas de la iglesia, a comprobar su evangelio con ellos, no fuera que corriera en vano.   

Punto 815 ¿Cuáles son estos vínculos de la unidad? "Por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección" (Col 3, 14). Pero la unidad de la Iglesia peregrina está asegurada por vínculos visibles de comunión:
— la profesión de una misma fe recibida de los Apóstoles;
— la celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos;
la sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la concordia fraterna de la familia de Dios (cf UR 2; LG 14; CIC, can. 205).

. Se distingue entre los vínculos visibles y los vínculos invisibles de la unidad, hay un vínculo que es más invisible, que es el vínculo de la caridad, aunque se traduce en formas visibles y concretas, y luego hay vínculos visibles de unión que son tres: la profesión de una misma fe recibida por Jesucristo y trasmitida por la iglesia; la celebración común del culto divino, es decir, la liturgia es una expresión externa de nuestra unión; y la sucesión apostólica por el sacramento del orden, hay una estructura humana que tiene, al sucesor de Pedro y a los apóstoles, a los obispos como responsables últimos de regir la iglesia, es necesaria una estructura, unos medios, una disciplina, unas normas mínimas de organización de cómo educar un sacerdote, de cómo regular la preparación al matrimonio etc etc.

. Recordemos que el vínculo último de la unidad es la caridad. Colosenes 3,14: “por encima de todo esto revestíos del amor…” y por ejemplo, vemos en la parábola del hijo prodigo que el hijo mayor vivía en la casa del padre pero no vivía en el corazón del padre. Uno puede estar corporalmente dentro de la iglesia pero puede que no esté unido en la caridad al espíritu del Señor, y eso no es estar en la unidad, aparentemente uno está en la unidad sin estarlo, no basta una adhesión a los vínculos externos sino que en el fondo el vínculo último de la unión es la caridad. Nuestra meta no es una unidad externa, lo que queremos es vivir en el corazón del padre. El hijo menor de la parábola decide volver a la casa de su padre y lo que le impresiona es que vuelve no como un criado sino que vuelve al corazón de su padre. La verdadera unidad es la unidad en la caridad, la unidad en el amor. Si no podemos estar de cuerpo presente y de espíritu ausente que fue el pecado del hijo mayor y hemos de tener cuidado de que no sea también el pecado de los que formamos parte de la iglesia.         

Punto 816 "La única Iglesia de Cristo, [...] Nuestro Salvador, después de su resurrección, la entregó a Pedro para que la pastoreara. Le encargó a él y a los demás apóstoles que la extendieran y la gobernaran [...]. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en ["subsistit in"] la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él" (LG 8).
El decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II explicita: «Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es "auxilio general de salvación", puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvación. Creemos que el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza a un único Colegio apostólico presidido por Pedro, para constituir un solo cuerpo de Cristo en la tierra, al cual deben incorporarse plenamente los que de algún modo pertenecen ya al Pueblo de Dios» (UR 3).

. La iglesia fundada por Cristo viene a ser la iglesia católica, pero no excluye elementos de verdad que tengan su origen en Cristo que estén en otras iglesias. Por ejemplo nosotros reconocemos la validez del bautismo celebrado por la iglesia protestante, ortodoxa o anglicana. Un protestante que se convierte a la iglesia católica no tiene que volver a bautizarse sino que se le reconoce la validez de su bautismo. Pero es la iglesia católica la que ha recibido de Cristo en su seno la plenitud.

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