Punto 168 La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi
fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, confiesa al Señor (Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, —A Ti te confiesa la
Santa Iglesia por toda la tierra— cantamos en el himno Te Deum), y con
ella y en ella somos impulsados y llevados a confesar también: "creo",
"creemos". Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en
Cristo por el bautismo. En el Ritual Romano, el ministro del bautismo pregunta
al catecúmeno: "¿Qué pides a la Iglesia de Dios?" Y la respuesta es:
"La fe". "¿Qué te da la fe?" "La vida eterna”
. Se hace una proclamación de la eclesialidad de nuestra fe, yo
tengo fe, pero yo no la tendría, si la iglesia antes de mí no tuviese fe. Mi
fe es una participación de la fe de la iglesia, mi fe no es nada al margen
de la fe de la iglesia. Mi fe no es algo intimista, no es algo particular o
subjetivista, sino que está participada de la fe de la iglesia. La iglesia
es la primera que cree, conduce y alimenta mi fe.
. La iglesia no es la suma de sus miembros, si así fuera, no sería
ni una ni santa. La iglesia es el cuerpo místico de Cristo que se
refleja en el pueblo de Dios que camina. No es una mera institución. Nosotros
somos iglesia, pero la iglesia es mucho más que nosotros. El Espíritu Santo
vivifica la vida de la iglesia. Sin el ES, la iglesia es una mera organización
y la Biblia es letra muerta. A la luz del ES, la iglesia es cuerpo místico de
Cristo, es el misterio de Dios revelado y la biblia es palabra de vida.
. Qué llama la atención de la pregunta: qué pides a la iglesia de
Dios? Y se responde la fe. Entonces, es Dios el que da la fe o es la iglesia. Pues
Dios te da la fe a través de la iglesia, la vía directa de uno con Dios se
nos rompe, la fe es una participación de la fe de la iglesia, mi fe no está
al margen de los dos mil años de la fe de la iglesia, está junto con todos
aquellos, confesores, mártires, vírgenes, etc, que han peregrinado durante
estos dos mil años de vida de la iglesia. Detrás de mi creo hay un creemos. La
fe no es un invento mío que me hago a mi medida, sino que la voy descubriendo
en el seno de la iglesia. La fe viva se traduce en unas esperanzas de vida,
en unas obras de caridad.
Punto 169 La salvación viene solo de Dios; pero puesto que
recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre:
"Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo nacimiento, y no en
la Iglesia como si ella fuese el autor de nuestra salvación" (Fausto de
Riez, De Spiritu Sancto, 1,2:
CSEL 21, 104). Porque es nuestra madre, es también la educadora de nuestra fe.
. Creemos en la iglesia como la madre de nuestro nacimiento,
como la que nos educa en la fe, siendo Dios el autor de nuestra salvación. La
iglesia como madre, se da y desgasta por sus hijos, no se sirve a sí
misma sino a los hijos que ha engendrado para la fe.
. No hay iglesia sin Jesús, ni Jesús sin iglesia. Quién ha
experimentado la conversión sabe que es la gracia de Dios la que ha obrado en él,
sin embargo quien se siente demasiado seguro de sí mismo, quien se cree que se
ha auto realizado, a ese le falta conversión. Sin la gracia de Dios nada somos.
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