Punto 193 Ninguno de los símbolos de las
diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado
e inútil. Nos ayudan a captar y profundizar hoy la fe de siempre a través de
los diversos resúmenes que de ella se han hecho.
Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar
muy particular en la vida de la Iglesia:
. Con el paso de los siglos, la iglesia ha ido teniendo
distintos credos, formulaciones que se han ido elaborando desde distintas
circunstancias históricas (concilios, respuestas a herejías,…). Jesucristo
no nos dejó el resumen de la fe hecho como el padre nuestro, con lo que hemos
ido profundizando y subrayando aspectos de nuestra fe. Ha habido una serie de resúmenes
de la fe adecuados a circunstancias determinadas, y esos resúmenes valen
para todos los tiempos porque en todos ellos se expresa la fe en Jesucristo.
Una formulación del credo no deroga a otra.
. Un credo es coetáneo, pero está por encima de la época en que ha
sido formulado. Es como el catecismo que tiene citas de diferentes concilios,
se enriquece de los anteriores. No son rupturas sino enriquecimiento.
Punto 194 El Símbolo de los Apóstoles,
llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de
los Apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran
autoridad le viene de este hecho: "Es el símbolo que guarda la Iglesia
romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él
llevó la doctrina común" (San Ambrosio, Explanatio Symboli, 7: PL 17,
1158D).
. Dos son los credos que han utilizado un lugar particular, el
credo de los apóstoles, posiblemente el más antiguo en su formulación. Su
gran valor es que fue el que se formuló en la sede de Pedro, que es el apóstol
que aparece 114 veces en los evangelios y el siguiente es Juan con solo 34.
Punto 195 El Símbolo llamado de
Nicea-Constantinopla debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los
dos primeros Concilios ecuménicos (325 y 381). Sigue siendo todavía hoy el
símbolo común a todas las grandes Iglesias de Oriente y Occidente.
. El segundo credo, debe su autoridad a ser fruto de los primeros
concilios ecuménicos. La circunstancia del concilio de Nicea fue la respuesta a
la herejía de Arrio, quien negaba la divinidad de Jesucristo. Muchos obispos
cayeron sobre el influjo de Arrio.
Punto 196 Nuestra exposición de la fe seguirá
el Símbolo de los Apóstoles, que constituye, por así decirlo, "el más
antiguo catecismo romano". No obstante, la exposición será completada con
referencias constantes al Símbolo Niceno-Constantinopolitano, que con
frecuencia es más explícito y más detallado.
. El catecismo va a seguir el hilo del credo apostólico, pero de
vez en cuando va a recurrir al de Nicea porque es más detallado.
Punto 197 Como en el día de nuestro Bautismo,
cuando toda nuestra vida fue confiada "a la regla de doctrina" (Rm 6,17),
acogemos el símbolo de esta fe nuestra que da la vida. Recitar con fe el Credo
es entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es entrar también
en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual
creemos:
«Este símbolo es el sello espiritual [...] es la
meditación de nuestro corazón y el guardián siempre presente, es, con toda
certeza, el tesoro de nuestra alma (San Ambrosio, Explanatio Symboli, 1:
PL 17, 1155C).
. El valor de la recitación del credo: es entrar en comunión con la iglesia entera, con todos nuestros hermanos, que tenemos la misma fe. Entramos en comunión con Dios Padre, Hijo y ES. La iglesia no ha hecho una regla de cuantas veces debe ser rezado el credo, pero si que nos enseña que la confesión de la fe, es un acto que da oxígeno a nuestra fe, al confesar nuestra fe, se reafirma, se fortalece. La fe que no se expresa puede ser demasiado intimista, subjetiva. La fe hay que expresarla, como en el matrimonio , además de amaar hay que decirlo.
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