Punto 215 "Es verdad el principio de tu palabra, por
siempre, todos tus justos juicios" (Sal119,160). "Ahora, mi Señor
Dios, tú eres Dios, tus palabras son verdad" (2 S 7,28); por eso las
promesas de Dios se realizan siempre (cf. Dt 7,9). Dios es la Verdad
misma, sus palabras no pueden engañar. Por ello el hombre se puede entregar con
toda confianza a la verdad y a la fidelidad de la palabra de Dios en todas las
cosas. El comienzo del pecado y de la caída del hombre fue una mentira del
tentador que indujo a dudar de la palabra de Dios, de su benevolencia y de su
fidelidad.
. Las palabras que Dios nos dirige son palabras verdaderas, Dios
no puede engañar. La consecuencia de esto es que podemos y debemos
confiar en Dios. Si no confiamos en Él, es como si proyectáramos nuestras
sombras y nuestra desconfianza sobre El. El pecado del hombre consiste en
dudar de Dios, de su palabra, de su fidelidad. Este es el pecado original,
sembrar la desconfianza, y hoy estamos en esas, cuando por ejemplo se
dice que la iglesia pretende controlar, rodearse de privilegios,…. No, la
iglesia quiere el bien del hombre, no viene a impedir la felicidad del hombre,
la razón de ser de la iglesia es predicar la revelación de Dios que es nuestra
libertad. Quien desconfía de Dios sigue diciendo: la iglesia quiere controlar,
quiere privilegios,… y lo que hace es volver a desconfiar, creyendo que todas
las personas que han dado su vida en la iglesia no ha sido por defender algún privilegio,
sino para que nosotros recibamos la vida que Dios quiere darnos, es la
sucesión apostólica.
. Tres son los pecados principales de la humanidad conforme a
las tentaciones que tuvo Cristo en el desierto: el materialismo que no
es otra cosa que desconfiar que Dios lo es todo para nosotros, el materialista
tiene que buscar en los bienes materiales lo que no confía que Dios le dé. La
soberbia es la desconfianza de que el despojamiento es el camino, la
pobreza es el camino… despojarse es desnudarse, ser pequeño… la soberbia es
desconfiar de las bienaventuranzas. El hedonismo, es la búsqueda de placer,
el mínimo esfuerzo, es la huida de la cruz, es desconfiar de que Dios nos
ofrece una felicidad eterna en el cielo y a cambio te agarras al placer rápido,
como no me fío que Dios me va a hacer feliz, me voy a agarrar a los placeres
inmediatos, a mis perezas y comodidades. Por tanto el pecado principal es la
desconfianza, de que Dios es bueno, es fiel, que su palabra es la vida, es mi
camino y no me lo termino de creer. No hay que defenderse ni resistirse ante
Dios sino ante el príncipe de es te mundo.
Punto 216 La verdad de Dios es su sabiduría que rige todo el
orden de la creación y del gobierno del mundo ( cf.Sb 13,1-9). Dios,
único Creador del cielo y de la tierra (cf. Sal 115,15), es el
único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas en
su relación con Él (cf. Sb 7,17-21).
. De necios es no reconocer al artífice a través de sus obras. Por
la grandeza y hermosura de las criaturas se descubre por analogía a su creador.
Si ves la belleza del mundo, te remites a su creador, sino te quedas con la
sombra y no con el que la proyecta. Hoy en día, la cultura idolatriza la
ciencia, pero pretender explicar la totalidad de la existencia de la creación
solo por una faceta que es la experimental científica es quedarse con una parte
de la realidad. Luis Pasteur: ”un poco de ciencia te aleja de Dios pero mucha
ciencia nos devuelve a Dios”. Benedicto XVI: “Galileo vio la naturaleza como un
libro cuyo autor es Dios…la verdad científica es una participación de la verdad
divina”. Los distintos saberes: ciencia, humanismo, filosofía, teología son
todas una sinfonía que sirven para entender cada vez mejor al hombre y a la
revelación de Dios. El falso sabio es el que se agarra solo a una rama del
saber en detrimento de las otras. Unamuno: “la misión de la ciencia es
catalogar al mundo para devolverlo a Dios en orden”.
Punto 217 Dios es también verdadero cuando se revela: la
enseñanza que viene de Dios es "una Ley de verdad" (Ml 2,6).
Cuando envíe su Hijo al mundo, será para "dar testimonio de la
Verdad" (Jn 18,37): "Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos
ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero" (1 Jn 5,20;
cf. Jn 17,3).
. Revelación significa que Dios salió a nuestro encuentro a través
de los profetas, a través del pueblo de Israel y envió a su Hijo al mundo como
revelación del designio de Dios padre. Ha venido a hablarnos, sus palabras son
palabras de vida que no pasan, hemos de ser amantes de las escrituras y no
podemos poner al mismo nivel lo que es palabra de Dios de lo que son ideologías
o teorías de los hombres.
. En Jn 17,3 “esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo”. La vida eterna va a
consistir en conocer la verdad de Dios, y un signo de que vamos camino del
cielo es tener deseo de conocerle aquí.
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