Punto 212 En el transcurso de los siglos, la fe de Israel pudo
desarrollar y profundizar las riquezas contenidas en la revelación del Nombre
divino. Dios es único; fuera de Él no hay dioses (cf.Is 44,6). Dios
transciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho el cielo y la tierra:
"Ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgastan [...]
pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años" (Sal 102,27-28). En
Él "no hay cambios ni sombras de rotaciones" (St 1,17). Él es
"Él que es", desde siempre y para siempre y por eso permanece siempre
fiel a sí mismo y a sus promesas.
. Solo Dios ES, solo Dios basta, sólo Dios. Qué significa eso de que
Yo soy el que soy, hay muchas consecuencias, y una primera es que no hay otros
dioses. En Is 44,6 nos indica la ridiculización de los ídolos materiales,
habla de la misma madera que sirve para quemar y calentar y que luego de esa
misma madera puedan utilizarla para fabricarse un falso dios, un ídolo y
postrarse y adorarlo. Solo Dios es Dios, yo soy el primero y el último,
fuera de mí no hay Dios. También nosotros nos esclavizamos y nos postramos
ante muchas cosas como la TV, internet,… a los que tenemos adicción y
atamos nuestra libertad, son nuestras esclavitudes, ídolos a los que nos
esclavizamos. Solo Dios Es, lo demás son sombras, y no podemos esclavizarnos a
las sombras.
. Todo se desgasta como la ropa, y sin embargo Dios siempre Es,
permanece, siempre es el mismo, no está pasado de moda. La ropa en seguida
pasa de moda. En Dios no hay cambios. Dios ES, no es apariencia. A
nosotros nos impresiona mucho el cambio de las cosas, el cambio del mundo y de
la sociedad, pero nos apoyamos en las apariencias, pues en lo sustancial las
cosas siguen siendo las mismas. El problema del hombre sigue siendo el
mismo sustancialmente para su felicidad, el hombre de hace cien, doscientos o
mil años sigue teniendo el mismo problema: que Dios le ha creado para la
eternidad y que en esta vida no va a encontrar la plenitud que necesita. Aunque
las apariencias no sugieran lo contrario, esencialmente estamos en las mismas
que en la edad media que en el imperio romano, que cuando sea.
. Dios es Dios, no deja de ser Dios, es infinito, no tiene
mutación.
Punto 213 Por tanto, la revelación del Nombre inefable (que no
puede explicarse con palabras) "Yo soy el que soy" contiene la verdad
de que sólo Dios ES. En este mismo sentido, ya la traducción de los Setenta y,
siguiéndola, la Tradición de la Iglesia han entendido el Nombre divino: Dios es
la plenitud del Ser y de toda perfección, sin origen y sin fin. Mientras todas
las criaturas han recibido de Él todo su ser y su poseer. Él solo es su ser
mismo y es por sí mismo todo lo que es.
. Lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez, entonces
de alguna manera no es necesario (s Tomás de Aquino), de ahí que si todas las cosas tuvieran la
posibilidad de no existir, en algún momento no habrían existido y por
consiguiente no habría nada, porque de
la nada no viene nada. Pero dado que ahora existe algo, quiere decir que no
todas las cosas son contingentes sino que tiene que haber un ser necesario del
cual vienen el resto de las cosas, y ese ser necesario es Dios. Este argumento
es el que está detrás de Yo soy el que soy, el resto de las cosas han recibido
el ser de Dios, han participado del ser de Dios.
. Nosotros somos participación del ser de Dios, creados por él, hubo
un tiempo en que no existíamos, que vivimos de su grandeza, él nos sostiene en
el ser, sino volveríamos a la nada.
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