Punto 226 Es usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el
Único, nos lleva a usar de todo lo que no es Él en la medida en que nos acerca
a Él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30;
16, 24; 19,23-24):
«¡Señor
mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti! ¡Señor mío y Dios mío, dame
todo lo que me acerca a ti! ¡Señor mío y Dios mío, despójame de mí mismo para
darme todo a ti (San Nicolás de Flüe, Oración).
. Consecuencias prácticas de nuestra fe: reconocer la grandeza,
vivir en acción de gracias, reconocer la unidad y la verdadera dignidad de los
hombres….usar bien de las cosas creadas. Si el único Dios es el Dios eterno y
todo lo demás son criaturas, hago una distinción en mi vida muy clara entre
lo eterno, lo definitivo y lo efímero o pasajero. Definitivo en esta vida solo
es Dios, todo lo demás es efímero, todo lo demás tiene que ser utilizado para llegar
a lo eterno. Los bienes materiales aquí se van a quedar, es como la
contradicción de las tumbas egipcias que pensaban que se iban a llevar los
bienes a la siguiente vida, y el caso es que no se los lleva, se quedan donde
los dejan. El corazón no se puede poner en los bienes pasajeros.
. En la entrada del cielo hay como un letrero que pone: “ lo
que guarde durante la vida no lo tengo, lo que tengo lo perdí, solo tengo lo
que di”. La distinción existencial entre lo que es pasajero y eterno tiene
consecuencias muy prácticas: de qué te sirve ganar el mundo entero que se va a
quedar aquí, va a ser un lastre, si pierdes la vida eterna. En la sagrada
escritura hay frases muy duras: “engordad como los cerdos para el día de la
matanza” como diciendo aquí los ricos siguen acumulando sin otra intención
que la de servir a los bienes materiales. Estos bienes tienen que servir para
llegar a la vida eterna. Otro texto: “..si tu mano derecha te es ocasión de
pecado cortatela….” Esto significa que cortes por lo sano con el apego a las
cosas materiales que te apartan de lo eterno, despréndete de situaciones y
ocasiones, no pretendas tener a Dios en una mano y a una cosa en la otra, no
vaya a ser que Dios no quepa ahí.
. Seguir a Jesús supone alguna negación, no se puede servir a
Jesús y ser también el que más dinero tenga, el que mejor sitio ocupe…. esto no
es posible. El reino de Dios se parece al un tesoro escondido, el hombre
tiene que vender todo lo que tiene para comprar ese tesoro, uno no se puede
quedar con ese tesoro además de todo lo que tiene. Necesito vender todo lo
que tengo para encontrarme con el tesoro.
. El evangelio está lleno de pasajes que eligen una elección para
poder llegar al seguimiento del Señor. Jesús insiste en esa capacidad de
renuncia. Uno ve los países pobres del mundo que están más abiertos al
hambre y la sed de Dios que los países que nadan en la abundancia dónde el
corazón está puesto en la comodidad, en la seguridad y no tenemos el corazón
puesto en Dios. Hay un peligro en las riquezas. Europa difícilmente va a
encontrar sus raíces religiosas posiblemente hasta que no haya una crisis
seria, un tocar fondo, que tiemblan nuestros falsos planteamientos.
. Unos misioneros de Nueva York decían que el momento más
religioso que habían vivido fue el momento del 11S, las iglesias se llenaron. Será
posible que se tengan que tambalear nuestros cimientos para acordarnos de Dios.
Con qué facilidad nos apegamos a lo efímero!
. San Ignacio de Loyola formula que “hay que usar los bienes
creado en tanto en cuanto”: en tanto en cuanto me acercan a Dios los uso; en
tanto y cuanto me alejan de Dios me desprendo de ellos. El hombre debe de
proceder en usar o privarse de las cosas según el fin al que está llamado, que
es buscar a Dios, no todo el mundo va a usar los bienes de la misma manera, no
es lo mismo para un padre de familia que para un monje o un soltero, ahora
bien, el criterio es usar de las criaturas en tanto en cuanto me acerquen a
Dios y desprenderme de ellas en tanto en cuanto me alejen de Dios.
. Todas las cosas son buenas, incluido el dinero, y podemos
renunciar a las cosas pero por amor y sintiéndonos más libres, que no nos
atemos a nada. Que los bienes creados sean alas para volar hacia Dios, que no
sean cadenas que nos atan. Si son cadenas quitatelas, si son alas vuela. San
Ignacio nos habla de la santa indiferencia, que no significa pasotismo, lo dice
en el sentido de un corazón libre, que le da igual tener o no tener, él lo que
quiere es lo que Dios quiera, entonces tener libertad de corazón para usar o
desposeerse.
. San Nicolás de Flue nos dice en una oración escrita por él: “ Señor mío…..” dice quítame lo que me aleja de ti y dame la gracia para que yo sea capaz de desprenderme. Despójame de mi mismo, el bien del que más nos cuesta desprendernos es el ego, hasta el pobre más pobre es el amor propio, la vanidad suele ser más tentación que el materialismo. Desprenderse de uno mismo supone desprenderse de mis planes, de mi cuota de protagonismo, de que se hable de mí, de que se me estime, de que se me valore. El Señor nos pide desprendimiento también de esto.
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