jueves, 20 de abril de 2017

Catecismo 2567. Dios es quien primero llama al hombre

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Punto 2.567 Dios es quien primero llama al hombre. Olvide el hombre a su Creador o se esconda lejos de su faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad de haberlo abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del Dios fiel es siempre lo primero en la oración, la actitud del hombre es siempre una respuesta. A medida que Dios se revela, y revela al hombre a sí mismo, la oración aparece como un llamamiento recíproco, un hondo acontecimiento de Alianza. A través de palabras y de actos, tiene lugar un trance que compromete el corazón humano. Este se revela a través de toda la historia de la salvación.
. En el punto anterior vimos que el hombre buscaba a Dios y aunque nos parezca que el hombre moderno de nuestros días ya no es religioso, que ya no tiene necesidad de Dios, que ya no busca a Dios, pues no nos engañemos, no es verdad, el hombre busca a Dios, el hombre cuando busca ser feliz, aunque no lo sepa, está buscando a Dios. En este punto la tesis que se plantea es que es Dios quien primero llama al hombre. Estés donde estés, tengas una vida ordenada y piadosa o tengas una situación complicadísima, Dios te está buscando siempre. Se nos ponen cuatro situaciones distintas:

o    Olvide el hombre a su creador: uno de los grandes problemas que tiene Dios con nosotros es que a ver cómo nos llama a la oración si vivimos ocupados en las creaturas y olvidados del creador. Es lo que se plantea en Lucas 14,16 con la parábola del banquete: "«Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: "Venid, que ya está todo preparado." Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses." Y otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses." Otro dijo: "Me he casado, y por eso no puedo ir." «Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos y cojos." Dijo el siervo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio." Dijo el señor al siervo: "Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa." Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena.»", para poder hacer oración, para poder responder a la llamada de Dios de tener intimidad con él hace falta una pobreza de espíritu, un desasimiento de los bienes materiales y por eso el que se acababa de comprar un campo, el de los bueyes etcétera estaban demasiado ocupados. Cómo tengamos la cabeza ocupada en tres cosillas materiales ya no tenemos sitio para nada más porque somos así de limitados, somos capaces de llenar la cabeza con las criaturas y que nos lleven a alejarnos del creador.

o    Se esconda de su faz: no es lo mismo olvidarse de Dios que esconderse de él, aunque en la práctica pueda parecer lo mismo, es un poco distinto, el olvido de Dios puede ser más inconsciente por estar atrapado por los quehaceres de esta vida, mientras que al esconderse uno es como si se tuviera mala conciencia, uno sabe que algo no lo está haciendo bien y entonces me escondo para que Dios no me llame. En Génesis 3, cuando Adán y Eva siendo conscientes de que han desobedecido a Dios, se esconden pues tienen mala conciencia, saben que no han obrado bien. Igual que el joven rico que quiere tener una parte de su vida que quiere seguir Dios pero hay otra que la esconde.

o    Corras detrás de sus ídolos o acuse a Dios de haberle abandonado: es un drama para Yahveh que el hombre se entregue a los ídolos, es más fácil entregarse a dioses de barro que entregarse a Dios que es espíritu y vida. Dios tiene con nosotros una paciencia inmensa hasta que vayamos descubriendo el rostro de Dios verdadero. Cuántas veces el hombre está acusando a Dios de lo que le pasa en esta vida? Es impresionante ver como Dios tiene la paciencia de escuchar todas las burradas que le decimos cuando estamos en un estado de rebote existencial contra él, hasta que finalmente nos hace caer en cuenta de que tenemos que confiar en la providencia por encima de todo.



. A pesar de las situaciones anteriores, Dios se mantiene siempre fiel y en la medida en que se van superando las dificultades, se produce un diálogo, una alianza y una vez que el hombre está con Dios, ya uno nunca más se siente solo.

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