lunes, 6 de octubre de 2014

Catecismo Punto 28 Introducción – El deseo de Dios II - la mejor forma de conocer a Jesucristo

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Punto 28   De múltiples maneras, en su historia, y hasta el día de hoy, los hombres han expresado su búsqueda de Dios por medio de sus creencias y sus comportamientos religiosos (oraciones, sacrificios, cultos, meditaciones, etc.). A pesar de las ambigüedades que pueden entrañar, estas formas de expresión son tan universales que se puede llamar al hombre un ser religioso:
Dios «creó [...], de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra y determinó con exactitud el tiempo y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen a Dios, para ver si a tientas le buscaban y le hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17, 26-28).

. La vida es corta, pero suficientemente larga como para no dejar de preguntarnos las grandes cuestiones de la transcendencia de la vida de cada uno.

. La neurosis de la almohada de domingo: son esas personas que trabajan entre semana y viven con la única ilusión de que llegue el fin de semana, intentando que el sentido de la vida sea la juerga del fin de semana. Llega el fin de semana y constata la insatisfacción. Llega el domingo por la noche y esa neurosis te hace preguntar: pero bueno toda mi vida va a ser así, un querer y no poder, un vacío existencial muy fuerte.

. El hombre es un ser religioso, aunque en apariencia se intente proyectar una imagen diferente, en el interior el hombre real es religioso.

. Dios no solo existe, sino que además es el sentido de nuestra vida. La predicación de la iglesia tiene su razón de ser porque es el encuentro entre el deseo mutuo entre Dios y el hombre. Éste tiene hambre y sed de Dios aunque no se dé cuenta de ello y lo busque por caminos diferentes.

. El hombre es un ser religioso por naturaleza a diferencia de los animales. Ya en los estudios arqueológicos hay claras constataciones religiosas con toda una simbología sacra. El hombre primitivo trasciende de lo útil, sobrepasa su instinto, por ejemplo, enterraba a los muertos mirando hacia el sol…. esto no se explica por los instintos de un animal, supone una capacidad religiosa.

. En el hombre es más determinante la voluntad de sentido. El motor principal que explica al hombre es esta voluntad de sentido, más que la voluntad de placer y la voluntad de poder. El hombre necesita buscar un sentido, un porqué, un de dónde y un a dónde. Lo que al hombre le hace ser equilibrado es tener sentido en su vida, el sentido que da el amor, el sentido de amar y ser amado. Un hombre puede tener mucho placer y mucho poder en su vida y ser inmaduro y desequilibrado. Sin embargo puede ser muy austero y muy humilde, pero puede ser verdaderamente feliz porque tiene sentido su existencia.



. El hombre ha sido creado para que buscase a Dios, ha sido así siempre, descubrimos diversas culturas que así lo han hecho a tientas, lo han buscado en el sol, en el volcán y otros fenómenos de la naturaleza, confundiéndolos con la misma existencia de Dios. Las culturas han ido purificándose y han ido entendiendo que Dios ha de estar más allá de la naturaleza y poco a poco ha llegado hasta la revelación. Porque llegado un punto, el hombre no llega, no da para más, llega a su límite, y a partir de ahí es la revelación de Dios la que nos lo descubre.


. Uno podría decir, “si Dios nos ha creado, no debería ser difícil conocer al creador”, sin embargo, es el hombre quien en su obtusidad, hace complicado lo sencillo, Dios está mucho más cerca de lo que pensamos, Dios es más sencillo y cercano porque está en cada uno de nosotros. Hemos pensado equivocadamente que Dios debe ser complicadísimo, pues identificamos superior con inteligible. Sin embargo no es así, Dios es sencillo y simple. A Dios se le conoce no desde la complejidad de los pensamientos sino desde un corazón convertido. Haciéndonos sencillos, humildes y simples, con corazón de niño es la forma más fácil de conocer a Dios y encontrarle junto a ti.

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