domingo, 19 de octubre de 2014

Catecismo Punto 32 – Las vías de acceso al conocimiento de Dios II (Cont.)


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 . Los grandes científicos han sido en su inmensa mayoría grandes creyentes: KEPLER (astrónomo) “Dios es grande, grande es su poder…mi Señor y mi creador, la grandeza de tus obras quisiera yo anunciarla a los hombres…”, COPERNICO,”…quién no adorará al arquitecto de todas estas cosas”, NEWTON “lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos es un inmenso océano, la admirable disposición y armonía del universo no ha podido sino salir del plan de un ser  omnipotente”, VOLTA, AMPERE “…cuán grande es Dios y nuestra ciencia es nada”, el propio DARWIN, que ha sido utilizado como un apoyo para el ateísmo, “…jamás he negado la existencia de Dios, pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe, el argumento máximo de la existencia de Dios, me parece la imposibilidad de demostrar y comprender que el universo inmenso y el hombre hayan sido frutos del azar”, EDISON “… mi máxima admiración a todos los ingenieros, especialmente al mayor de todos ellos: Dios”, EINSTEIN “.. en todas la leyes del universo está manifiesto un espíritu infinitamente superior al hombre y ante el cual nosotros con nuestros poderes debemos sentirnos humildes”. G. MARCONI (nobel de física por sus aportaciones a la radio sin hilos): “Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración y creo no sólo como católico, sino como científico”. Son frases de grandes científicos cuyo contacto con la naturaleza y la investigación ha potenciado su sensibilidad de creyentes. Impresiona el orden admirable e increíble que reina el universo.

. De dónde viene este orden del universo?

. El orden que podemos encontrar en el reino animal, en las plantas es increíble a pesar de que la naturaleza no es perfecta.




. Sin duda alguna el hombre es la obra más perfecta de la creación. Su contemplación nos puede ayudar muchísimo para llegar a concluir la existencia de Dios. Sin embargo, no olvidemos que la naturaleza por muy maravillosa y perfecta que sea, no es la suma perfección, es una criatura. Comparada con Dios es una nada. Es más, la naturaleza por su propio ser, tiene inscrito en ella el desaparecer, el nacer, crecer y morir, no es eterna, es caduca. El plan primero de Dios era la felicidad del paraíso terrenal, de manera que la creación se viese preservada de la corrupción, y el hombre se viese preservado de la muerte y la naturaleza se viese preservada de su decrepitud. Con el pecado original se pierden estos dones, y se experimenta una naturaleza con su maravilla y sus limitaciones. 

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