viernes, 10 de octubre de 2014

Catecismo Punto 29 – El deseo de Dios III - el mejor camino para conocer a Jesucristo

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Punto 29   Pero esta "unión íntima y vital con Dios" (GS 19,1) puede ser olvidada, desconocida e incluso rechazada explícitamente por el hombre. Tales actitudes pueden tener orígenes muy diversos (cf. GS 19-21): la rebelión contra el mal en el mundo, la ignorancia o la indiferencia religiosas, los afanes del mundo y de las riquezas (cf. Mt 13,22), el mal ejemplo de los creyentes, las corrientes del pensamiento hostiles a la religión, y finalmente esa actitud del hombre pecador que, por miedo, se oculta de Dios (cf. Gn 3,8-10) y huye ante su llamada (cf.Jon 1,3).

. La unión vital tan grande con Dios, se puede frustrar, la ruptura con Dios se puede dar en el hombre: puede ser olvidado, desconocido o rechazado. En nuestra sociedad hay muchas incitaciones para que te olvides de todo, la falta de formación se combina con una sociedad pensada para que no pienses: consume y calla, tira para delante y pon la tv si te viene algún pensamiento. El desconocimiento puede venir porque nadie lo predica o por uno mismo.

. Otra causa es el olvido, la pereza, … difícilmente se llega al rechazo de Dios sin pasar primero por el olvido y el desconocimiento, primero se empieza por la pereza diciendo soy católico pero no practicante, luego creo en Dios pero no en la iglesia, luego creo en Dios pero no sé si es Jesucristo o no, luego no sé si creo en Dios o no, y al final no creo en nada. La vida me ha llevado a olvidarme. El rechazo suele venir por soberbia y por orgullo.

. Orígenes del rechazo de Dios:

     . la rebelión contra el mal en el mundo: la existencia del mal es un misterio que nos supera. Ante una situación de dureza (enfermedad grave,…) hay personas que lo viven como que esta vida es pasajera, que hay que prepararse para nuestro encuentro con Dios definitivo, les han acercado a Dios, les ha despertado la sensibilidad religiosa. Otras personas lo viven de forma diferente diciendo que si Dios me ama, porque permite que me pasen estas calamidades. Detrás de esto, está la purificación que nos hace Dios a través de la sabiduría de la cruz. Cuando te sientas llagado, mira las llagas de Cristo que da sentido a tú dolor.



     . la ignorancia o la indiferencia religiosa: la indiferencia puede ser hoy en día el estadio más lejano a la fe. Cuando alguien ha caído en esa indiferencia con Dios, es casi peor que el agnosticismo porque el que es ateo por lo menos piensa. El indiferente renuncia a pensar. Es que ni te preguntas el sentido de la vida y de tú existencia.

     . los afanes de este mundo y de las riquezas: “Mtn13-22, el que fue sembrado entre los abrojos es el que oye la palabra pero las persecuciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin fruto”, este mundo capitalista tiene una capacidad de seducción muy grande que nos atonta y nos absorbe. Tenemos un planteamiento materialista en la existencia que puede ser la causa principal del ateísmo en occidente, pan y circo para que no pienses, de la cual somos muchas veces cómplices. Cuando el hombre tiene mucho más de lo que necesita, adormece su instinto espiritual. Es como el perro cazador que pierde su instinto de caza cuando come suculentamente.  Mientras la gente lo tiene todo se olvida de Dios.

     . el mal ejemplo de los creyentes: los cristianos hemos de dar ejemplo para los que se fijan en nosotros, y tener una vida coherente. Es una gran responsabilidad que por nuestra culpa alguien se aleje de Dios, y que como instrumento alguien pueda acercarse a Dios. Que el cristiano no sea motivo de escándalo para nadie.

     . las corrientes de pensamiento hostiles a la religión: por ejemplo el relativismo tan generalizado dónde cada uno hace su propia verdad y se niega una la verdad absoluta. O una teoría científica donde solo vale lo que se demuestra experimentalmente.


     . la actitud del hombre pecador que por miedo huye de Dios: es lo mismo que pensar que Dios me pida algo que no quiera escuchar o no quiera dar. Es una falta de confianza en Dios.  


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