miércoles, 20 de mayo de 2015

Catecismo 512-514. Toda la vida de Cristo es Misterio

Haz clic AQUI para escuchar el audio completo

Punto 512 Respecto a la vida de Cristo, el Símbolo de la Fe no habla más que de los misterios de la Encarnación (concepción y nacimiento) y de la Pascua (pasión, crucifixión, muerte, sepultura, descenso a los infiernos, resurrección, ascensión). No dice nada explícitamente de los misterios de la vida oculta y pública de Jesús, pero los artículos de la fe referente a la Encarnación y a la Pascua de Jesús iluminan toda la vida terrena de Cristo. "Todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que [...] fue llevado al cielo" (Hch 1, 1-2) hay que verlo a la luz de los misterios de Navidad y de Pascua.

. En el credo se da un salto desde la encarnación y el nacimiento hasta la muerte y resurrección, y el catecismo consciente de que en medio ha quedado toda la vida de Jesucristo introduce una referencia a los misterios de la vida de Cristo. La presentación de la vida de Jesús tiene como dos grandes ejes: encarnación-nacimiento y pasión-resurrección. El resto de la vida de Cristo queda iluminada por esos dos momentos.

Punto 513  La catequesis, según las circunstancias, debe presentar toda la riqueza de los misterios de Jesús. Aquí basta indicar algunos elementos comunes a todos los misterios de la vida de Cristo (I), para esbozar a continuación los principales misterios de la vida oculta (II) y pública (III) de Jesús.

. No hay que separar el credo de los evangelios y conviene esbozar la vida de Jesucristo, su infancia, su vida oculta y pública, su pasión y muerte y su gloria.

I. Toda la vida de Cristo es misterio

Punto 514  Muchas de las cosas respecto a Jesús que interesan a la curiosidad humana no figuran en el Evangelio. Casi nada se dice sobre su vida en Nazaret, e incluso una gran parte de la vida pública no se narra (cf. Jn 20, 30). Lo que se ha escrito en los Evangelios lo ha sido "para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Jn 20, 31).

. Nosotros no podemos acudir a los evangelios como cuando acudimos a una biografía moderna intentando mirar en ella detalles y curiosidades, no podemos aplicar nuestros esquemas a la hora de acercarnos a los evangelios, pues no son una biografía moderna porque en ellos no hay una pretensión de ir de forma ordenada detallando y relatando paso por paso. Los evangelios sí narran la historia de la vida de Jesús aunque no de la forma actual a la que estamos acostumbrados.

. En Juan 20,30-31 indica que muchos otros signos que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de sus discípulos, es decir, nos dice que los evangelistas no lo han contado todo, sino que han querido contar lo sustancial, cada uno a su manera.


. La intencionalidad con la que se han escrito los evangelios ha sido para que creamos que Jesús es el mesías, el hijo de Dios, y creyendo tengamos vida en su nombre. Los evangelios no han sido escritos para saciar curiosidades sino para llevarnos a la fe y descubrir el misterio de Jesucristo. Los evangelios apócrifos surgieron en siglos posteriores porque existía una curiosidad sobre la vida oculta de Jesús que no viene en los evangelios canónicos porque son más sobrios. En los apócrifos se inventan cosas sobre Jesús para intentar satisfacer la curiosidad. Los canónicos no sacian curiosidades sino que nos ayudan a tener fe en Cristo. Los apócrifos entran en las curiosidades, en lo anecdótico, desviándose del género evangélico que no es más que narrar los acontecimientos de la salvación para que tengamos fe en ellos.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario