Punto 439 Numerosos judíos e incluso ciertos paganos que compartían su esperanza reconocieron en Jesús los rasgos fundamentales del mesiánico "hijo de David" prometido por Dios a Israel (cf. Mt 2, 2; 9, 27; 12, 23; 15, 22; 20, 30; 21, 9. 15). Jesús aceptó el título de Mesías al cual tenía derecho (cf. Jn 4, 25-26;11, 27), pero no sin reservas porque una parte de sus contemporáneos lo comprendían según una concepción demasiado humana (cf. Mt 22, 41-46), esencialmente política (cf. Jn 6, 15; Lc 24, 21).
. Varias de las citas de estos puntos hacen referencia al evangelio de san Mateo y esto es porque es el evangelio que más se ha esforzado en presentar a los judíos que Jesús es el hijo de David, el anunciado en el Antiguo Testamento para la evangelización del pueblo judío. Numerosos judíos y también paganos reconocieron en Jesús las características del Mesías que esperaban. Por ejemplo Mt 2.2 “…unos magos vienen de oriente y se presentan en Jerusalén…” nos habla que también en el mundo pagano había una expectación por la llegada del Mesías. Mt 9.27 “… ten piedad de nosotros hijo de David…” los pobres que no temen nada que perder y son los más libres para hablar le llaman a Jesús hijo de David como decía la profecía. Mt 12,23 “… la gente decía: no será este el hijo de David…”, los milagros que hace Jesús también quieren responder a una pregunta que se hacen los que lo ven : y este quién es?. Mt 21,9-15 “ cuando Jesús entra en Jerusalén… Hosana al hijo de David, Hosana en las alturas,… los sumos sacerdote y los escribas se indignaron,….” pues aquí se está cumpliendo la promesa de la llegada de un Mesías. Tenemos que ser conscientes que somos unos privilegiados de ver como en Jesús se cumple todo lo que Dios ha prometido a la humanidad. La “lotería” ya nos ha tocado.
. Jesús acepta el título de Mesías que le corresponde, por ejemplo en el encuentro con la mujer samaritana, cuando ella le dice a Jesús: “cuando venga el Mesías nos lo explicará todo, y le dice Jesús: soy yo, el que está hablando contigo”. En Jn 11,27 “… en el diálogo de Jesús con Marta y María, dice Jesús: yo soy la resurrección y la vida, crees esto? y le contestan: “sí Señor yo creo que tú eres el Cristo, el hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. Están reconociendo en Jesús al Mesías. Aunque Jesús aceptó el título, tenía reservas, tenía prudencia, por ejemplo cuando hacía un milagro en alguien decía: “vete y no se lo digas a nadie”, esto se repite varias veces en los evangelios, a esto se le llama el secreto mesiánico. Hasta que no llegó el momento culminante de la vida de Jesús tenía cuidado para que no fuese manipulada políticamente esa proclamación de Jesús como Mesías ante las consecuencias políticas con los romanos.
. Jn 6.15 “… después del milagro de la multiplicación de los panes y los peces hay un intento de proclamar rey a Jesús, porque el pueblo podía reflejar en Jesús a aquél que les diera alimento, y entonces dándose cuenta Jesús huyó al monte el solo” En Lucas 24.21 en la escena de los discípulos de Emaús, le dicen a Jesús: “nosotros esperábamos que fuese Jesús el que iba a liberar a Israel de los romanos” es decir, había una tendencia a utilizar a Jesús como liberador en el sentido político. Es novedosa la forma en que Jesús nos dice: “ dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios” es decir, al Cesar le pagas los impuestos y a Dios le das lo que tienes que darle que es tú corazón. Lo frecuente era utilizar la concepción religiosa para ponerla a favor de mi causa política, y queremos así que Dios luche con nosotros contra los otros. Pero el otro tiene a Dios como padre exactamente igual que tú, entonces no invoques a Dios frente al otro. Jesús va purificando esta tendencia.
Punto 440 Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le reconocía como el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre (cf. Mt 16, 23). Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la identidad transcendente del Hijo del Hombre "que ha bajado del cielo" (Jn 3, 13; cf. Jn 6, 62; Dn 7, 13), a la vez que en su misión redentora como Siervo sufriente: "el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mt 20, 28; cf. Is 53, 10-12). Por esta razón, el verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz (cf. Jn 19, 19-22; Lc 23, 39-43). Solamente después de su resurrección su realeza mesiánica podrá ser proclamada por Pedro ante el pueblo de Dios: "Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado" (Hch 2, 36).
. Jesús acepta el título de Mesías y a la vez anuncia su pasión con lo que rompe los esquemas de que pudieran esperan un liberador político. Cuando Jesús le dice a Pedro que va a padecer en la cruz, Pedro contesta que eso no va a ocurrir, no lo va a permitir, y Jesús le reprende fuertemente diciendo “quítate de mi vista satanás” y le llama satanás porque Jesús estaba siendo tentado de intentar ser apartado del camino mesiánico humilde de la cruz, satanás pretendía que Jesús cayese en la tentación del mesianismo triunfalista, como en las tentaciones del desierto cuando le tienta a tirarse del templo y que los ángeles te cojan… era como entrar en Jerusalén no montado en un borrico humildemente sino con sus ángeles. Jesús rechazó esa tentación, entró en Jerusalén de forma humilde.
. En Jn 6,22 les dice Jesús a sus discípulos: esto os escandaliza?, Jesús comienza a utilizar la imagen del hijo del hombre para explicar que significa el Mesías, la imagen del hijo del hombre es presentada conjugada con la imagen del siervo sufriente: el hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por todos. Jesús utiliza la imagen del siervo de Yahweh que estaba en el Antiguo Testamento y que los judíos la habían olvidado porque se habían quedado con la concepción gloriosa política del Mesías que va a venir y nos va a librar. Viene Jesús a recordar la integridad del AT, el siervo de Yahweh que carga con los pecados de todos. Se suele decir que Cristo no solo ha venido a dar respuesta a nuestras preguntas sino que también ha venido a que se susciten en nosotros las verdaderas preguntas.
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