miércoles, 22 de abril de 2015

Catecismo 456-460. Por qué el Verbo se hizo carne

Haz clic AQUI para escuchar el audio completo

Punto 456 Con el Credo Niceno-Constantinopolitano respondemos confesando: "Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre" (DS 150).

. Por qué el Verbo se hizo carne?: Jesucristo se hizo hombre por nosotros y para nuestra salvación. Dios sufre por ver como el mundo le ha dado la espalda, como tras el pecado original de Adán y Eva los hombres siguen pecando, como el mundo endurece su corazón. Dios responde a esta situación con la encarnación, ya no respondió enviando el diluvio. Y qué hubiese ocurrido si el hombre no hubiese pecado? esta pregunta es gastar la imaginación. Dios se ha encarnado por nuestra salvación, para redimirnos del pecado y para expresarnos el amor que nos tiene. Dios que nos ama, no soporta el mal de la persona amada, y como no lo soporta sale en nuestro rescate.

Punto 457 El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: "Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación (apartar la ira de Dios por los pecados de la humanidad, quita nuestros pecados) por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10). "El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo" (1 Jn 4, 14). "Él se manifestó para quitar los pecados" (1 Jn 3, 5):
«Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesión del bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecían conmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestra naturaleza humana para visitarla, ya que la humanidad se encontraba en un estado tan miserable y tan desgraciado?» (San Gregorio de Nisa, Oratio catechetica, 15: PG 45, 48B).

. Vemos que Jesús ha sido enviado, que viene en nombre de Dios para reconciliarnos con el Padre. Nos ha hecho dignos ante Dios al soportar nuestra deuda con Dios por nuestros pecados. Nosotros no sabemos cómo resolver nuestro pecado y es Jesucristo el que viene a reconciliarnos con el Padre, Jesús ha pagado nuestra deuda, Jesús es propiciación por nuestros pecados.

. Jesucristo no solo es una figura del hombre de comportamiento modelo para nosotros. Esto se queda muy corto porque Jesús viene a pagar la deuda que nosotros somos incapaces de pagar ante Dios, es el que ha venido a rescatarnos, el salvador que quita los pecados del mundo. San Gregorio de Nisa describe el estado del hombre caído en el pecado, habla de una naturaleza enferma que tiene que ser sanada, habla del pecado como una muerte del alma, una pérdida de la posesión del bien, de un cautiverio, de vivir en tinieblas,.. todo esto es sanado, liberado, iluminado,… en Jesucristo, por lo que hemos de estar infinitamente agradecidos a Dios, a su misericordia que supera completamente nuestros merecimientos.  

Punto 458 El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).

. Con la encarnación conocemos como vivir en Cristo, no solo nos quita y sana nuestros pecados, sino que se encarna para que nuestra vida sea Cristo. La vida cristiana consiste en que Jesús esté presente en mi día a día para vivir con él y en él.  

Punto 459 El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: "Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí ... "(Mt 11, 29). "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" (Jn 14, 6). Y el Padre, en el monte de la Transfiguración, ordena: "Escuchadle" (Mc 9, 7;cf. Dt 6, 4-5). Él es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la Ley nueva: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15, 12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo (cf. Mc 8, 34).

. Con la encarnación se nos muestra nuestro modelo de santidad, podemos ver y escuchar a Jesús, podemos imitarle, aprender de él, escucharle, hacer lo que él nos diga, nos da un ejemplo de vida. Nuestro modelo es Cristo, y en él encontramos el camino para llegar al Padre.

Punto 460 El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 3, 19, 1). "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios" (San Atanasio de Alejandría,De Incarnatione, 54, 3: PG 25, 192B). Unigenitus [...] Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo ("El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres") (Santo Tomás de Aquino,Oficio de la festividad del Corpus, Of. de Maitines, primer Nocturno, Lectrua I).


. Por la encarnación somos hechos partícipes de la naturaleza divina, hay como una especie de intercambio: Dios asume la naturaleza humana para que nosotros podamos participar de la naturaleza divina. El hecho de ser hijos en el Hijo nos hace participar de la naturaleza divina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario