Punto 279 "En el principio, Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1). Con estas palabras solemnes comienza la sagrada Escritura. El Símbolo de la fe las recoge confesando a Dios Padre Todopoderoso como "el Creador del cielo y de la tierra", "de todo lo visible y lo invisible". Hablaremos, pues, primero del Creador, luego de su creación, finalmente de la caída del pecado de la que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a levantarnos.
. La sagrada escritura comienza con la afirmación de la creación: “al principio creó Dios el cielo y la tierra”, comienza con la revelación que Dios es creador. Aunque Dios no tiene principio, aunque Dios es eterno, la creación sí que tiene un principio, hubo un tiempo en que la creación no existió, esto es algo que nos cuesta entender, Dios cuando creó el mundo, también creo para nosotros el tiempo y el espacio, pero Dios está fuera del espacio y tiempo, Dios es eterno, Dios no tiene tiempo. Esta cuestión nos suele costar porque nosotros no podemos desprendernos del tiempo y el espacio. Preguntar qué había antes de Dios? es una pregunta mal hecha, es pensar en categorías temporales y proyectárselas a Dios. Dios al crear el mundo crea el tiempo y el espacio. Preguntar cuánto espacio ocupa Dios? también es una pregunta ridícula, Dios no ocupa espacio, el espacio lo ha creado Dios y Dios está fuera del espacio.
. El comprender que nosotros somos creados, nos ayuda a comprender muchas otras cosas, por ejemplo, el concepto de libertad, que es una libertad regalada en el acto creador. La libertad tiene que estar ligada con la creación, con la ley natural, sin embargo nosotros como negamos o ignoramos la creación, nos autoafirmamos sin tener que responder de nada a nadie y es como si nos endiosáramos. Se pretende dar una mera explicación científica al origen del mundo, la ciencia solo llega a explicar los pasos de la evolución pero no llega al hecho mismo del origen de la materia, la ciencia parte de una materia ya existente pero la ciencia no llega al momento en que la materia todavía no existe que es el momento de la creación. El científico que pretende desde los postulados de la ciencia negar la creación está jugando a ser filósofo o teólogo. La teoría de la evolución ve solo la mitad de la verdad, no ve lo que está detrás del espíritu de la creación, por eso es tan importante la complementariedad de todas las ciencias.
Punto 280 La creación es el fundamento de "todos los designios salvíficos de Dios", "el comienzo de la historia de la salvación" (DCG 51), que culmina en Cristo. Inversamente, el Misterio de Cristo es la luz decisiva sobre el Misterio de la creación; revela el fin en vista del cual, "al principio, Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1): desde el principio Dios preveía la gloria de la nueva creación en Cristo (cf. Rm 8,18-23).
. La creación no es un episodio desligado del resto de las cosas que cuenta la sagrada escritura. Existe la relación entre la creación y la encarnación, el hecho de que Dios envió al hijo para salvar el mundo. En Rom 8,18-23, nos recuerda que la creación que ha sido herida en el pecado está esperando la liberación de su esclavitud, está esperando a su redentor que es Jesucristo. Dios nos creó libres, nosotros nos hicimos esclavos y finalmente tuvo que enviarnos a su hijo Jesucristo para liberar nuestra libertad esclavizada.
Punto 281 Por esto, las lecturas de la Noche Pascual, celebración de la creación nueva en Cristo, comienzan con el relato de la creación; de igual modo, en la liturgia bizantina, el relato de la creación constituye siempre la primera lectura de las vigilias de las grandes fiestas del Señor. Según el testimonio de los antiguos, la instrucción de los catecúmenos para el bautismo sigue el mismo camino (cf. Egeria, Peregrinatio ad loca sancta, 46: PLS 1, 1047; san Agustín, De catechizandis rudibus, 3,5).
. Las lecturas de la noche pascual comienzan con el relato de
la creación del mundo porque el designio de la salvación es uno, de alguna
forma la gracia de Cristo ya estaba en la creación. La creación ya era una creación
que tenía a Cristo como modelo. Ya estaba presente en la creación del mundo el
designio de que un día llegaría Jesucristo y El es el rey de la creación, el
alfa y el omega, el principio y el fin, este es el motivo por el que en las
grandes liturgias leamos en primer lugar la creación del mundo, pongamos en
marcha todo el relato de la historia de la salvación para decir, y al final
envió a Cristo que dio plenitud al designio de salvación por el que Dios había
creado el mundo.
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