jueves, 19 de marzo de 2015

Catecismo 309-311. Dios realiza su designio: La divina providencia. La providencia y el escándalo del mal I

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Punto 309 Si Dios Padre todopoderoso, Creador del mundo ordenado y bueno, tiene cuidado de todas sus criaturas, ¿por qué existe el mal? A esta pregunta tan apremiante como inevitable, tan dolorosa como misteriosa no se puede dar una respuesta simple. El conjunto de la fe cristiana constituye la respuesta a esta pregunta: la bondad de la creación, el drama del pecado, el amor paciente de Dios que sale al encuentro del hombre con sus Alianzas, con la Encarnación redentora de su Hijo, con el don del Espíritu, con la congregación de la Iglesia, con la fuerza de los sacramentos, con la llamada a una vida bienaventurada que las criaturas son invitadas a aceptar libremente, pero a la cual, también libremente, por un misterio terrible, pueden negarse o rechazar. No hay un rasgo del mensaje cristiano que no sea en parte una respuesta a la cuestión del mal.

. En esta parte del catecismo hemos hablado de la catequesis de la creación, de la creación como obra de la trinidad, del mundo creado para gloria de Dios, del misterio de la creación, y finalmente de la providencia dentro de la cual abordamos la providencia y el mal, como compaginar nuestra fe en la providencia con la existencia del mal que nos hace sufrir y nos escandaliza a veces.

. Es un misterio al que no podemos dar una respuesta simple, toda la sagrada escritura es una respuesta, la vida de Cristo es una respuesta al problema del mal.  Ese conjunto de la sagrada escritura tiene estas concreciones:
  La bondad de la creación: no podemos olvidarnos de que también existe el bien, y el mal nos resulta más duro y escandaloso por habernos acostumbrado al bien. Parece que nos sentimos con derecho a recibir el bien.
  El drama del pecado: Dios creó un mundo bueno pero también nos creó libres, con la posibilidad de glorificar a Dios o utilizar mal nuestra libertad, es decir, existe el drama del pecado que ha introducido el mal en la creación que ha herido el plan de la creación. Pero en el mundo sigue habiendo muchísimo más de bueno que de malo a pesar del drama del pecado que es algo muy serio que nos puede llegar a impresionar hasta dónde puede llegar la maldad y las consecuencias de la maldad. El pecado es dramático, no es un desliz.
  El amor paciente de Dios que sale al encuentro del hombre con sus Alianzas: Dios no se ha quedado con los brazos cruzados, sino que compadecido ha tendido la mano para que le encuentre el que le busca. Dios podía haberse arrepentido de habernos creado y romper la baraja, pero ante el drama del pecado Dios reacciona ofreciendo su alianza de amor, su amor paciente que lleva a la elección de Israel, que lleva acabo toda la preparación para la llegada de Jesucristo, el envío del ES, la formación de la iglesia, los sacramentos de sanación, todo esto forma parte de la respuesta que Dios da al mal. Y finalmente estamos llamados a la vida eterna, el mal no tiene la última palabra, Dios nos promete que el mal no va a tener lugar en aquellos que se acogen a la misericordia de Dios, y el cielo, la vida eterna es la última palabra en la que Dios será todo para todos y el mal no tendrá lugar alguno. Este es el recorrido del mensaje de la sagrada escritura dentro del cual se da respuesta a la pregunta de porqué existe el mal.
  Con la Encarnación redentora de su Hijo afirmación de la bondad.

Punto 310 Pero ¿por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en él no pudiera existir ningún mal? En su poder infinito, Dios podría siempre crear algo mejor (cf  santo Tomás de Aquino,S. Th., 1, q. 25, a. 6). Sin embargo, en su sabiduría y bondad infinitas, Dios quiso libremente crear un mundo "en estado de vía" hacia su perfección última. Este devenir trae consigo en el designio de Dios, junto con la aparición de ciertos seres, la desaparición de otros; junto con lo más perfecto lo menos perfecto; junto con las construcciones de la naturaleza también las destrucciones. Por tanto, con el bien físico existe también el mal físico, mientras la creación no haya alcanzado su perfección (cf Santo Tomás de Aquino, Summa contra gentiles, 3, 71).

. El mal físico, Dios podría haber creado un mundo más perfecto? Pues sí, aunque la creación es maravillosa Dios podría haber creado un mundo con mayor grado de perfección. En ninguna parte de la sagrada escritura se dice que este mundo sea perfecto, se habla de la creación como una creatura y se reconocen en ella sus límites, la creación es inmensa, maravillosa, pero es una creatura y como tal es limitada.

. Porqué nos hacemos preguntas que de alguna manera se nos escapan, porqué no partimos de la realidad. La perfección y la infinitud queda para el cielo, porque el cielo es Dios mismo. Toda creación es limitada luego no le pidamos a esta vida lo que solamente podemos esperar de la siguiente. El catecismo nos recuerda que Dios creo este mundo limitado en estado de vía, no lo creo concluido, lo creo para que tuviese un ir desarrollándose. En ese desarrollo hay limitaciones y hay un nacer, crecer, morir, que lleva también su drama. La naturaleza tiene unas leyes físicas que tienen un morir para vivir, si el grano de trigo no cae en tierra y muere no da fruto.

. Este mundo es maravilloso pero es limitado, es una creatura, que nadie pretenda buscar en el mundo la perfección absoluta que solo podemos encontrar en Dios, es un mundo creado en estado de vía.  



Punto 311 Los ángeles y los hombres, criaturas inteligentes y libres, deben caminar hacia su destino último por elección libre y amor de preferencia. Por ello pueden desviarse. De hecho pecaron. Y fue así como el mal moral entró en el mundo, incomparablemente más grave que el mal físico. Dios no es de ninguna manera, ni directa ni indirectamente, la causa del mal moral, (cf San Agustín, De libero arbitrio, 1, 1, 1: PL 32, 1221-1223; Santo Tomás de Aquino, S. Th. 1-2, Q. 79, a. 1). Sin embargo, lo permite, respetando la libertad de su criatura, y, misteriosamente, sabe sacar de él el bien:
«Porque el Dios todopoderoso [...] por ser soberanamente bueno, no permitiría jamás que en sus obras existiera algún mal, si Él no fuera suficientemente poderoso y bueno para hacer surgir un bien del mismo mal» (San Agustín,Enchiridion de fide, spe et caritate, 11, 3).

. Hablamos del mal físico en el 310 que se deriva de la limitación del mundo, ahora hablamos del mal moral, que es más grave sin comparación que el mal físico. Hoy nos suele resultar mucho más escandalosa una enfermedad que el pecado del hombre, se nos conmueve el corazón más en los males físicos que en los morales. Las personas que sufren males físicos suelen tener rostros más alegres que los que no los tienen.


. La causa de ese mal moral es nuestro propio pecado. En lo único en lo que Dios no ha tenido parte ninguna es en el pecado. Si Dios ha permitido el pecado del hombre, que jamás podemos decir que lo haya querido ni que haya sido causa ni directa ni indirecta, pero si Dios lo ha permitido es porque El tiene el poder de hacer que nuestros pecados terminen siendo camino o instrumento de salvación. Hasta ahí llega el poder de Dios, hasta servirse del pecado como ocurrió con Jesucristo, el pecado fue un instrumento para la salvación del mundo. 

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